Cómo elegir el mostrador de la panadería

La panadería transmite seguridad y confianza, como los productos que vende. El pan y sus derivados forman parte de la historia del hombre y su civilización, y desde los albores de la historia, ha sido el alimento básico de la nutrición humana. Producirlo y ofrecerlo no es sólo una cuestión de volumen de negocios, es una gran responsabilidad frente a una mercancía básica, una tradición milenaria y un símbolo con profundos significados religiosos, sociales y familiares.

El mostrador de la panadería se convierte, en el imaginario colectivo, en un cofre del tesoro de la bondad, y como tal, la construcción del mostrador recepcion barato debe ser bella, sólida y recordar la tradición del buen pan. Entrar en la panadería es como entrar en casa, donde hay pan hay familia, oportunidades para reunirse.

A lo largo de los siglos, el olor que se podía oler al pasar delante de un horno o al entrar en uno, ha permanecido inalterado, al igual que las sensaciones, las modas y los estilos han cambiado y se ha introducido una estricta normativa de higiene para proteger a los consumidores.

El mostrador aparece en toda su riqueza tan pronto como se entra en el local. En el imaginario colectivo ha sustituido al armario de la abuela, el buen mobiliario donde los anfitriones escondían pasteles y galletas para los días festivos, y debe despertar las mismas emociones de expectación y trepidación.

Por lo general no contiene los diferentes tipos de pan, dispuestos detrás de él, pero exhibe y conserva pasteles, pizzas, bollos y tiene la función de dividir al cliente y al operador.

Es de fundamental importancia en la ergonomía de un ejercicio, la funcionalidad, la practicidad y la belleza deben poder combinarse perfectamente. Y las formas, colores y líneas deben traer a la mente sensaciones positivas y expectativas ansiosas.

Los materiales deben ser de la más alta calidad: la madera, el vidrio, el acero satinado son las opciones preferidas porque, las diversas combinaciones que se pueden obtener, crean conjuntos ligeros pero robustos, con referencias estilísticas que van de lo clásico a lo contemporáneo moderado.

La madera logra dar una mayor sensación de intimidad y familiaridad perfecta para estas tiendas que conservan tanta importancia para la comunidad. Normalmente se eligen maderas ligeras pero robustas con acabados brillantes que facilitan su limpieza. El color de la madera se mantiene normalmente y preferimos maderas con colores bastante claros para no sobrecargar la apariencia.

El acero tiene finas venas en el vidrio o en el borde de los estantes, y por lo general en el estante de las especialidades y esto para facilitar una limpieza rápida y segura.

El vidrio, que debe ser irrompible, es curvo y permite una visión completa de los alimentos expuestos.

Los colores son suaves, a la sombra de la harina y los productos de panadería. Algunos muebles vienen en colores más oscuros, pero su suavidad y su intención es mejorar la autenticidad de la comida en venta.

Muy apreciadas son las soluciones en mampostería y madera. La mampostería recuerda los molinos y el origen del pan, y el mostrador se convierte en un pequeño molino de la bondad. Incrustaciones de madera, pequeños frescos y azulejos construyen un sólido pero familiar mostrador.

La limpieza y la higiene se convierten en un elemento de fuerza en la panadería moderna. Por esta razón, el uso de materiales y metales lisos es indispensable para las operaciones de saneamiento.

Al elegir un mostrador de panadería el esfuerzo se dirigirá no sólo a la búsqueda de un producto de la más alta calidad y de materiales de última generación, sino que tendrá que hacer un gran avance en la psicología de los compradores, respondiendo a la necesidad de seguridad y familiaridad que implica el alimento vendido.