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Chess club


¿jugamos una partida? Trieste y el ajedrez El ajedrez es un deporte complejo, en el que muchas cualidades se aúnan para determinar la fuerza de cada jugador. Hoy podemos decir que un gran jugador de ajedrez debe poseer, entre otras cosas, una buena memoria, una buena dosis de creatividad, una intuición desarrollada, un elevado espíritu competitivo y una mente analítica que busque la verdad, pues de entre todos los caminos posibles siempre suele haber uno que es más perfecto que los demás. Es por esto que muchos consideran el juego de las sesenta y cuatro casillas como un arte, capaz de concebir verdaderas joyas comparables a El Guernica de Picasso, y que además ejercita ese órgano parcialmente inutilizado que llamamos cerebro, ayudando a prevenir el alzhéimer entre otras virtudes. No es de extrañar por tanto que cada vez más países acojan este deporte en los colegios, donde desde una edad muy temprana los más pequeños entran en contacto con el mismo. En Trieste, esa ciudad mitad italiana, mitad austríaca, eslovena y croata, en la que sin embargo se habla italiano, el ajedrez ocupa un importante lugar. Uno puede visitar el antiguo edificio de la Societa Scacchistica Triestina, fundado en 1904 y abierto prácticamente todas las tardes de lunes a domingo, en el que se dan cita numerosos aficionados en busca de las dos palabras mágicas ¡Jaque Mate! Además, es común encontrar bares como el archiconocido y poblado Caffè San Marco, donde es posible conseguir un tablero para acto seguido dar rienda suelta a la imaginación. Para terminar con una cita del famoso Dr. Siegbert Tarrasch, brillante jugador alemán de finales del siglo XIX, desde la asociación Noumeno invitamos a todos a jugar, ya que: “Uno no tiene que jugar muy bien, es suficiente jugar mejor que el oponente”.Mario G.D.