Según la Organización Mundial de la Salud el 50% de la población sufre o ha sufrido de dolor de cabeza y este tipo de malestar se encuentra entre los veinte primeros motivos de empeoramiento de la calidad de vida, ya que a menudo puede llegar a impedir la normal evolución de las actividades cotidianas. El dolor de cabeza, llamado también cefalea, es un trastorno más frecuente en la población de sexo femenino y generalmente se manifiesta con ataques esporádicos, pero existen casos en los que puede llegar a ser crónico.
Qué es el dolor de cabeza
La común cefalea es un dolor que puede localizarse al interno de la cabeza o en la parte superior del cuello y viene causada por una alteración fisiológica relativa a las arterias, mucosas (como en la sinusitis crónica), músculos, nervios, ojos, orejas, periostio del cráneo, senos paranasales, tejidos subcutáneos o venas. El término cefalea y el término hemicránea vienen confundidos a menudo o utilizados indistintamente de forma errónea. Sería correcto hacer enseguida una aclaración: mientras que con el término cefalea se indica un tipo de dolor de cabeza en el cual el dolor está extendido, en la hemicránea el dolor afecta a una sola mitad de la cabeza. Según cuáles sean las causas del dolor de cabeza, junto al dolor primario pueden aparecer también otras sintomatologías como molestia a la luz, náusea, vómito, taquicardia y mareos.
Diversas tipologías de dolor de cabeza
Según la Clasificación Internacional de las Cefaleas aprobada por la OMS, los dolores de cabeza se diferencian en dos grandes categorías: cefaleas primarias y cefaleas secundarias. Las primarias, ya sean episódicas o crónicas, son aquellas en las que el dolor de cabeza está relacionado con factores ambientales, reacciones hormonales o hábitos de vida poco saludables. Las más comunes son: la cefalea tensional, que consiste en una contracción de los músculos de la nuca, frente, sienes, cuellos u hombros y que provoca un dolor persistente que se alivia con el movimiento; la migraña, prevalentemente femenina, con dolor intenso y pulsante en un solo lado de la cabeza, que puede interesar también a la región frontal sobre los ojos y las sienes; la cefalea a racimo, con dolor insoportable unilateral y ataques frecuentes y continuados (a brotes o racimos) acompañados de párpado caído, enrojecimiento conjuntival, congestión nasal, lagrimeo, rinorrea, que afecta más frecuentemente a los hombres. Las formas secundarias son en cambio ataques que en realidad representan los síntomas de otras patologías, como en los casos del aneurisma, de la arteritis temporal, ataques isquémicos, latigazo cervical, conmoción cerebral, diálisis renal, deshidratación, trastornos psiquiátricos, hemorragias cerebrales, encefalitis, faringitis, ictus, inflamación de la carótida, gripe, hipertensión, hipotiroidismo, meningitis, otitis, pulmonía, sinusitis crónica, traumatismo craneal, trombosis, tumor cerebral. Por suerte entre todas estas, solamente un pequeño porcentaje viene considerado como cefalea secundaria síntoma de patologías peligrosas. Existe además otra categoría de cefaleas que es la relativa a las neuralgias causadas por la inflamación de los nervios craneales o cervicales: un caso muy común de este tipo es la neuralgia del trigémino que afecta al rostro, la parte anterior del cráneo y la cavidad oral.
Las causas principales del dolor de cabeza
Todavía no ha sido posible individuar cuáles son las causas específicas del dolor de cabeza, ya que a menudo las señales dolorosas vienen activadas por una activación de factores diversos, que pueden ser el resultado de una predisposición genética, de causas internas al organismo y de factores desencadenantes externos. Entre los mecanismos endógenos más comunes encontramos: contracciones de los nervios craneales o cervicales, inflamación de las meninges, modificación de los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro, patologías neurovasculares, sinusitis crónica o desequilibrios hormonales. Pero es respecto a los factores desencadenantes, que las causas pueden ser muchas más: abuso de alcohol o cafeína, alimentación desordenada con exceso de chocolate, quesos o aditivos, alteración del equilibrio sueño-vigilia, alteraciones hormonales o nerviosas, ansiedad, abstinencia de cafeína, bajada de azúcar, causas ambientales, depresión, ayuno prolongado, exceso de actividad deportiva, tabaco, contaminación ambiental, hiperglucemia, jet lag, maloclusión, falta de sueño, olores intensos, postura incorrecta, cambios climáticos, estrés, uso prolongado del ordenador y vida sedentaria.
Tratamiento y remedios para el dolor de cabeza
No todas las tipología de dolor de cabeza requieren necesariamente un tratamiento farmacológico: cada caso requiere una terapia adecuada según los síntomas y la frecuencia, así como una evaluación de patologías eventuales y causas del dolor de cabeza. Para los casos leves son suficientes los fármacos analgésicos como el ácido acetilsalicílico, el ibuprofeno y el naproxeno, mejor si con acción rápida como aquellos en formato granular que se deshacen directamente en la boca. Si los ataques se repiten frecuentemente como en el caso de la sinusitis crónica y si aparecieran dificultades al hablar, trastornos visuales, fiebre, rigidez del cuello o debilidad, es preferible consultar el proprio médico de familia para concordar un plan terapéutico y pedir consejo sobre cómo gestionar y prevenir los dolores de cabeza.