Mejora la capacidad de cambio de tareas y otras funciones cognitivas
El cambio de tareas es la capacidad de ir y venir entre diferentes tareas en rápida sucesión. La capacidad de empezar una cosa y retomar inmediatamente otra es un factor importante para determinar su flexibilidad cognitiva. A menudo confundimos el cambio de tareas con la multitarea, pero la capacidad de dirigir nuestra atención de una cosa a otra -como cocinar mientras escuchamos un podcast o hacer una pausa en un videojuego para empezar a lavar la ropa- es una habilidad importante.
“La gente cambia de tarea constantemente”, dice el Dr. Manos. “Esa función ejecutiva tiende a mejorar un poco cuando se juega a un videojuego”.
Además, los juegos friv también pueden mejorar otras funciones cognitivas. Este resumen de 2020 de estudios sobre videojuegos comerciales sugiere que distintos tipos de videojuegos mejoran diferentes funciones cognitivas. Los videojuegos de acción, por ejemplo, están muy relacionados con la mejora de la capacidad de dirigir la atención y filtrar información específica. Los juegos de puzzle tradicionales, como el Tetris, se asociaron con un mayor rendimiento en navegación, percepción y reconocimiento.
¿Pueden ser malos los videojuegos?
Como puedes ver, los efectos positivos de los videojuegos son amplios, pero es difícil recrear esos efectos en la vida real fuera del juego. Lo mismo ocurre con los efectos negativos de los videojuegos y queda mucho por debatir sobre cómo se manifiestan exactamente en otros ámbitos de la vida.
La dificultad de la investigación en el campo de los videojuegos es que varios estudios se contradicen entre sí y es difícil determinar los mecanismos exactos de lo que se está estudiando.
Algunos estudios son pequeños y tienen un alcance muy limitado, como éste que sugiere que los niños que realizan actividad física tienen tiempos de reacción más rápidos que los que sólo juegan a videojuegos. Otros estudios tienen un enfoque mucho más amplio, como este que sugiere que las personas que juegan a videojuegos tienen una mayor capacidad para aprender de sus experiencias y gestionar los conflictos.
Parte de lo que hace que la investigación sobre los videojuegos y su efecto en la función cerebral sea tan controvertida es que ha habido un gran cuerpo de investigación que se ha ido construyendo lentamente durante la última década y que sugiere que las adicciones a Internet y a los videojuegos son un problema real, a pesar de que la adicción a los videojuegos sólo afecta al 3,05% de la población mundial.
Desde que el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales añadió el término “trastorno por juegos de internet” en 2013, las continuas investigaciones han sugerido que la adicción a los videojuegos es similar a otras adicciones bien establecidas relacionadas con los trastornos por consumo de sustancias. Esto puede deberse en parte a que las mismas partes del cerebro, concretamente las que liberan dopamina (la hormona del bienestar), se activan cuando se tiene cualquier adicción.
En concreto, se cree que las personas que juegan a juegos de rol multijugador masivos en línea (MMORPG) son las que corren más riesgo de desarrollar una adicción a los videojuegos debido a la presión siempre presente de subir de nivel a sus personajes, participar en eventos limitados estacionales o temporales y el acceso constante a recompensas dentro del juego.
“Los videojuegos son tan estimulantes que los niños quieren mantener el compromiso con ellos, como si les fuera la vida en ello”, dice el Dr. Manos. “El siguiente evento estimulante está siempre a la vuelta de la esquina, y sabes que tienes que llegar a esa esquina. Eso es lo que provoca la adicción”.
Y aunque un estudio descubrió un aumento de la concentración y de las capacidades visuomotoras, como la conciencia espacial y la coordinación mano-ojo, en los jugadores de MMORPG, también descubrieron diferencias estructurales cerebrales y una pérdida de autocontrol.
Para comprender mejor el impacto exacto que tienen los videojuegos en nuestro cerebro, se necesitan más investigaciones que analicen las causas y los efectos específicos asociados al juego. De hecho, algunos investigadores están decididos a adoptar un enfoque multidisciplinar a la hora de estudiar los efectos de los videojuegos en la función cerebral, debido a los avances realizados en la industria del videojuego (con análisis de juegos, diseño de juegos y experiencia del jugador), junto con los avances en los campos médicos de la ciencia cognitiva, el aprendizaje automático y las ciencias sociales.