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Toyota ha fijado sus miras en lo más alto — o más bien, bajo—con su objetivo de crear un “coche con emisiones cero, totalmente reciclables.” Cosa que suena un poco exagerada: pero con su exitosa tecnología híbrida Toyota se ha ganado el derecho a hablar en esas condiciones. Los híbridos nunca serán coches con emisiones cero, pero están en un paso intermedio importante. Y con 11 híbridos a la venta, Toyota es el líder reconocido en este sector. Sus planes son atentamente analizados de la misma forma por sus rivales y sus clientes, por lo que el debut mundial del prototipo Hybrid X fue uno de los eventos que generó más murmullos en Ginebra. Con un tamaño igual al de un coche familiar de hoy en día, el Hybrid X tiene el enfoque de un coche familiar del futuro. Tiene un diseño de tipo monovolumen con un techo todo de cristal pero con la zona de maletero aislada. La estructura del techo de cristal, visto desde arriba, parece una X, de ahí su nombre. El interior se distingue por unos asientos muy delgados y un suelo plano, los asientos traseros se inclinan hasta 12 grados con lo que los pasajeros pueden disfrutar de las vistas más cómodamente. Es ligero, muy luminoso y abierto con gran visibilidad por todos los lados. El coche tiene un perfil suave sin formas que sobresalgan (incluso los tiradores de las puertas son planos), lo cual ayuda a tener un buen rendimiento en el consumo. Faros LED “Inteligentes” incorporan pantallas minúsculas que pueden transmitir mensajes a los peatones y a otros conductores. Hacer su debut europeo es una aplicación muy diferente en concepto a la conducción de un híbrido—el coche deportivo FT-HS, pretende demostrar que un coche capaz de una aceleración de 0-62mph en menos de 4 segundos aún puede ofrecer emisiones notablemente bajas. Es un supercoche al estilo de un cupé con motor delantero, tracción trasera y para cuatro ocupantes. Acabado (raro para un prototipo de coche deportivo) en blanco brillante, está muy bien resuelto, con formas afiladas y con un techo retráctil de fibra de carbono, y cubierta del motor de cristal ahumado—por el que se puede ver el sistema de propulsión híbrido V6 de 400 caballos y 3.5-litros. El interior futurista tiene un volante sin parte central. Mientras estos son conceptos interesantes sin tener en cuenta la fuente de la potencia, es importante que Toyota no está resaltando la economía aunque podría hacerlo. Los híbridos hasta el momento han tenido poco éxito a la hora de reducir emisiones en la conducción extraurbanos, por lo que hacer un coche deportivo de tipo híbrido será todo un reto. Y mientras Toyota tiene el liderazgo en la tecnología híbrida en estos momentos, la compañía reconoce que “los motores de gasolina y diesel serán la principal fuente de la propulsión de los automóviles en los próximos años [y] que se está haciendo un esfuerzo importante para reducir [su] impacto medioambiental.” Un ejemplo es el RAV-4 – el SUV pequeño más vendido en Europa. El motor diesel 2.2 D-4D disponible en el RAV-4 tiene ahora un filtro de partículas. Los motores diesel producen menos CO2 que los motores de gasolina, pero más partículas de carbonilla y óxidos de nitrógeno de los que pueden provocar problemas de salud, especialmente en zonas residenciales. Los filtros pueden limpiar de forma considerable los escapes de los diesel, el nuevo motor D4-D ya cumple los estándares EURO-5 de la UE que se pondrán en práctica en 2009. También se muestra de forma muy destacada el coche probablemente más importante en lo referente a ventas de Toyota: el nuevo Auris, el substituto del Corolla que acaba de llegar a los concesionarios europeos.