Explicación del Mateo 24:36: El verdadero significado de “Pero de aquel día y hora nadie sabe”

Han aparecido las cuatro lunas de sangre y cada vez son más habituales los desastres como terremotos, hambre y epidemias. Las profecías del regreso del Señor se han cumplido fundamentalmente y, en la red, algunos han dado testimonio público de que el Señor ya ha llegado. Algunos hermanos y hermanas están perplejos, ya que lo siguiente está escrito en la Biblia: “Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre” (Mateo 24:36). ¿Cómo pueden saber que el Señor ha regresado? ¿Ha vuelto realmente? ¿Qué deberíamos hacer para recibirlo? Vamos a hablar de esta misma cuestión.

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Pero de aquel día y hora nadie sabe”. ¿Qué significa esto?

Algunos hermanos y hermanas creen que cuando el Señor regrese, nadie lo sabrá y para ello se basan en el siguiente versículo de la Biblia: “Pero de aquel día y hora nadie sabe”. Por esta razón ninguno de ellos da crédito o consideración a las afirmaciones de la gente que difunde la noticia del regreso del Señor. ¿Es esta opinión correcta o no? ¿Concuerda con la voluntad del Señor? El Señor Jesús profetizó: “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’” (Mateo 25:6). “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Estas líneas de la escritura nos demuestran que, cuando el Señor haya regresado en los últimos días, llamará a nuestra puerta con Sus palabras e incluso nos hará salir a recibirle con un grito humano que diga: “Aquí está el novio”. Hay personas que nos están contando la noticia del regreso del Señor y esto demuestra que cuando haya venido, sin duda Él se lo comunicará a la gente. Obviamente, es completamente erróneo interpretar “Pero de aquel día y hora nadie sabe” como que nadie se enterará de la venida del Señor cuando haya tenido lugar.
¿Cómo deberíamos interpretar entonces este pasaje de la escritura? Podemos conectar estos versículos: “Y de la higuera aprended la parábola: cuando su rama ya se pone tierna y echa las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, sabed que Él está cerca, a las puertas. En verdad os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán. Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre” (Mateo 24:32-36). “Por eso, también vosotros estad preparados, porque a la hora que no pensáis vendrá el Hijo del Hombre” (Mateo 24:44). Y Apocalipsis 3:3 dice: “Por tanto, si no velas, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.” Estos pasajes utilizan profecías del regreso del Señor para darnos la respuesta. Mencionan que “el Hijo del hombre viene” y “como un ladrón”. El “Hijo del hombre”, en efecto, se refiere a Dios encarnado; el cuerpo espiritual no puede denominarse Hijo del hombre. Solo alguien como el Señor Jesús puede ser llamado el Hijo del hombre, ya que es el Espíritu de Dios vestido en la carne que ha venido entre los humanos para hacer una obra muy práctica y posee humanidad normal. “Como un ladrón” se refiere a llegar sigilosamente y en secreto. Esto pone de manifiesto que el regreso del Señor supone el descenso secreto en la carne como el Hijo del hombre. Él desciende en secreto y por eso no podremos percibirlo fácilmente, porque nadie conoce el día y la hora en que Dios aparece encarnado. Es decir, “Pero de aquel día y hora nadie sabe”, significa que nadie sabe el momento exacto del regreso del Señor. Sin embargo, cuando haya venido a hablar y obrar, sin duda, habrá personas que se hayan enterado y es entonces cuando debemos despertarnos. Cuando escuchamos a los que predican el evangelio del regreso del Señor, debemos buscar e investigar. Solo entonces podemos recibir al Señor y cenar con Él. Sin embargo, ahora mismo, no solo no estamos despiertos, sino que tampoco buscamos ni investigamos cuando escuchamos a otros predicar la noticia del regreso del Señor. ¿No significa esto que hemos malinterpretado la voluntad del Señor? Vamos a leer un par de pasajes más de las palabras de Dios para llegar a comprender estos pasajes de la escritura.

Dios Todopoderoso ha dicho: “Al amanecer, sin que nadie lo supiera, Dios vino a la tierra e inició Su vida en la carne. Las personas fueron totalmente inconscientes de ese momento. Quizás estaban todos dormidos; tal vez muchos de los que estaban despiertos y vigilantes esperaban, y es posible que muchos estuvieran orando en silencio a Dios en el cielo. Sin embargo, entre toda esta cantidad de personas, nadie supo que Dios ya había llegado a la tierra” (‘Obra y entrada (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”). “Al principio, cuando Jesús aún tenía que desarrollar oficialmente Su ministerio, como los discípulos que lo siguieron, en ocasiones asistió a reuniones, cantó himnos, alabó y leyó el Antiguo Testamento en el templo. Después de ser bautizado y levantarse, el Espíritu descendió oficialmente sobre Él y comenzó a obrar, revelando Su identidad y el ministerio que iba a emprender. Antes de esto, nadie conocía Su identidad, excepto María. Ni siquiera Juan la conocía. Jesús tenía 29 años cuando fue bautizado. Después de Su bautismo, los cielos se abrieron y una voz dijo: ‘Este es mi Hijo amado en quien me he complacido’. Una vez que Jesús había sido bautizado, el Espíritu Santo comenzó a dar testimonio de Él de esta forma. Antes de ser bautizado a la edad de 29, Él había vivido la vida de una persona ordinaria, comiendo cuando tenía que comer, durmiendo y vistiéndose normalmente, y nada de Él era diferente de los demás. Por supuesto esto sólo era así para los ojos carnales del hombre. […] La Biblia no registra lo que Él hizo antes de ser bautizado porque Él no hizo Su obra antes de ser bautizado. Él era simplemente un hombre ordinario y era lo que representaba; antes de que Jesús comenzase a desarrollar Su ministerio, no era diferente de las personas ordinarias, y los demás no podían ver diferencia en Él. Fue sólo después de alcanzar los 29 años de edad cuando Jesús supo que había venido a completar una etapa de la obra de Dios; antes, Él mismo no lo sabía, porque la obra realizada por Dios no fue sobrenatural” (‘Acerca de los apelativos y la identidad’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Las palabras de Dios Todopoderoso nos muestran que nadie sabe cuándo Dios desciende en la tierra encarnado, ni siquiera el Hijo del hombre, sino que solo el Espíritu en el cielo lo sabe. No obstante, cuando Dios empieza a hacer Su obra, el Espíritu Santo da testimonio de la obra de Dios encarnado y entonces utiliza a los seguidores de Dios para difundir el Evangelio; entonces la gente va conociéndolo poco a poco. Es igual que cuando Jehová Dios utilizó al principio a un profeta para predecir la venida del Mesías, pero solo Jehová Dios sabía cuándo o dónde llegaría. Cuando el Señor Jesús regresó en la carne para hacer Su obra, al principio ni siquiera Él mismo sabía que era el Mesías, que había venido a hacer la obra de redención. Vivió una vida normal como un ser humano corriente. Los demás tampoco sabían que el Señor Jesús era Cristo, el mismo Dios encarnado. Cuando el Señor Jesús fue bautizado, el Espíritu Santo empezó a dar testimonio de Él y el Señor Jesús comenzó a expresar el camino para el arrepentimiento de los seres humanos mediante señales y prodigios, la sanación de los enfermos y la expulsión de demonios. Algunas personas empezaron a reconocer poco a poco que el Señor Jesús era el Mesías. Los que aceptaron la obra de redención del Señor Jesús primero, como Pedro y Juan, empezaron a viajar por todas partes para difundir el evangelio del Señor. Así es cómo cada vez más personas conocieron la salvación del Señor y esta ha sido transmitida a lo largo de la historia hasta el presente. Ahora hay creyentes en todas las partes del mundo.
El Señor Jesús también predijo lo siguiente para los últimos días: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48). La Biblia también dice: “Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad” (Juan 17:17). “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios” (1 Pedro 4:17). Cuando el señor regresa, expresa verdades que son más numerosas y elevadas que las de la Era de la Gracia, de acuerdo con nuestra estatura. Él nos juzga y purifica con Sus palabras para que nos libremos de las ataduras del pecado y así seamos purificados y transformados. De esta manera, cuando el Señor regresa en los últimos días para aparecer y hacer la obra, algunos escucharán definitivamente la voz de Dios y aceptarán Su obra para después viajar por todos los rincones de la tierra donde difundirán la buena noticia del regreso del Señor. Esto es lo mismo que cuando tuvimos fe en el Señor por primera vez; solo la aceptamos cuando escuchamos a otros predicar el evangelio de la crucifixión. Como está escrito en la Biblia: “Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo” (Romanos 10:17).

Por tanto, cuando escuchamos la noticia del regreso del Señor, no debemos rechazarla por completo a ciegas; debemos buscarla con una mente abierta, preguntarles a los que están difundiendo el evangelio cuál es la obra que el Señor ha hecho desde Su regreso y qué palabras ha expresado. Si su testimonio concuerda con las profecías del Señor esta será la prueba de que sí que ha regresado para aparecer y obrar, y cuando lo aceptemos y nos sometamos, estaremos recibiendo al Señor. Dios Todopoderoso dice: “Ya que estamos buscando las huellas de Dios, debemos buscar la voluntad de Dios, las palabras de Dios, las declaraciones de Dios, porque donde están las nuevas palabras de Dios, ahí está la voz de Dios, y donde están las huellas de Dios, ahí están los hechos de Dios. Donde está la expresión de Dios, ahí está la aparición de Dios, y donde está la aparición de Dios, ahí existe la verdad, el camino y la vida. Mientras buscabais las huellas de Dios, ignorasteis las palabras que dicen que ‘Dios es la verdad, el camino y la vida’. Y es que, cuando muchas personas reciben la verdad, no creen que han encontrado las huellas de Dios y mucho menos reconocen la aparición de Dios. ¡Qué error tan grave es ese!” (‘La aparición de Dios ha traído una nueva época’ en “La Palabra manifestada en carne”).
La Iglesia de Dios Todopoderoso es la única en todo el mundo que está dando testimonio abiertamente de que el Señor ha regresado, es decir, que Cristo de los últimos días, Dios Todopoderoso, ha expresado muchas verdades y ha hecho la obra de juzgar y purificar a las personas. La inmensa mayoría de las declaraciones de Dios Todopoderoso están recogidas en el libro La Palabra manifestada en carne. Las palabras de Dios han dilucidado todo aspecto de la verdad. Hablan llanamente de los misterios de las encarnaciones de Dios, las verdades escondidas dentro de la Biblia, el objetivo del plan de gestión de seis mil años de Dios para la humanidad, las diferencias entre su obra y la obra del hombre, y cómo Dios juzga y purifica a las personas, cómo deben conocerlo a Él, cómo Dios determina el resultado y el destino de todo ser humano, etc. Estas verdades están todas relacionadas con la propia obra de Dios; son todas misterios que señalan de manera clara la senda de la salvación para nosotros. Debemos dedicarnos a tratar de esclarecer si esto es el Espíritu Santo que está hablando a las iglesias, y si es el Dios de los últimos días que está haciendo Su obra de juicio empezando con Su casa. Esta es la manera de verificar si Dios Todopoderoso es el Señor Jesús regresado. Yo tengo la certeza de que, siempre que tengamos la intención de buscar, ¡Dios nos guiará a recibir el regreso del Señor! Esto se debe a que, como dijo el Señor Jesús, “Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:3).

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

 

Reflexión cristiana | Las “buenas” intenciones del pastor (Sketch)

Reflexión cristiana | Las “buenas” intenciones del pastor (Sketch)

Yang Xiangming trabaja en una denominación, y en cuanto comprueba que Dios Todopoderoso es el Señor Jesús retornado en los últimos días, guía a algunos de sus hermanos y hermanas para que vuelvan a Dios Todopoderoso. Esto intranquiliza a su pastor, quien utiliza el estatus y el dinero para tentar a Yang Xiangming y, además, usa la boda de su hijo para amenazarlo con el objetivo de que abandone el camino verdadero… Ante las “buenas” intenciones del pastor, ¿qué decidirá hacer Yang Xiangming al final? En este momento crucial en que debemos recibir la venida del Señor, ¿por qué impide este pastor que los creyentes estudien el camino verdadero? El sketch Las “buenas” intenciones del pastor te ayuda a entender la realidad de los hechos.

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Si estáis diciendo que el Señor Jesús ya ha vuelto, ¿cómo lo sabríais?

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Con respecto al retorno del Señor, la Biblia recoge claramente: “Pero de aquel día o de aquella hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre” (Marcos 13:32). Si estáis diciendo que el Señor Jesús ya ha vuelto, ¿cómo lo sabríais?

La respuesta de la palabra de Dios:

Al amanecer, sin que nadie lo supiera, Dios vino a la tierra e inició Su vida en la carne. Las personas fueron totalmente inconscientes de ese momento. Quizás estaban todos dormidos; tal vez muchos de los que estaban despiertos y vigilantes esperaban, y es posible que muchos estuvieran orando en silencio a Dios en el cielo. Sin embargo, entre toda esta cantidad de personas, nadie supo que Dios ya había llegado a la tierra.

de ‘Obra y entrada (4)’ en “La Palabra manifestada en carne

La aparición de Dios se refiere a Su llegada personal a la tierra para hacer Su obra. Con Su propia identidad y carácter, y con Su método inherente, Él desciende entre los hombres para llevar a cabo la obra de comenzar una época y terminar otra. Esta clase de aparición no es una especie de ceremonia. No es una señal, un cuadro, un milagro o una gran visión y mucho menos una clase de proceso religioso. Es un hecho real y verdadero que se puede tocar y contemplar. Esta clase de aparición no es en aras de seguir un proceso o en aras de un trabajo a corto plazo; es, para ser más precisos, en aras de una etapa en la obra de Su plan de gestión. La aparición de Dios siempre es significativa y siempre se conecta con Su plan de gestión. La “aparición” a la que se refiere aquí es completamente diferente a la “aparición” de la guía, dirección y esclarecimiento de Dios para el hombre. Cada vez que Él se revela, Él lleva a cabo una etapa de la gran obra. Esta obra es diferente de la de cualquier otra época. Para el hombre es inimaginable y él nunca la ha experimentado. Es una obra que da inicio a una nueva época y termina con la vieja época, y es una forma nueva y mejorada de obrar para la salvación de la humanidad; más aún, es una obra para llevar a la humanidad a una nueva época. Este es el significado de la aparición de Dios.

[…] Así, ya que estamos buscando las huellas de Dios, debemos buscar la voluntad de Dios, las palabras de Dios, las declaraciones de Dios, porque donde están las nuevas palabras de Dios, ahí está la voz de Dios, y donde están las huellas de Dios, ahí están los hechos de Dios. Donde está la expresión de Dios, ahí está la aparición de Dios, y donde está la aparición de Dios, ahí existe la verdad, el camino y la vida. Mientras buscabais las huellas de Dios, ignorasteis las palabras que dicen que “Dios es la verdad, el camino y la vida”. Y es que, cuando muchas personas reciben la verdad, no creen que han encontrado las huellas de Dios y mucho menos reconocen la aparición de Dios. ¡Qué error tan grave es ese! La aparición de Dios no se puede reconciliar con las nociones del hombre; mucho menos puede Dios aparecer por orden del hombre. Dios hace Sus propias elecciones y tiene Sus propios planes cuando hace Su obra; más aún, Él tiene Sus propios objetivos y Sus propios métodos. No es necesario que Él discuta con el hombre la obra que Él hace, ni que busque el consejo del hombre, ni mucho menos que les notifique de Su obra a cada una de las personas. Este es el carácter de Dios y, además, todos lo deben reconocer.

de ‘La aparición de Dios ha traído una nueva época’ en “La Palabra manifestada en carne”

Aquel que es la encarnación de Dios tendrá Su esencia, y aquel que es la encarnación de Dios tendrá Su expresión. Haciéndose carne, Dios traerá la obra que debe hacer, y haciéndose carne expresará lo que Él es; será, asimismo, capaz de traer la verdad al hombre, de concederle la vida, y de mostrarle el camino. La carne que no contiene la esencia de Dios seguramente no es el Dios encarnado; de esto no hay duda. Para investigar si es la carne encarnada de Dios, el hombre debe determinarlo a partir del carácter que Él expresa y de las palabras que Él habla. Es decir, si es o no la carne encarnada de Dios, y si es o no el camino verdadero, debe discernirse a partir de Su esencia. Y así, para determinar[a] si es o no la carne de Dios encarnado, la clave está en prestar atención a Su esencia (Su obra, Sus palabras, Su carácter, y mucho más), en lugar de fijarse en Su apariencia exterior. Si el hombre sólo ve Su apariencia exterior, y pasa por alto Su esencia, demostrará la ignorancia y la ingenuidad del hombre. La apariencia externa no determina la esencia; aún más, la obra de Dios nunca se ha conformado a los conceptos del hombre. ¿No estaba reñida la apariencia exterior de Jesús con los conceptos humanos? ¿No eran Su aspecto y Sus vestiduras incapaces de proporcionar pista alguna sobre Su verdadera identidad? ¿No fue la razón por la que los antiguos fariseos se opusieron a Jesús, porque simplemente miraban Su aspecto exterior, y no se tomaron en serio las palabras que Él habló?

de ‘Prefacio’ en “La Palabra manifestada en carne”

Dios guarda silencio y nunca se nos ha aparecido, sin embargo, Su obra nunca se ha detenido. Ve todas las tierras y manda a todas las cosas y contempla todas las palabras y obras del hombre. Su gestión es conducida por pasos, y de acuerdo a Su plan. Este avanza en silencio, sin un efecto dramático, pero Sus pisadas avanzan cada vez más cerca de la humanidad, y Su tribunal se despliega en el universo a la velocidad de la luz, inmediatamente seguido por el descenso de Su trono entre nosotros. ¡Qué escena tan majestuosa es esta; qué cuadro tan imponente y solemne! Como una paloma, como un león rugiente, el Espíritu llega entre todos nosotros. Es sabio, es justo y majestuoso; Él llega entre nosotros en silencio, dueño de la autoridad y lleno de amor y compasión. Nadie está consciente de Su llegada, nadie acoge Su llegada y, más aún, nadie sabe todo lo que va a hacer. La vida del hombre sigue sin cambios; su corazón no es diferente y los días transcurren como siempre. Dios vive entre nosotros como una persona ordinaria, como un seguidor tremendamente insignificante y un creyente ordinario. Él tiene Sus propias búsquedas, Sus propias metas y, además, tiene una divinidad que ningún hombre ordinario posee. Nadie se ha dado cuenta de la existencia de Su divinidad, ni nadie ha percibido la diferencia entre Su esencia y la del hombre. Vivimos junto con Él, sin restricciones y sin temor, porque lo vemos como nada más que un creyente insignificante. Él observa todos nuestros movimientos, y todos nuestros pensamientos e ideas están expuestos ante Él. A nadie le interesa Su existencia; nadie se imagina Su oficio y, más aún, nadie sospecha quién es Él. Nosotros sólo seguimos nuestras búsquedas como si Él no tuviera nada que ver con nosotros…

Por casualidad, el Espíritu Santo expresa un pasaje de palabras “por medio” de Él, y aunque se siente muy inesperado, reconocemos que esta es la declaración de Dios y sin problemas la aceptamos como de Dios. Esto es porque, independientemente de quién exprese estas palabras, siempre que vengan del Espíritu Santo las debemos aceptar y no las podemos negar. La siguiente declaración podría ser a través de mí, podría ser a través de ti o podría ser a través de él. Independientemente de quién sea, todo es la gracia de Dios. Sin embargo, no importa quién sea la persona, no la debemos adorar porque independientemente de cualquier otra cosa, no puede ser Dios; por ningún motivo podemos escoger a una persona ordinaria como esta para que sea nuestro Dios. Nuestro Dios es demasiado grande y honorable; ¿cómo alguien tan insignificante lo podría representar? Es más, todos estamos esperando la llegada de Dios para que nos lleve de regreso al reino de los cielos y por eso, ¿cómo podría alguien tan insignificante estar calificado para una tarea tan importante y ardua? Si el Señor viene otra vez, debe ser en una nube blanca, visible para todos. ¡Qué glorioso será eso! ¿Cómo podría Él esconderse tan calladamente entre un grupo ordinario de personas?

Y sin embargo es esta persona ordinaria, que está escondida entre las personas, la que está haciendo la nueva obra de salvarnos. Él no nos aclara nada, ni nos dice por qué ha venido. Él sólo hace por pasos la obra que tiene la intención de hacer, y de acuerdo a Su plan. Sus palabras y declaraciones cada vez se hacen más frecuentes. De consolar, exhortar, recordar y advertir a reprochar y disciplinar; de un tono gentil y amable, a palabras que son temibles y majestuosas, todo infunde tanto compasión como estremecimiento en el hombre. Todo lo que dice tiene un fuerte efecto en los secretos que están profundamente escondidos dentro de nosotros; Sus palabras lastiman nuestros corazones, nuestros espíritus, y nos dejan avergonzados y humillados. Nos comenzamos a preguntar si el Dios que está en el corazón de esta persona realmente nos ama, y qué exactamente es lo que pretende hacer. ¿Será que tal vez sólo podremos ser arrebatados después de soportar tal dolor? En nuestras cabezas estamos calculando… acerca del destino que está por venir y acerca de nuestra suerte futura. Aun así, ninguno de nosotros cree que Dios se ha hecho carne y obra entre nosotros. Aunque ha estado por tanto tiempo con nosotros, aunque ya ha hablado muchas palabras cara a cara con nosotros, todavía no estamos dispuestos a aceptar a alguien tan ordinario como el Dios de nuestro futuro, mucho menos estamos dispuestos a confiarle el control de nuestro futuro y destino a alguien tan insignificante. De Él disfrutamos una provisión sin fin de agua viva, y gracias a Él vivimos cara a cara con Dios. Sólo somos agradecidos por la gracia del Señor Jesús que está en el cielo y nunca hemos puesto atención a los sentimientos de esta persona ordinaria que posee la divinidad. Él todavía hace Su obra escondido humildemente en la carne, expresando la voz de Su corazón, aparentemente insensible a que la humanidad lo rechace, al parecer perdonando eternamente el infantilismo del hombre y su ignorancia, y siempre tolerante de la irreverencia del hombre para con Él.

Sin que nosotros lo sepamos, este hombre insignificante nos ha llevado paso a paso en la obra de Dios. Sufrimos un sinnúmero de pruebas, somos sujetos a innumerables castigos y probados por la muerte. Aprendemos del carácter justo y majestuoso de Dios; disfrutamos, también, Su amor y compasión, y llegamos a valorar el gran poder y sabiduría de Dios; somos testigos de la hermosura de Dios y contemplamos el deseo ansioso de Dios de salvar al hombre. En las palabras de esta persona ordinaria, llegamos a conocer el carácter y la esencia de Dios, llegamos a entender la voluntad de Dios, llegamos a conocer la naturaleza y la esencia del hombre, y vemos el camino de salvación y perfección. Sus palabras nos hacen morir y nos hacen volver a nacer; Sus palabras nos dan consuelo, pero también nos atormentan con la culpa y un sentimiento de deuda; Sus palabras nos dan alegría y paz, pero también nos causan gran dolor. A veces somos como ovejas al matadero en Sus manos; a veces somos como la niña de Sus ojos y gozamos Su amor y afecto; a veces somos como Sus enemigos, convertidos en ceniza por Su ira en Sus ojos. Somos la humanidad que Él salvó; somos gusanos a Sus ojos, y somos los corderos perdidos que piensa noche y día encontrar. Él es misericordioso con nosotros, nos desprecia, nos levanta, nos consuela y nos exhorta, nos guía, nos esclarece, nos castiga y nos disciplina, y hasta nos maldice. Se preocupa por nosotros noche y día, nos protege y cuida de nosotros noche y día, nunca se aparta de nuestro lado, nos dedica todo Su cuidado y paga cualquier precio por nosotros. Con las palabras de esta pequeña carne ordinaria, hemos gozado la totalidad de Dios y contemplado el destino que Dios nos ha concedido. Pero a pesar de esto, la vanidad todavía acecha dentro de nuestros corazones, y todavía seguimos indispuestos a aceptar activamente a una persona como esta como nuestro Dios. Aunque nos ha dado tanto maná, tanto para disfrutar, nada de esto puede usurpar el lugar del Señor en nuestros corazones. Honramos la identidad y el estatus especiales de esta persona sólo con gran renuencia. Si Él no hablara para hacernos reconocer que Él es Dios, entonces nunca tomaríamos sobre nosotros el reconocerlo como el Dios que pronto llegará y que ha estado obrando entre nosotros por tanto tiempo.

La declaración de Dios continúa, y Él emplea varios métodos y perspectivas para advertirnos qué hacer y expresar la voz de Su corazón. Sus palabras llevan la energía de la vida y nos muestran el camino que debemos caminar y nos permiten entender cuál es la verdad. Empezamos a ser atraídos a Sus palabras, comenzamos a enfocarnos en el tono y la manera en la que habla, y subconscientemente comenzamos a tener un interés en la voz del corazón de esta persona que no tiene nada de especial. Hace esfuerzos meticulosos por nosotros, pierde el sueño y el apetito por nosotros, llora por nosotros, suspira por nosotros, se queja en la enfermedad por nosotros, sufre humillación por el bien de nuestro destino y salvación, y Su corazón sangra y derrama lágrimas por nuestra insensibilidad y rebeldía. Tal ser y tales posesiones están más allá de una persona ordinaria; ninguno de los corruptos las puede poseer o conseguir. Tiene una tolerancia y paciencia que ninguna persona ordinaria posee, y Su amor no lo posee ningún ser creado. Nadie excepto Él puede saber todos nuestros pensamientos, o tener tal conocimiento de nuestra naturaleza y esencia, o juzgar la rebeldía y corrupción de la humanidad, o hablarnos y obrar entre nosotros como lo puede este en nombre del Dios del cielo. Nadie excepto Él posee la autoridad, la sabiduría y la dignidad de Dios; el carácter de Dios, y lo que Él tiene y es, emana en su totalidad de Él. Nadie excepto Él nos puede mostrar el camino y traernos la luz. Nadie excepto Él puede revelar los misterios que Dios no ha revelado desde la creación hasta el día de hoy. Nadie excepto Él nos puede salvar de la esclavitud de Satanás y de nuestro carácter corrupto. Él representa a Dios y expresa la voz del corazón de Dios, las exhortaciones de Dios y las palabras de juicio de Dios hacia toda la humanidad. Él ha comenzado una nueva época, una nueva era, y ha traído un nuevo cielo y una nueva tierra, una nueva obra, y nos ha traído esperanza, y ha puesto fin a la vida que llevábamos en la imprecisión, y nos permitió contemplar plenamente el camino de salvación. Él ha conquistado todo nuestro ser y ha ganado nuestros corazones. De ese momento en adelante nuestras mentes se hacen conscientes y nuestros espíritus parecen ser revividos: esta persona ordinaria e insignificante, que vive entre nosotros y que nosotros hemos rechazado desde hace ya mucho tiempo, ¿no es el Señor Jesús, quien siempre está en nuestros pensamientos, y a quien anhelamos noche y día? ¡Es Él! ¡Realmente es Él! ¡Él es nuestro Dios! ¡Él es la verdad, el camino y la vida!

de ‘Contemplando la aparición de Dios en Su juicio y Su castigo’ en “La Palabra manifestada en carne”

Nota al pie:

a. El texto original dice “en cuanto a”.

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Reflexiones bíblicas: Aprender a escuchar la voz de Dios para poder recibir el regreso de Cristo

¿Alguna vez has escuchado la historia del lobo y los conejos? Érase una vez que varios conejitos y un gran lobo Vivían en un bosque. Para proteger a sus conejitos del lobo, cada vez que la mamá conejo salía, advertía a sus bebés que cerraran la puerta con firmeza y que no la abrieran hasta que ella regresara. Los bebés conejos eran muy obedientes e inteligentes. Entonces, el lobo llamó a la puerta, imitando el sonido de la madre conejo. Pero los conejitos se dieron cuenta del truco del lobo al distinguir el sonido del lobo del sonido de su madre. Al final, cuando su madre regresó y llamó a la puerta, la reconocieron al escuchar su voz y abrieron la puerta felizmente.

Fue porque su madre les advirtió antes de irse de su madriguera que los pequeños conejos fueron cautos y no abrieron ciegamente a la puerta cuando oyeron llamar a ella. A parte de que, los pequeños conejos eran inteligentes, sabían que deberían oír la voz y distinguir si el que llamó a la puerta era su madre, se dieron cuenta de que el lobo se había disfrazado como su madre. Por lo tanto, estuvieron sanos y salvos hasta que su madre regresó. Pienso: si los conejitos no hubieran escuchado la advertencia de su madre y hubieran abierto la puerta al lobo, las consecuencias hubieran sido inimaginables. Sin embargo, siguieron al pie de la letra las advertencias de su madre, protegiéndose y no abriendo la puerta a quien llamara, habrían dejado a su madre fuera cuando ella realmente regresó.
Al oír esta historia, no puedo evitar recordar que el Señor Jesús, hace dos mil años, advirtió a la gente: “Entonces, si alguno os dice: ‘Mirad, aquí está el Cristo’, o: ‘Mirad, allí está’, no le creáis. Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán señales y prodigios a fin de extraviar, de ser posible, a los escogidos. Mas vosotros, estad alerta; ved que os lo he dicho todo de antemano” (Marcos 13: 21-23).

De este verso, podemos ver que en los últimos días, si algunas personas atestiguan que el Señor ha regresado, debemos tener cuidado y no escuchar a ciegas sus palabras. Pero esto no significa que no podamos creer a nadie que predica el regreso del Señor. De lo contrario, dejaremos a Cristo fuera y perderemos la oportunidad de recibir al Señor cuando realmente venga. Además, el Señor Jesús ha explicado claramente que Su voluntad es protegernos contra los falsos cristos, cuyos rasgos principales son mostrar señales y maravillas. No debemos creer a esas personas cuando nos encontremos con ellas. Pero ahora hay muchos hermanos y hermanas que no escuchan a nadie que predica la segunda venida del Señor por temor a ser engañados por falsos Cristos. ¿No es esto un caso de no comer por miedo a atragantarse?

Jesucristo llama la puerta,la segunda venida de Cristo

Se dice en el libro de Apocalipsis: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo”(Apocalipsis 3:20). El Señor Jesús también dijo: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen;” (Juan 10:27).
Además, vi dos pasajes de las palabras de Dios en un sitio web del evangelio: “Así, ya que estamos buscando las huellas de Dios, debemos buscar la voluntad de Dios, las palabras de Dios, las declaraciones de Dios, porque donde están las nuevas palabras de Dios, ahí está la voz de Dios, y donde están las huellas de Dios, ahí están los hechos de Dios. Donde está la expresión de Dios, ahí está la aparición de Dios, y donde está la aparición de Dios, ahí existe la verdad, el camino y la vida”. “¡Así que busquemos la voluntad de Dios y descubramos Su aparición por Sus declaraciones, y sigamos Sus huellas! Dios es la verdad, el camino y la vida. Sus palabras y Su aparición existen simultáneamente […]”.

De las palabras de Dios, podemos ver que cuando el Señor regresa, Él se parará a la puerta y tocará. Si podemos darle la bienvenida principalmente depende de si somos capaces de escuchar Su voz. Si podemos reconocer la voz de Dios, podremos abrir nuestras puertas para darle la bienvenida a fin de asistir al banquete con Él. Entonces, cuando se trata de la segunda venida del Señor, no podemos cerrar nuestras puertas para protegernos contra aquellos que lo predican debido a nuestro temor. Es crucial prestar atención y escuchar la voz de Dios.

Al igual que en la Era de la Gracia, fue al escuchar las palabras del Señor Jesús que esos creyentes reconocieron que el Señor Jesús era el Mesías venidero, lo siguieron y luego recibieron la llegada del Mesías. Por ejemplo, en Juan 1: 47-49 dice: “Jesús vio venir a Natanael y dijo de él: He aquí un verdadero israelita en quien no hay engaño. Natanael le dijo: ¿Cómo es que me conoces? Jesús le respondió y le dijo: Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. Natanael le respondió: Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel”. Al principio, Natanael no creía que el Señor Jesús fuera el Mesías. Pero al oír que el Señor Jesús lo había conocido cuando estaba bajo la higuera, reconoció que el Señor Jesús era Dios mismo y lo siguió. Además, Pedro, Juan y otros discípulos también reconocieron la voz de Dios al escuchar las palabras del Señor Jesús. Finalmente, ellos recibieron la salvación de Dios.

Por el contrario, otros judíos también sabían que el Mesías vendría, pero creían en las mentiras de los principales sacerdotes y fariseos y se negaban ciegamente sin buscar o escuchar las palabras y declaraciones del Señor Jesús por temor a ser engañados. Finalmente, perdieron la salvación del Señor.
Se puede ver que es muy importante para nosotros poder escuchar la voz de Dios, ya que está directamente relacionada con la obtención de la salvación de Dios. Especialmente ahora, es un momento crucial para el regreso del Señor, debemos ser aún más los que escuchemos humildemente la voz de Dios. Así como Apocalipsis dice: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. […]” (Apocalipsis 2:7).

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Reflexión cristiana | “El misterio del nombre de Dios” ¿Se llamará Jesús cuando el Señor regrese?

Reflexión cristiana | “El misterio del nombre de Dios” ¿Se llamará Jesús cuando el Señor regrese?

A lo largo de 2000 años, los cristianos siempre han orado e implorado en el nombre del Señor Jesús, creyendo que el único nombre de Dios será por siempre el de Jesús. Sin embargo, el Libro del Apocalipsis, capítulo 3, versículo 12, profetiza que el Señor tendrá un nombre nuevo a Su regreso. Entonces, ahora que el Señor ha regresado en los últimos días, ¿podemos seguir llamándolo Jesús? ¿Qué misterios oculta el nombre de Dios? El diálogo cómico “El misterio del nombre de Dios” combina los estilos interpretativos del canto y el recital con el objetivo de guiarnos para que entendamos la relevancia de por qué Dios adopta nombres distintos en eras distintas.

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Canción cristiana 2020 | Dios encarnado realiza la obra más crucial de salvar al hombre

Canción cristiana 2020 | Dios encarnado realiza la obra más crucial de salvar al hombre

I
La obra de Dios encarnado es la más grande de Dios.
La obra de Dios encarnado, Su obra más profunda es.
De las tres etapas de Su obra,
las más cruciales son estas dos,
estas dos etapas son de la obra de Dios encarnado.
La parte más crucial de la obra de Dios es en la encarnación.
La salvación de cada hombre por Dios en la carne debe ocurrir.
Aunque el hombre se sienta ajeno a Su carne,
en realidad tiene que ver con la existencia y el sino de la humanidad,
pues Su obra es la más crucial.
II
A la obra de Dios encarnado la obstruye la corrupción.
El ambiente es hostil, la calidad del hombre es pobre.
En los últimos días, es tan difícil la obra.
Pero un buen resultado se logrará al final de la obra.
La parte más crucial de la obra de Dios es en la encarnación.
La salvación de cada hombre por Dios en la carne debe ocurrir.
Aunque el hombre se sienta ajeno a Su carne,
en realidad tiene que ver con la existencia y el sino de la humanidad,
pues Su obra es la más crucial.
III
El mayor resultado obtendrá la obra de Dios.
Sin falla o error, Su obra lo logrará.
Este es el efecto que tiene la obra en la carne,
más persuasiva que la obra del Espíritu.
Concluirán tres etapas de la obra, Dios en la carne lo hará.
Las tres etapas deben concluirse, sólo Dios encarnado podrá.
La parte más crucial de la obra de Dios es en la encarnación.
La salvación de cada hombre por Dios en la carne debe ocurrir.
Aunque el hombre se sienta ajeno a Su carne,
en realidad tiene que ver con la existencia y destino de la humanidad,
pues Su obra es la más crucial.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

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La Palabra de Dios | Las dos encarnaciones completan el sentido de la encarnación

La Palabra de Dios | Las dos encarnaciones completan el sentido de la encarnación

Dios Todopoderoso dice: “El Espíritu de Dios ha realizado una obra muy grande desde que se creó el mundo; Él ha realizado una obra diferente a lo largo de las distintas eras y en naciones distintas. Las personas de cada era ven Su carácter diferente, que se revela de forma natural por medio de la obra diferente que Él realiza. Él es Dios, lleno de compasión y misericordia; Él es la ofrenda por el pecado para el hombre y su pastor, pero Él también es juicio, castigo, y maldición sobre el hombre. Él pudo guiar al hombre para que viviese sobre la tierra durante dos mil años y también pudo redimir a la humanidad corrupta del pecado. Y hoy en día, Él también es capaz de conquistar a la humanidad que no lo conoce y someterla bajo Su dominio, de forma que todos se sometan totalmente a Él. Al final, Él quemará todo lo impuro e injusto del hombre en todo el universo, para mostrarle que Él no es sólo un Dios de compasión, misericordia, sabiduría, maravillas y santidad, sino que aún más, Él es un Dios que juzga al hombre”.

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“¿Quién es mi Señor?” Escena 2 – ¿Están en la Biblia toda la obra y todas las palabras de Dios?

La Palabra de Dios Todopoderosodice: “Después de todo, ¿quién es más grande: Dios o la Biblia? ¿Por qué debe ser la obra de Dios acorde con la Biblia? ¿Podría ser que Dios mismo no tuviera derecho a sobrepasar la Biblia? ¿No puede salirse Dios de la Biblia y hacer otra obra?… Deberías saber qué vino primero, ¡Dios o la Biblia! ” (La Palabra manifestada en carne).

Película evangélica “¿Quién es mi Señor?” Escena 2 – ¿Están en la Biblia toda la obra y todas las palabras de Dios?

La totalidad del mundo religioso cree que todas las palabras y la obra de Dios están en la Biblia y que, salvo en ella, no hay más palabras de Dios ni de Su obra. Por tanto, si eres fiel a la Biblia, seguro que podrás entrar en el reino de los cielos. ¿Concuerdan estas ideas con la obra de Dios? ¿Hay palabras de Dios fuera de la Biblia? ¿Qué es exactamente lo que conducirá al hombre al reino de los cielos? ¿Aferrarse a la Biblia? ¿Seguir la huella del Cordero? ¡Este vídeo te revelará todas las respuestas!

 

 

Película evangélica “Esperando” Escena 2

Película evangélica “Esperando” Escena 2 – La virgen prudente sabe distinguir entre el verdadero Cristo y los falsos Cristos

Cuando te enfrentes a la segunda venida del Señor, ¿sentirás tanto miedo a los falsos Cristos que cerrarás la puerta para protegerte y esperar a la revelación del Señor o actuarás como una virgen prudente y escucharás con atención la voz de Dios y recibirás el regreso del Señor? Este breve vídeo te dirá cómo recibir la segunda venida del Señor.

La Biblia registra muchas de las palabras y la obra de Dios. Entonces, ¿Estudios bíblicos profundos para conocer mejor a Dios? Haga clic en Messenger para comunicarse con nosotros.

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Después de comprender la verdad de distinguir entre el verdadero Cristo y los falsos cristos, ya no subo la guardia ciegamente

Por Xiangwang, Malasia

Desde pequeña he seguido a mi madre —una diaconisa de la Iglesia y maestra de escuela dominical— en la creencia en el Señor. Asistía con frecuencia a las reuniones y leía la Biblia con ella y, conforme fui creciendo, pasé del grupo de los niños al de los adolescentes.

El pastor responsable de impartir sermones al grupo de adolescentes era doctor en teología. A menudo nos decía que ser pastor no era fácil y que, sin la inspiración del Espíritu Santo, era muy difícil perseverar en la obra de pastoreo. Por tal motivo lo idolatrábamos y creíamos que era alguien en quien Dios se deleitaba y que recibía la inspiración del Espíritu Santo. Cuando nos predicaba, frecuentemente echaba mano de dos versículos de la Biblia: “Entonces, si alguno os dice: ‘Mirad, aquí está el Cristo’, o: ‘Mirad, allí está’, no le creáis. Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán señales y prodigios a fin de extraviar, de ser posible, a los escogidos” (Marcos 13:21-22). Nos decía que habría muchos falsos cristos que aparecerían en los últimos días y nos exhortaba a que siempre tuviéramos cuidado y a que no simplemente fuéramos y escucháramos otros sermones ocasionalmente. Especialmente a quienes todavía no contábamos con bases sólidas en lo referente a la Biblia y a aquellos cuya estatura era muy pequeña, nos decía que era mejor que no escucháramos, leyéramos ni estudiáramos ningún sermón que predicara alguna persona de otra denominación, con el fin de evitar que fuéramos engañados.

Además de esto, el pastor a menudo mencionaba a ciertas iglesias que, definitivamente, teníamos que evitar a toda costa, incluyendo el Relámpago Oriental, y nos hablaba sobre una parte de la publicidad negativa que circulaba sobre él. Cuando los miembros de mi grupo escucharon esto, todos dijeron que evitarían esa Iglesia. El pastor con frecuencia nos predicaba que, siempre que leyéramos frecuentemente la Biblia, asistiéramos regularmente a las reuniones y lleváramos a cabo con regularidad nuestras devociones espirituales, nos confesáramos y nos arrepintiéramos de nuestros pecados ante el Señor todos los días y mantuviéramos una vigilancia paciente en todo momento, entonces, cuando el Señor viniera seríamos arrebatados al reino de los cielos. Yo creía firmemente en lo que él decía, no me atrevía a escuchar ocasionalmente los sermones que predicaban en otras iglesias y actuaba totalmente acorde con las instrucciones del pastor. Así pues, sentía que ya me había asegurado un lugar entre quienes esperan el regreso del Señor.

Después de comprender la verdad de distinguir entre el verdadero Cristo y los falsos cristos, ya no subo la guardia ciegamente

Un día de agosto de 2017, el hermano Hu de nuestra iglesia vino repentinamente a visitarme a la escuela y me dijo en un tono muy serio: “Tengo algo muy importante que decirte. Al parecer, tu madre y tu hermana ahora creen en el Relámpago Oriental”. Quedé estupefacta cuando escuché esta noticia y pensé para mis adentros: “¿Acaso el pastor no nos exhorta siempre a que no tengamos nada que ver con el Relámpago Oriental? ¿Cómo es que mi madre comenzó a creer en él?” Entonces, el hermano Hu me habló sobre parte de la publicidad negativa que rodeaba al Relámpago Oriental, y cuanto más escuchaba, más miedo y pánico sentía. No podía dejar de pensar: “¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo hacer?”. Justo en ese momento, el hermano Hu dijo: “Apresúrate a llegar a casa y pregunta a tu madre si en verdad ha comenzado a creer en el Relámpago Oriental. Sin embargo, cuando se lo preguntes, finge que no sabes nada. Primero escucha lo que ella tenga que decirte y luego entrégame una grabación de tu conversación”. Como tenía miedo de que mi madre se hubiera desviado del camino, accedí.

Por supuesto, tan pronto como regresé a casa mi madre me dijo que el Señor Jesús había regresado como Dios Todopoderoso y que, en los últimos días, Dios Todopoderoso estaba dando muchos mensajes y llevando a cabo la obra del juicio, comenzando por la casa de Dios, para purificar y cambiar al hombre y para salvarlo completamente de las garras del pecado. Continuó y dijo que esta era la última etapa de la obra de Dios para salvar a la humanidad y que, si nos la perdíamos, no tendríamos otra oportunidad de ser salvas. Dijo que esperaba que yo también me apresurara a estudiar la obra de Dios de los últimos días y que asistiera a una reunión de la Iglesia de Dios Todopoderoso. Cuando dijo esto, de inmediato pensé en la publicidad negativa relacionada con el Relámpago Oriental de la cual me había hablado el hermano Hu y sentí una fuerte aversión hacia lo que mi madre decía. Sin embargo, para poder grabar en secreto nuestra conversación, contuve mis sentimientos y seguí escuchándola.

Al día siguiente, mi madre me pidió que me conectara a internet para una reunión con las personas de la Iglesia de Dios Todopoderoso, pero de inmediato la paré en seco y le dije: “Mamá, no voy a asistir a sus reuniones y tú tampoco deberías asistir ya a ellas. Parece que te estás apoyando cada vez más en ellos”. Mi madre respondió amablemente: “Desde que he asistido a las reuniones y he conversado con los hermanos y hermanas de la Iglesia de Dios Todopoderoso, he obtenido nuevo conocimiento y entendimiento de las palabras de Dios que se encuentran en la Biblia, y me siento segura en mi corazón de que sus enseñanzas están llenas de luz y surgen del esclarecimiento del Espíritu Santo. Es más, las palabras de Dios Todopoderoso han resuelto gran parte de mi confusión y ahora tengo la absoluta certeza de que la Iglesia de Dios Todopoderoso definitivamente tiene la obra del Espíritu Santo y que las palabras expresadas por Dios Todopoderoso son la verdad…”. Para ese momento, mi mente estaba llena de nociones sobre el Relámpago Oriental y simplemente no podía aceptar nada que mi madre dijera. Posteriormente me conecté a internet y le mostré a mi madre parte de la publicidad negativa que rodeaba al Relámpago Oriental, de la cual el hermano Hu me había hablado, y le dije: “¿Lo ves, mamá? Todo está claramente expuesto aquí en internet y nuestro pastor nos dice a menudo que tampoco investiguemos sobre el Relámpago Oriental. Por favor, dime que no tendrás nada que ver con ellos de ahora en adelante”.

Mi madre no vio la publicidad negativa, sino que siguió hablando conmigo pacientemente y me dijo: “Hija querida, el Gobierno comunista chino es una organización atea que desprecia la aparición y la obra de Dios y a cualquiera que tenga una creencia religiosa. En China, el cristianismo y el catolicismo son condenados por el Gobierno del PCCh como sectas y la Biblia es condenada como un libro sectario; se han quemado o destruido un número incontable de copias y ahora incluso está prohibido que se venda en China. Muchos cristianos y católicos han sido arrestados, perseguidos y encarcelados por el Gobierno del PCCh, y algunos incluso han sido lisiados o asesinados. Los grupos internacionales de derechos humanos y las naciones occidentales han denunciado vehementemente al Gobierno comunista chino muchas veces. ¿Realmente puedes creer las palabras de semejante régimen satánico que se opone a Dios? ¿Acaso está calificado para evaluar y condenar la aparición y la obra de Dios? Y ¿por qué los pastores y ancianos no nos permiten estudiar la obra de Dios de los últimos días? ¿Sus acciones se ajustan a las enseñanzas del Señor? El Señor Jesús nos dijo: ‘Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos’ (Mateo 5:3). A partir de las palabras del Señor, podemos ver que Él quiere que seamos seguidores con una mente abierta que investigan activamente cuando escuchan que alguien da testimonio de Su regreso, pues solo entonces podemos dar la bienvenida al regreso del Señor. Querida hija, como creyentes en el Señor, ¿por qué escuchamos las opiniones de otras personas, pero no hacemos caso a las palabras del Señor? Si creemos lo que el pastor dice y la publicidad negativa que lanza ese régimen satánico y nos volvemos pasivas y cautelosas cuando escuchamos que alguien da testimonio del regreso del Señor, ¿acaso eso concuerda con la voluntad del Señor? Al hacerlo, ¿no estamos yendo contra las palabras del Señor? Los creyentes judíos que vivían en la época de Jesús no buscaban ni estudiaban las palabras y la obra del Señor, sino que, ciegamente, creían los rumores que fabricaban los fariseos sobre el Señor, y, así, se resistieron al Señor Jesús y lo condenaron y finalmente lo crucificaron y fueron castigados por Dios. Debemos aprender la lección del fracaso de los judíos y evitar perder la oportunidad que tenemos de dar la bienvenida al Señor. Está profetizado muchas veces en el Apocalipsis: ‘El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias’ (Apocalipsis 2, 3). A partir de este versículo podemos ver que, cuando el Señor regrese, Él también hablará y, si deseamos acoger Su regreso, debemos aprender a escuchar la voz de Dios. Solo si lees y estudias las palabras de Dios Todopoderoso sabrás si son o no la voz de Dios”. Habiendo dicho esto, mi madre tomó un libro titulado Declaraciones de Cristo de los últimos días y me lo entregó.

Miré el libro que tenía en sus manos, pero no lo tomé. Como todavía no podía aceptar lo que ella decía, simplemente expresé: “No quiero leerlo” y, luego, me di la vuelta y me fui a mi habitación.

Sentada frente a mi escritorio, recobré la calma y reflexioné sobre lo que mi madre acababa de decir. Pensé para mis adentros: “De hecho, lo que mi madre dijo no estaba equivocado. El Relámpago Oriental da testimonio de que el Señor ha regresado; sin embargo, yo he creído ciegamente en lo que el pastor dice y he creído en la publicidad negativa sobre el Relámpago Oriental que ha lanzado el Gobierno comunista chino sin siquiera haber leído las palabras expresadas por Dios Todopoderoso. Supongo que fue una decisión bastante arbitraria de mi parte. Si Dios Todopoderoso verdaderamente es el Señor Jesús que ha regresado y yo me niego a aceptarlo, entonces perderé la oportunidad de darle la bienvenida al Señor. Sin embargo, el pastor siempre nos predica que los falsos cristos aparecerán en los últimos días y si resulta que yo me desvío del camino, ¿acaso mi creencia en el Señor no habrá sido en vano?” Mi corazón se tambaleaba y yo simplemente no sabía a quién creerle, así que invoqué al Señor: “¡Oh, Señor! Siempre he anhelado Tu regreso, pero ahora tengo miedo de ser engañada por los falsos cristos que aparecen en los últimos días. ¡Oh, Señor! Las personas del Relámpago Oriental están ahora testificando que has regresado, así pues, si verdaderamente has regresado como Dios Todopoderoso, entonces te pido que me esclarezcas y me guíes, y me permitas reconocer Tu voz”.

Al día siguiente, mi mamá volvió a animarme a asistir a una de sus reuniones. Después de dudarlo un poco, decidí conectarme a internet y escuchar lo que tenían que decir. Cuando acababa de empezar la reunión, me sentía muy inquieta y realmente no escuché lo que los hermanos y hermanas estaban enseñando. Posteriormente, el hermano Zhang impartió enseñanza acerca de aspectos de la verdad como el plan de gestión de Dios para salvar a la humanidad, el misterio de las tres etapas de la obra de Dios, así como sobre la obra del juicio que Dios lleva a cabo en los últimos días; mi corazón se sintió atraído y cuanto mas escuchaba, más innovador y nuevo parecía todo. Aunque previamente había asistido a clases de estudio bíblico, los predicadores solo habían hablado sobre la naturaleza milagrosa de la obra de Dios al mencionar los milagros que Él llevaba a cabo o hablaban también sobre cómo los santos del pasado habían obedecido a Dios para llevar a cabo Sus comisiones, etcétera. Jamás mencionaron nada sobre el plan de gestión de Dios para salvar a la humanidad. La enseñanza del hermano Zhang me permitió obtener cierto entendimiento en relación con la obra de Dios de gestionar a la humanidad; todo esto eran cosas que jamás había comprendido a pesar de haber leído la Biblia durante muchos años. Para cuando terminó la reunión, había cambiado de opinión. Decidí que primero investigaría la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días y que borraría la grabación que había hecho de mi conversación con mi madre.

Al tercer día, durante nuestra reunión, discutimos la diferencia entre las vírgenes prudentes y las vírgenes insensatas. El hermano Zhang dijo: “Las vírgenes prudentes lo son porque anhelan la aparición de Dios y saben escuchar la voz de Dios. Son inteligentes, poseen calibre y son personas que aman y buscan la verdad. En consecuencia, cuando escuchan la noticia de que el Señor ha venido, buscan e investigan activamente: las personas que son así no pueden ser engañadas por los falsos cristos. Las vírgenes insensatas no aman la verdad, no prestan atención a escuchar la voz de Dios y tampoco saben cómo hacerlo; están confundidas y no tienen discernimiento y, en lo que se refiere a la venida del Señor, solo pueden aferrarse a sus propias nociones e imaginaciones para resistirse a la obra de Dios y condenarla. Por ejemplo, en su fe en Dios, algunos hermanos y hermanas no le dan importancia a escuchar las palabras del Señor. Por el contrario, creen lo que dicen los pastores y ancianos. Lo que sea que digan los pastores y ancianos, eso es en lo que creen y, aunque crean en el Señor de palabra, en realidad siguen y obedecen a los pastores y ancianos. Luego están algunos hermanos y hermanas que se enfocan únicamente en protegerse ciegamente contra los falsos cristos y no buscan ni investigan aún cuando escuchan que alguien difunde la noticia del regreso del Señor: ¿no es esto parecido a dejar de comer por miedo a atragantarte? ¿Acaso este tipo de personas son capaces de acoger el regreso del Señor?”.

Las palabras del hermano Zhang me permitieron comprender de repente y pensé: “¡Es cierto! Desde hace mucho tiempo he creído en lo que mi pastor predica y no he estudiado la obra de Dios de los últimos días. Si verdaderamente Dios Todopoderoso es el Señor Jesús que ha regresado, entonces ¿no he sido expuesta como una virgen insensata? El Señor Jesús dijo: ‘Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá’ (Mateo 7:7). Siempre he esperado darle la bienvenida al Señor y ahora la Iglesia de Dios Todopoderoso está testificando que el Señor ha regresado. Debo ser una virgen prudente y buscar e investigar activamente la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días, pues solo eso es acorde con la voluntad de Dios”. Así pues, decidí seguir estudiando la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días.

Al día siguiente, en una reunión, pregunté: “Hermano, tú enseñaste ayer que la clave para ser una virgen prudente consiste en enfocarse en escuchar la voz de Dios. Siento que ahora tengo una senda que seguir para investigar la obra de Dios de los últimos días, pero mi pastor a menudo dice en sus sermones que los falsos cristos aparecerán en los últimos días para engañar a las personas; así pues, ¿cómo debemos distinguir entre el verdadero Cristo y los falsos cristos? No entiendo este aspecto de la verdad, así que me preguntaba si podrías compartir tu enseñanza conmigo”.

El hermano Zhang dijo: “La pregunta que acabas de hacer es crucial y se relaciona directamente con el hecho de si podemos o no acoger el regreso del Señor. Siempre que podamos comprender la verdad sobre el discernimiento entre el verdadero Cristo y los falsos cristos, no importa cuánto puedan tratar los falsos cristos de hacerse pasar por Dios, no nos engañarán. En lo que se refiere a cómo discernir entre el verdadero Cristo y los falsos cristos, el Señor dice: ‘Entonces si alguno os dice: «Mirad, aquí está el Cristo», o «Allí está», no le creáis. Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán grandes señales y prodigios, para así engañar, de ser posible, aun a los escogidos’ (Mateo 24:23-24). Las palabras de Dios nos dicen claramente que los falsos cristos en los últimos días utilizarán, principalmente, señales y prodigios para engañar a las personas. Como los falsos cristos carecen de la verdad y su esencia es igual a la de los espíritus malignos y los demonios, solo pueden imitar la obra pasada de Dios y llevar a cabo algunas señales y prodigios sencillos o malinterpretar la Biblia para confundir a las personas con teorías esotéricas. Solo Cristo es la verdad, el camino y la vida y solo Él puede expresar la verdad, mostrarnos el camino y darnos vida. Todos aquellos que se hacen llamar Cristo, pero no pueden expresar la verdad, ciertamente son falsos cristos e impostores y este es el principio por medio del cual podemos distinguir a los falsos cristos”.

Después de escuchar la enseñanza del hermano, leí cuidadosamente este pasaje de las Escrituras una vez más y luego, de repente, todo se aclaró: “Sí, realmente en la Biblia dice que los falsos cristos realizarán grandes señales y prodigios para engañar a las personas. Así pues, ¿cómo es posible que esos pastores, que están bien versados en la Biblia, no hayan visto este principio a través del cual podemos distinguir a los falsos cristos?”.

El hermano Zhang envió un pasaje de las palabras de Dios Todopoderoso: “Si durante la época actual emerge una persona capaz de exhibir señales y maravillas, echar fuera demonios, sanar a los enfermos y llevar a cabo muchos milagros, y si esta persona declara ser Jesús que ha venido, sería la falsificación por parte de espíritus malos y su imitación de Jesús. ¡Recuerda esto! Dios no repite la misma obra. La etapa de la obra de Jesús ya ha sido completada, y Dios nunca más la acometerá. […] Si durante los últimos días, Dios siguiera exhibiendo señales y maravillas, echara fuera demonios y sanara a los enfermos —si hiciera exactamente lo mismo que Jesús—, Dios estaría repitiendo la misma obra, y la de Jesús no tendría significado ni valor. Así pues, Dios lleva a cabo una etapa de la obra en cada era. Una vez completada cada etapa de la obra, los espíritus malignos la imitan pronto, y después de que Satanás empiece a pisarle los talones a Dios, este cambia a un método diferente. Una vez que Dios ha completado una etapa de Su obra, los espíritus malignos la imitan. Debes tener claro esto” (‘Conocer la obra de Dios hoy’ en “La Palabra manifestada en carne”).

El hermano Zhang compartió una enseñanza: “A partir de las palabras de Dios Todopoderoso podemos ver que Dios es siempre nuevo y nunca viejo, y Él jamás ha realizado la misma obra dos veces. Cada vez que Dios lanza una nueva etapa de la obra, expresa nuevas palabras y da al hombre nuevas sendas de práctica. Por ejemplo, cuando el Señor Jesús vino, no repitió la obra de promulgar las leyes y mandamientos, sino que utilizó esa obra como una base para llevar a cabo la obra de redimir a toda la humanidad y dio a las personas de aquella época nuevas sendas de práctica. Por ejemplo, enseñó a las personas a confesarse y arrepentirse, a amar a sus enemigos, a aprender a perdonar, a amarse los unos a los otros, etcétera. Ahora, Dios Todopoderoso ha venido en los últimos días y no expresa el camino del arrepentimiento nuevamente; más bien, utiliza la obra de la redención como una base sobre la cual llevar a cabo la obra del juicio y la purificación del hombre por medio de la palabra. Durante esta etapa de la obra, Dios no realiza señales y prodigios, sino que expresa Sus palabras de una manera práctica con el fin de revelar nuestro carácter corrupto y juzgar nuestra maldad. Al mismo tiempo, Dios nos otorga todas las verdades que necesitamos para alcanzar la verdadera salvación y nos permite comprender la senda del cambio de carácter, a través de la cual podemos deshacernos de nuestro carácter corrupto y ser guiados por Dios a Su reino. Por otra parte, la mayoría de los falsos cristos, que están poseídos por espíritus malignos, son todos excepcionalmente arrogantes y absurdos. Son incapaces de iniciar nuevas eras, tampoco pueden finalizarlas y, mucho menos, expresar la verdad para mostrar a las personas la senda del cambio de carácter. Todo lo que pueden hacer es imitar la obra pasada del Señor Jesús y realizar algunas señales y prodigios sencillos para engañar a las personas. Sin embargo, en lo que se refiere a los grandes milagros que el Señor Jesús realizó —como resucitar a los muertos y alimentar a cinco mil personas con dos peces y cinco hogazas de pan— los falsos cristos, simplemente, son incapaces de imitar estas obras, pues solo Dios posee tal autoridad y poder y los falsos cristos jamás podrían lograr tales cosas”.

Solo a través de la enseñanza del hermano pude comprender que la obra de Dios es siempre nueva y nunca vieja y que los falsos cristos únicamente son capaces de imitar la obra pasada de Dios y realizar unas cuantas señales y prodigios sencillos. Sin embargo, son incapaces de llevar a cabo la obra de Dios y, siempre que comprendamos los principios que se encuentran detrás de la obra de Dios, no seremos engañados. En el pasado, siempre tuve miedo de ser engañada, así que no me había atrevido a escuchar ningún sermón del Relámpago Oriental, y, mucho menos, buscar y estudiar la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días. En lugar de ello, me enclaustré en la Iglesia, escuché los sermones que ahí se daban y alabé al Señor, pensando que ese era el camino más seguro y que me reuniría con el Señor en el futuro. Sin embargo, ahora, cuando pienso en ello, veo que haber sido tan pasiva y precavida y no haber buscado proactivamente las declaraciones del Señor en los últimos días, verdaderamente me había vuelto proclive a perderme la oportunidad de darle la bienvenida.

El hermano Zhang continuó con su enseñanza y dijo: “Dios es la verdad, el camino y la vida y, además de distinguir entre el verdadero Cristo y los falsos cristos a través de los principios de la obra de Dios, también podemos distinguirlos por la esencia de Cristo”. Llegado ese punto, el hermano Zhang envió un pasaje de las palabras de Dios: “El Dios que se hizo carne se llama Cristo, y así el Cristo que les puede dar a las personas la verdad se llama Dios. No hay nada excesivo en esto porque Él posee la esencia de Dios, y posee el carácter de Dios, y posee la sabiduría en Su obra, que el hombre no puede alcanzar. Los que así mismos se llaman Cristo, pero que no pueden hacer la obra de Dios, son fraudes. Cristo no es sólo la manifestación de Dios en la tierra, sino también es la carne particular asumida por Dios a medida que cumple y completa Su obra entre los hombres. Esta carne no es una que cualquier hombre pueda reemplazar, sino una que pueda adecuadamente llevar la obra de Dios en la tierra y expresar el carácter de Dios y representar bien a Dios y proveer al hombre con la vida. Tarde o temprano, aquellos que suplantan a Cristo caerán porque, aunque afirman ser Cristo, no poseen nada de la esencia de Cristo. Y así digo que la autenticidad de Cristo, el hombre no la puede definir, sino que Dios mismo la contesta y la decide” (‘Sólo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna’ en “La Palabra manifestada en carne”).

El hermano Zhang continuó con su enseñanza, diciendo: “A partir de las palabras de Dios podemos ver que Cristo es la encarnación del Espíritu de Dios: Éll posee una esencia divina, lleva a cabo la obra de Dios, expresa el carácter de Dios, puede expresar la verdad para suministrar y pastorear al hombre en cualquier momento y en cualquier lugar, y solo Cristo puede realizar la obra de salvar al hombre. Por ejemplo, el Señor Jesús fue Cristo y Su aparición y Su obra finalizaron la Era de la Ley y comenzaron la Era de la Gracia. El también habló para otorgar a la humanidad el camino del arrepentimiento, para permitirle conocer claramente la voluntad de Dios y Sus requisitos y para darle un camino a seguir cuando surgieran dificultades. A través de las palabras del Señor Jesús, el hombre entendió como orar al Señor, cómo llevarse bien los unos con los otros, como perdonarse los unos a los otros, etcétera. Además, el Señor Jesús expresó Su carácter de bondad y misericordia, sanó a los enfermos, echó fuera demonios y otorgó gracia infinita al hombre. Finalmente, fue crucificado para redimir a la humanidad, completando, así, la obra de redimir a toda la humanidad y salvándonos de las ataduras y los grilletes de la ley, y nos evitó el peligro de ser condenados y ejecutados por violarla. Estas son tan solo algunas de las cosas que hizo el Señor Jesús y nadie más podría haberlas hecho en Su lugar. A partir de la obra y las palabras del Señor Jesús, podemos ver que Él es la verdad, el camino y la vida. De manera similar, Dios, una vez más, se ha hecho carne en los últimos días y ha concluido la Era de la Gracia y ha comenzado la Era del Reino. Ha dicho millones de palabras, lleva a cabo la obra del juicio y la purificación y expresa el carácter justo de Dios que es majestuoso, iracundo e inofendible. Las palabras pronunciadas por Dios Todopoderoso no solo ponen al descubierto el misterio del plan de gestión de Dios en su totalidad y el fin y el destino final del hombre, sino que también exponen con perfecta claridad las verdades que precisamos para ser purificados y para alcanzar la verdadera salvación de acuerdo con nuestras necesidades. Por ejemplo, Él explica cómo Satanás corrompe al hombre, la verdad de la corrupción del hombre a manos de Satanás, cómo juzga y purifica Dios el carácter corrupto del hombre, la forma como este debe creer en Dios y obedecerle, a qué clase de persona ama Dios y a cuál detesta y elimina, cómo debemos buscar para ser perfeccionados por Dios, etcétera. A través de experimentar el juicio y castigo de las palabras de Dios, vemos claramente la esencia y el origen de nuestra corrupción por parte de Satanás y llegamos a comprender el carácter justo, santo e inofendible de Dios. Por tanto, no podemos más que postrarnos ante Dios en señal de verdadero remordimiento; nos volvemos cada vez más reverentes y obedientes hacia Él y, gradualmente, echamos fuera nuestro carácter corrupto satánico, nos liberamos de los lazos del pecado y alcanzamos la verdadera salvación de Dios. Las declaraciones y obra de Dios Todopoderoso nos traen la verdad, el camino y la vida: Dios Todopoderoso es Dios mismo y Él es Cristo hecho carne. Los falsos cristos no poseen la esencia de Dios y no pueden expresar la verdad y, mucho menos, llevar a cabo la obra de salvar a la humanidad. Solo pueden hacer pronunciamientos engañosos para engatusar y dañar a las personas. Cuando alguien los escucha, no solo no obtiene ningún tipo de suministro, sino que, además, su corazón se vuelve cada vez más oscuro, cae cada vez más hondo, no tiene un lugar adonde ir e, inevitablemente, termina devorado por Satanás. Por tanto, a partir de las declaraciones, la obra y el carácter que Dios expresa, podemos determinar si Él es el Cristo encarnado”.

Después de escuchar las palabras de Dios Todopoderoso y la enseñanza del hermano, comprendí perfectamente la verdad de cómo distinguir entre el verdadero Cristo y los falsos cristos. Solo Cristo es la verdad, el camino y la vida y sólo Él puede expresar la verdad y llevar a cabo la obra de Dios mismo. Todos los que se hacen llamar a si mismos Cristo, pero son incapaces de expresar la verdad y no pueden realizar la obra de salvar al hombre son falsos cristos. Finalmente había encontrado el camino y ya no era ciegamente precavida y pasiva por miedo a ser engañada por los falsos cristos. ¡Gracias a Dios!

Después de eso, el hermano Zhang me impartió enseñanza sobre otras verdades, como el misterio de la encarnación, la diferencia entre la obra de Dios y la obra del hombre, la verdadera historia de la Biblia y más. Cuanto más escuchaba, más satisfecha me sentía y todos los días esperaba con ansias asistir a las reuniones con los hermanos y hermanas. Cada vez que una reunión terminaba, mi madre y yo discutíamos la nueva luz que habíamos obtenido a través de la reunión y, poco a poco, llegué a tener cierta comprensión de la obra de Dios de los últimos días. Después de un tiempo de buscar e investigar, me convencí de que, ciertamente, Dios Todopoderoso era el Señor Jesús que había regresado. Luego comencé a difundir el Evangelio y a dar la noticia del regreso del Señor a más personas todavía que anhelaban la aparición de Dios.

Posteriormente, mi madre y yo fuimos a nuestra antigua iglesia para asistir al servicio de los viernes. Cuando finalizó la reunión, para nuestra sorpresa, el pastor comenzó a reproducir un video con acusaciones falsas contra la Iglesia de Dios Todopoderoso. Cuando vi los rumores fabricados y la calumnia que habían montado contra la Iglesia de Dios Todopoderoso, me enojé y pensé: “La Iglesia de Dios Todopoderoso no es nada de lo que dicen. Ellos no han tenido contacto con la Iglesia de Dios Todopoderoso y tampoco han estudiado la obra de Dios de los últimos días. ¿Cómo pueden juzgar la obra de Dios sin fundamentos y de una forma tan arbitraria?”.

Cuando terminó el video, el pastor, dos diáconos y dos miembros del consejo de la Iglesia nos pidieron a mi madre y a mí que nos quedáramos. El pastor nos preguntó: “¿Son ahora creyentes en Dios Todopoderoso?”. Contestamos: “Sí”.

En cuanto dijimos esto, uno de los diáconos se paró de repente y, señalando a mi madre, dijo ferozmente: “¿Así que ahora creen en Dios Todopoderoso? A partir de mañana, ya no tienen permitido enseñar en la escuela dominical. Mañana por la tarde iré a su casa y me llevaré el dinero de la Iglesia”

Mi madre dijo: “Puede llevárselo cuando quiera”.

El pastor preguntó airadamente: “Todo el mundo religioso se resiste a la Iglesia de Dios Todopoderoso y la condena. ¿Por qué ustedes habrían de persistir en tener contacto con ellos?”.

Mi madre contestó: “Pastor, ¿acaso el mundo religioso posee la verdad? ¿Acaso el Señor Jesús dijo alguna vez que solo si seguimos al mundo religioso podemos darle la bienvenida al Señor? Cuando el Señor Jesús apareció y llevó a cabo Su obra hace muchos años, los líderes judíos no solo se rehusaron a buscar o investigar Su obra, sino que también impidieron que los creyentes la aceptaran e, incluso, inventaron rumores acerca del Señor Jesús, frenéticamente se resistieron a Él, lo juzgaron y blasfemaron en su contra. Al final, ofendieron el carácter de Dios y, así, fueron maldecidos y castigados por Dios. Si nos guiamos por lo que usted dice —que cualquier camino al que se resista y condene el mundo religioso no es el camino verdadero— entonces, ¿no significaría eso que usted está negando incluso la obra del Señor Jesús? Usted se niega a buscar o investigar la obra de Dios de los últimos días porque el mundo religioso se resiste a la Iglesia de Dios Todopoderoso y la condena: ¿está esto alineado con las palabras del Señor? Como pastores y diáconos de la Iglesia, ¿por qué simplemente condenan y juzgan arbitrariamente la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días sin siquiera molestarse en estudiarla? A través de la lectura de muchas de las palabras de Dios Todopoderoso y al ver que estas son la verdad y la voz de Dios, estamos seguras de que Dios Todopoderoso es el Señor Jesús que ha regresado”. Para mi sorpresa, mostraron un gran desprecio y desdén por lo que mi madre había dicho y no lo aceptaron en absoluto.

Mi madre abrió una aplicación en su teléfono y les leyó las palabras de Dios Todopoderoso. Uno de los miembros del consejo de la Iglesia habló de una manera muy arrogante e, incluso, hizo algunos comentarios blasfemos sobre Dios Todopoderoso. Mi madre dijo con enojo: “Ustedes son increíblemente arrogantes. Estas palabras son la verdad; ¿acaso no pueden escucharla? ¿No pueden entender la voz de Dios cuando la escuchan? ¿Son ustedes realmente las ovejas de Dios?”.

Con una sonrisa fingida, nos miraron altaneramente. Luego, el pastor dijo con arrogancia: “Aquel al que esperamos es el Señor Jesús que tiene heridas de clavos en las manos y viene con apariencia de judío. Además del Señor Jesús, no aceptaremos nada, aun si lo que Dios Todopoderoso expresa es la verdad”. Al ver cuán tercos eran, mi madre y yo dejamos de intentar hablar con ellos. Yo vi que su conducta era exactamente la misma que la de los fariseos que se habían resistido al Señor Jesús; creían en Dios, pero no buscaban la verdad y tampoco se enfocaban en escuchar Su voz. En cambio, eran simplemente arrogantes y engreídos, se aferraban obstinadamente a sus propias nociones e imaginaciones y juzgaban arbitrariamente y se resistían a la obra de Dios: ciertamente, ellos parecían servir a Dios, pero, de hecho, se resistían a Él.

Luego, el pastor nos amenazó: “Les daremos un mes para que lo reconsideren. Si dentro de un mes persisten en su creencia en Dios Todopoderoso, las expulsaré de nuestra Iglesia”.

Dije con indignación: “No hay necesidad de esperar un mes. Expúlsenos ahora. Después de haber pasado todo este tiempo buscando e investigando la obra de Dios de los últimos días, ya tenemos la certeza de que Dios Todopoderoso es el Señor Jesús que ha regresado. Finalmente hemos escuchado la voz de Dios, así que, aun cuando usted no nos expulse, de cualquier forma, nosotras no regresaremos a las reuniones de esta Iglesia”.

El pastor bajó la voz y dijo furtivamente: “Eso no funcionará. Si las expulsamos ahora, ¿qué pensarán de nosotros los hermanos y hermanas? Dirán que las expulsamos simplemente por asistir a algunas reuniones en línea y daremos la apariencia de ser totalmente insensibles. Dentro de un mes, diremos a los hermanos y hermanas de nuestra Iglesia que hemos intentado por todos los medios aconsejarlas y les hemos dado tiempo más que suficiente para reconsiderarlo, pero que, al final, ustedes persistieron en creer en Dios Todopoderoso y decidieron dejar la Iglesia, y solo entonces las expulsamos”.

Cuando escuché al pastor decir esto, me sentí asqueada y no quise decirles ni una sola palabra más. Caminé hacia la salida y jalé a mi madre para que viniera conmigo. Justo cuando nos íbamos, el pastor nos lanzó una advertencia. “Es decisión suya si creen en Dios Todopoderoso o no, pero ya no les permitiré tener ningún tipo de contacto con los hermanos y hermanas de nuestra Iglesia”.

Cuando nos fuimos de la iglesia, ya pasaba de la una de la mañana. Cuando repasé en mi mente lo que acababa de ocurrir, simplemente no podía creer que el pastor —el predicador a quien siempre habíamos venerado por su moralidad y virtud— pudiera comportarse de esta manera. En ese momento, las palabras de Dios vinieron a mi mente: “Los que leen la Biblia en grandes iglesias la recitan cada día, pero ninguno entiende el propósito de la obra de Dios. Ninguno es capaz de conocer a Dios; además, ninguno es conforme al corazón de Dios. Son todos hombres inútiles, viles, que se ponen en alto para enseñar a Dios. Aunque blanden el nombre de Dios, se oponen voluntariamente a Él. Aunque se etiquetan como creyentes en Dios, son los que comen la carne y beben la sangre del hombre. Todos esos hombres son diablos que devoran el alma del hombre, demonios líderes que molestan deliberadamente a aquellos que tratan de entrar en el camino correcto y piedras de tropiezo que obstruyen la senda de los que buscan a Dios. Aunque son de ‘cuerpos robustos’, ¿cómo van a saber sus seguidores que son anticristos que llevan al hombre a oponerse a Dios? ¿Cómo van a saber que son diablos vivientes que buscan especialmente almas para devorar?” (‘Todos los que no conocen a Dios son los que se oponen a Él’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Siempre había pensado que los pastores y ancianos eran siervos del Señor y que debían tener la mejor comprensión de la Biblia y estar más alineados con la voluntad de Dios. Siempre había pensado que, cuando el Señor regresara, ellos, definitivamente, podrían darle la bienvenida. Nunca me hubiera imaginado que cuando el pastor escuchara la noticia del regreso del Señor, él no solo no lo buscaría o investigaría, sino que, además, se comportaría con semejante arrogancia y santurronería y se aferraría obstinadamente a sus nociones e imaginaciones y juzgaría y condenaría tanto a Dios como a Su obra de los últimos días. Él carecía, por completo, de un corazón temeroso de Dios; tanto así, que, bajo el disfraz de “proteger al rebaño”, obstruía e impedía a los creyentes estudiar la obra de Dios de los últimos días solo en aras de mantener su propio estatus y sustento. En cuanto a los creyentes que aceptaban la obra de Dios de los últimos días, los pastores y ancianos recurrían a intimidarlos con amenazas de expulsión de la Iglesia e, incluso, hacían que los demás hermanos y hermanas de su Iglesia los rechazaran de modo que no pudieran predicar el evangelio a sus hermanos y hermanas. ¡Qué siniestros y maliciosos eran! Para poder mantener su cargo y su sustento, los fariseos de la época de Jesús se resistieron salvajemente al Señor y lo condenaron y crucificaron. Los pastores y ancianos de la actualidad tienen exactamente la misma esencia que los fariseos: son anticristos que han sido expuestos por la obra de Dios de los últimos días y son los demonios que devoran el alma del hombre. En aquel momento, finalmente comprendí a plenitud que cuando alguien cree en Dios sin conocerlo a Él y Su obra, no importa cuánto parezca sufrir o esforzarse, siempre se resistirá a Dios y ofenderá Su carácter al basarse en su carácter satánico arrogante y engreído.

En aquel momento, no pude sino expresar agradecimiento y alabanzas a Dios en mi corazón. Cuando pienso en el pasado, veo que fui engañada por la apariencia mojigata de los pastores y ancianos y siempre los había idolatrado, seguido y obedecido. En lo que se refiere al asunto de darle la bienvenida al Señor, incluso había estado de acuerdo con ellos y me había resistido a Dios. Que Dios los expusiera por lo que eran me permitió ver, al fin, la esencia demoniaca de los pastores y ancianos, que odiaban la verdad y a Dios, y fue entonces que pude atravesar el laberinto que habían construido para mí y acoger el regreso del Señor. Doy gracias a Dios sinceramente por salvarme ¡y también sinceramente deseo buscar la verdad en la senda de la fe en Dios de modo que pueda retribuir Su amor!

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.