Antes de ayer tuvo lugar en El Cairo una manifestación sólo de mujeres para protestar contra la violencia del gobierno militar y los abusos cometidos contra los manifestantes en los últimos días. Una de sus víctimas, cuya imagen a dado la vuelta al mundo, era una mujer velada que fue golpeada con saña una vez que ya estaba inconsciente. Su vejación fue la chispa que catalizó la fuerza de una mayoría silenciada en el mundo árabe que ha participado de forma activa en la lucha por la democracia y que, sin embargo, ve su presencia relegada.
El símbolo de la represión, una chica velada a la que después de golpear y semidesnudar un soldado tapa púdicamente (como si destrozarla la cara a un manifestante fuera mejor que exponer un cuerpo), no ha desvelado su identidad porque su familia es muy conservadora. Mostrar tu cuerpo en público no deja de ser una deshonra en el mundo árabe religioso, da igual que sea luchando por una buena causa o no. Tal y como expresaba la activista y twittera @egyptocracy "La violencia ejercida sobre esta mujer y no su desnudez deberían constituir el centro del debate".
La manifestación en El Cairo y su hermana menor en Alejandría (para mañana se preveen marchas multitudinarias de mujeres en ambas ciudades) es también la respuesta a un sentimiento de impotencia que comparten muchas mujeres egipcias al ver que la revolución (o el comienzo de ésta) no ha conferido ninguna mejora a su situación. Como comentaba un grupo de mis estudiantes hace poco: "las revoluciones árabes no tienen nada que ver con nosotras, aunque las cosas cambien, las mujeres nos quedamos como estamos." Lo cierto es que, a pesar de que las mujeres han participado activamente en las manifestaciones en Egipto, la instrumentalización del movimiento por parte del islam político y una sociedad extremadamente conservadora, no parece que vaya a permitirles abrir una brecha a través de la cual conquistar su espacio. La imagen en Túnez (que muchos manifestantes se esforzaron por boicotear) y en Egipto de dos filas para votar, una de mujeres y una de hombres, da para pensar.
La revolución tunecina, que parece la única cerca de completarse por el momento, da un rayo de esperanza ya que ha establecido el único gobierno con paridad absoluta del mundo. Sin embargo, las activistas de Tahrir, desde la caída de Mubarak, vienen denunciando acoso sistemático por parte de hombres en las manifestaciones. Tal y como comentaba @egyptocracy, "Si tengo que ir acompañada de un hombre a Tahrir, no quiero ir".
El acoso a las mujeres y la violencia cotidiana aplicada sobre ellas (sin que ellas mismas identifiquen en muchas ocasiones esta violencia y siendo muchas veces ellas mismas partícipes de la misma) es un acto cotidiano en el mundo árabe y abarca un amplio espectro de representaciones: agresiones verbales en la calle, intimidaciones, toqueteos, miradas de desprecio, limitación del espacio público, separación en autobuses o espacios públicos (división entre espacios para hombres y para mujeres), discriminación en las leyes (respecto a las leyes de separación y divorcio, legislación que regulas los crímenes de honor, las herencias, étc...), violencia dentro del hogar, la carga del honor familiar, étc...
Sin embargo, a pesar de estas discriminaciones, las mujeres son también el centro del mundo árabe: la madre es el centro del hogar. Y el hecho de que la mujer sea la encargada de guardar y representar todo el honor familiar es también, en cierto modo, representativo de su importancia. En este sentido, la reciente película libanesa "hala la wein?" (where do we go now?) plantea en clave de tragicomedia el poder de las mujeres como salvadoras del mundo árabe al más puro estilo aristofánico.
En la manifestación del otro día podían verse y escucharse mezclas de eslóganes dirigidos tanto al gobierno militar como a la sociedad egipcia en general. Frases como "fuera, fuera gobierno militar. Militares, gentuza, las hijas de Egipto ... ", tus ojos son los sucios"; "basta de violencia"o hermosas dedicatorias al gobierno militar como ésta.
Está de más decir que la revolución necesita a las mujeres y que las mujeres necesitan a la revolución. Las manifestantes egipcias han decidido visibilizar de forma clara que ellas son parte activa del cambio. La agresión continuada por parte de las fuerzas militares, testimoniada por muchas detenidas como la valiente Samira Ibrahim que relata el examen de virginidad al que fue sometida tras su detención en Tahrir bajo el mandato del gobierno militar, no han conseguido apartarlas del campo de batalla. Tampoco la discriminación sufrida por sus propios compañeros de lucha. O el intento de descrédito por parte de las mismas fuerzas del gobierno militar. En la siguiente foto de un periódico egipcio puede verse cómo los carteles de las manifestantes han sido cambiados para mostrar sujetadores azules, en referencia al color de la ropa interior que vestía la manifestante desnudada en las calles de El Cairo. Manifestándose, declaran que ellas son también víctimas del gobierno militar y que ellas son y quieren ser parte activa en su derrocamiento. Su visibilización es su mejor estrategia. Women are heroes.
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E' l'augurio che faccio al mondo in questo Capodanno 2012, mentre a te auguro tutta la serenità e la ricchezza di vita che meriti.
Franz