El Señor ha regresado, ¿cómo debemos tratar la segunda venida de Cristo?

El Señor ha regresado, ¿cómo debemos tratar la segunda venida de Cristo?

En los últimos años, ha habido más y más desastres como terremotos, hambrunas y plagas, etc. Las profecías sobre el regreso del Señor en la Biblia básicamente se han cumplido. Muchos hermanos y hermanas que esperan la aparición del Señor han percibido que el Señor puede haber regresado. Pero ¿por qué todavía no hemos recibido el regreso del Señor? ¿Dónde está el Señor? ¿Cómo deberíamos buscar la aparición del Señor? Al hablar de este tema, hay algunas personas que piensan que el Señor no ha regresado, no hay necesidad de buscar, porque la Biblia dice: “Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre; y entonces todas las tribus de la tierra harán duelo, y verán al Hijo del Hombre que viene sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria” (Mateo 24:30). El Señor descenderá sobre una nube, a una escala gigante. Ahora esta escena aún no ha aparecido, lo que demuestra que el Señor no ha regresado.
Ahora existe dos puntos de vista diferentes. Entonces ¿ya ha regresado el Señor? ¿Cómo se aparecerá el Señor a la gente cuando regrese? ¿Podremos ver con seguridad la aparición de Dios y recibir al Señor si sólo estamos esperando que Él descienda sobre una nube? Hablaremos sobre estas preguntas.
el descenso del Seor sobre una nube

¿Podemos ver realmente la aparición de Dios, esperando el descenso del Señor sobre una nube ?

Muchos hermanos y hermanas, según la escritura: “[…] Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo” (Hechos 1:11), creen que el Señor Jesús cuando resucitó y ascendió al cielo, se fue sobre una nube blanca, y cuando el Señor regrese otra vez también será con el cuerpo espiritual resucitado volviendo sobre una nube blanca. Si tan solo no ven la escena del Señor descendiendo sobre una nube, ya significa que el Señor todavía no ha regresado. ¿Pero nos atrevemos a garantizar que tal recepción es completamente acorde a la voluntad de Dios? Jehová Dios dice: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos […] Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías 55:8-9). La sabiduría de Dios es más alta que los cielos, ¿cómo podemos los seres humanos sondear la obra de Dios? Es imposible para nosotros definir cómo se aparecerá el Señor para obrar en los últimos días, así como la Biblia predijo que vendría el Mesía, pero vino el Señor Jesús, ¿esto nos lo hubiéramos podido imaginar? Los fariseos originales se convirtieron en personas que se resistieron a Dios porque eran demasiados arrogantes y mantenían sus propias nociones e imaginaciones. No importa cuán autoritario y poderoso sean las palabras y la obra del Señor Jesús, ellos todavía estipulan la obra de Dios de acuerdo con sus propias nociones e imaginaciones, pensando que el Mesía asumirá el poder, y seguramente deberá haber nacido en un palacio real con una apariencia majestuosa, así que vieron que el Señor Jesús era un judío ordinario, que Su nombre no era Mesía, y que tampoco nació en un palacio real, se negaron a aceptar la obra del Señor. Incluso se unieron al gobierno romano para crucificar al Señor Jesús en la cruz, finalmente fueron castigados por Dios. Pero no importa cómo los fariseos condenaron y resistieron al Señor, la aparición del Señor Jesús para realizar la obra es un hecho, y completó la obra de redención para toda la humanidad, por lo que si es o no la aparición de Dios para realizar la obra, no se basa en si el hombre acepta o no, sino más bien según el hecho de la obra de Dios. Ahora, los desastres ocurren con frecuencia, el regreso de Israel, y apareció la cuarta luna de sangre, lo que está cumpliendo la profecía del regreso del Señor, y todavía estamos esperando pasivamente que el Señor descienda sobre una nube, ¿también es fácil repetir el error de los fariseos de resistir al Señor? Como Dios dijo: “Os pregunto de nuevo: ¿No es extremadamente fácil para vosotros cometer los errores de los antiguos fariseos, dado que no tenéis el más mínimo entendimiento de Jesús? ¿Eres capaz de discernir el camino de la verdad? ¿Puedes garantizar realmente que no te opondrás a Cristo? ¿Eres capaz de seguir la obra del Espíritu Santo? Si no sabes si te opondrás o no a Cristo, entonces Yo digo que ya estás viviendo al filo de la muerte. Los que no conocían al Mesías fueron todos capaces de oponerse a Jesús, de rechazarlo, de difamarlo. Las personas que no entienden a Jesús son capaces de negarlo y vilipendiarlo. Además, son capaces de ver el regreso de Jesús como el engaño de Satanás, y más personas condenarán el retorno de Jesús a la carne. ¿No os asusta todo esto?

En realidad, en cuanto a cómo regresa el Señor en los últimos días. Además de las profecías del descenso sobre una nube, también están las profecías secretas del descenso, como “Pero a medianoche se oyó un clamor: «¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo»” (Mateo 25:6). “Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; guárdalo y arrepiéntete. Por tanto, si no velas, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti” (Apocalipsis 3:3). “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). En estas escrituras mencionan “Pero a medianoche se oyó un clamor” “como ladrón”, mostrando que el Señor regresará silenciosamente, descendiendo en secreto entre las personas, usando sus palabras para llamar a nuestras puertas. Si el Señor en los últimos días se nos aparece descendiendo sobre una nube, entonces, ¿cómo se cumplirán las profecías? Si el Señor descendiera sobre una nube, ¿seguiría tocando la puerta? Si el Señor aparece sobre una nube ante todos los que creen en Él, ninguna persona se atrevería a oponerse, y todos se postraran delante del Señor. Entonces la Biblia predijo que el Señor vendría nuevamente para realizar la obra de distinguir entre la cizaña y el trigo, las cabras y las ovejas, las vírgenes insensatas y las vírgenes prudentes. ¿Cómo lo logrará? Por lo tanto, no podemos guiarnos a partir de una o dos profecías, y definir que Dios regresará nuevamente a nosotros sobre una nube blanca en Su aparición. Así es fácil malentender la voluntad de Dios

Cómo encontrar la aparición de Dios

Antes dijimos, de acuerdo con las profecías de la Biblia, hay otra manera del regreso del Señor de forma secreta. Entonces ¿cómo podemos encontrar la aparición de Dios? El Señor Jesús dijo: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27). Y también en Apocalipsis se ha profetizado muchas veces: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2-3). A partir de las palabras del Señor y las profecías del Apocalipsis podemos ver que no podemos buscar pasivamente la aparición del Señor esperando a que el Señor descienda sobre una nube, debemos aprender a escuchar la voz de Dios y encontrar las palabras del Espíritu Santo a las iglesias. Leamos lo que dice la Palabra de Dios: “¿En dónde se aparece Dios? ¿Dónde están las huellas de Dios? ¿Habéis obtenido las respuestas? La respuesta de muchas personas sería esta: Dios se aparece entre los que lo siguen, y Sus huellas están entre nosotros; ¡así de sencillo! Cualquiera puede ofrecer una respuesta formulista, pero, ¿entendéis vosotros qué es la aparición de Dios, y cuáles son las huellas de Dios? La aparición de Dios se refiere a Su llegada personal a la tierra para hacer Su obra. Con Su propia identidad y carácter, y con Su método inherente, Él desciende entre los hombres para llevar a cabo la obra de comenzar una época y terminar otra. Esta clase de aparición no es una especie de ceremonia. No es una señal, un cuadro, un milagro o una gran visión y mucho menos una clase de proceso religioso. Es un hecho real y verdadero que se puede tocar y contemplar. Esta clase de aparición no es en aras de seguir un proceso o en aras de un trabajo a corto plazo; es, para ser más precisos, en aras de una etapa en la obra de Su plan de gestión”..
Así, ya que estamos buscando las huellas de Dios, debemos buscar la voluntad de Dios, las palabras de Dios, las declaraciones de Dios, porque donde están las nuevas palabras de Dios, ahí está la voz de Dios, y donde están las huellas de Dios, ahí están los hechos de Dios. Donde está la expresión de Dios, ahí está la aparición de Dios, y donde está la aparición de Dios, ahí existe la verdad, el camino y la vida. Mientras buscabais las huellas de Dios, ignorasteis las palabras que dicen que ‘Dios es la verdad, el camino y la vida’. Y es que, cuando muchas personas reciben la verdad, no creen que han encontrado las huellas de Dios y mucho menos reconocen la aparición de Dios. ¡Qué error tan grave es ese! La aparición de Dios no se puede reconciliar con las nociones del hombre; mucho menos puede Dios aparecer por órdenes del hombre. Dios hace Sus propias elecciones y tiene Sus propios planes cuando hace Su obra; más aún, Él tiene Sus propios objetivos y Sus propios métodos. No es necesario que Él discuta con el hombre la obra que Él hace, ni que busque el consejo del hombre, ni mucho menos que les notifique de Su obra a cada una de las personas”.
En las palabras de Dios podemos entender que si queremos ver la aparición de Dios, hay que encontrar los pasos de Dios, y sobre todo debemos buscar la voz de Dios. En el pasado, pensábamos que ver la aparición de Dios significaba ver al Espíritu del Señor apareciendo repentinamente sobre una nube blanca hacia nosotros. De hecho, la aparición de Dios hacia nosotros no es una señal, ni tampoco aparece brevemente a las personas, sino descenderá Él mismo entre las personas para realizar la obra de salvación de la humanidad, para poner fin a la vieja era, concediendo la verdad a las personas y conduciendo a la gente a la nueva era. Por lo tanto, si encontramos las nuevas palabras y declaraciones de Dios, significa haber escuchado la voz de Dios, y haber visto la aparición de Dios. Al igual que cuando el Señor Jesús apareció para realizar la obra, puso fin a la Era de la Ley, abrió una nueva era, publicó las palabras del arrepentimiento, enseñó a las personas a confesar sus pecados y arrepentirse, a tolerar y a amar al enemigo, etc., y también reveló los misterios del reino de los cielos, las condiciones para entrar al reino de los cielos, etc., como: “[…] Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17). “No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). Todas estas palabras se refieren a cómo debemos entrar en el reino de los cielos. Al escucharlo, es particularmente esotérico, tiene autoridad y poder, no puede ser hablado por un ser humano, sino que ha sido publicado por Dios encarnado en la tierra. Aquellos que escucharon la predicación del Señor Jesús y reconocieron la voz de Dios y aceptaron la obra del Señor Jesús vieron la aparición de Dios y siguieron los pasos de Dios. Y aquellos que obstinadamente guardan la ley y solo esperan que venga el Mesías, escucharon las palabras del Señor Jesús y vieron los milagros del Señor Jesús, no admitieron que era la aparición de Dios. En cambio, juzgaron y condenaron al Señor Jesús, diciendo que habló las palabras arrogantes y que expulsó a los demonios por el poder de Belcebú. Estas personas no reconocieron la voz de Dios, como unas vírgenes insensatas, serán eliminadas por Dios. Por lo tanto, cuando recibimos la aparición del Señor, lo más importante es escuchar con atención la voz de Dios. El Señor Jesús había predicho hace mucho tiempo que anunciaría la verdad cuando regresara. como: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48). Y Juan 17:17 dice: “Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad”. Y también 1 Pedro 4:17 dice: “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios […]”. De estas escrituras, podemos ver que el Señor regresará nuevamente para publicar más verdades que la Era de la Gracia según nuestras necesidades, es decir publicará “[…] lo que el Espíritu dice a las iglesias” y hará la obra del juicio empezando por la casa de Dios, usando la verdad que publicará para purificar nuestras corrupciones, liberarnos de la esclavitud del pecado y llegar a la purificación para entrar al reino de Dios. Por lo tanto, tenemos que recibir la aparición del Señor, y debemos de buscar las palabras de la iglesia indicada por el Espíritu Santo.

Dios ha aparecido para obrar, ¿habéis reconocido la voz de Dios?

Entonces, ¿dónde podemos buscar las palabras del Espíritu Santo a las iglesias? De hecho, el Señor ya ha regresado, pues es Cristo de los últimos días, Dios Todopoderoso, y se hecho carne como el Hijo del hombre en China para realizar la obra, ha publicado todas las verdades para la purificación y la salvación de la humanidad, ha llevado a cabo la obra del juicio a partir de la casa de Dios, terminó la Era de la Gracia, y abrió la Era del Reino. Ahora el evangelio del Reino de Dios ya se ha extendido al Occidente, la Palabra de Dios ya se ha traducido a más de veinte idiomas y se ha publicado en Internet para que toda la humanidad lo busque y lo investige, lo que significa que realmente se ha cumplido la profecía de la Biblia. “Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:27). En los últimos días, Dios Todopoderoso reveló los misterios de los seis mil años de obra de Dios, nos expuso las raíces que pecamos contra Dios y también nos señaló el camino hacia la purificación y la salvación, estas verdades son luz verdadera, que brilla directamente del este al oeste. Leamos algunos párrafos de las palabras del Dios Todopoderoso y escuchemos si estas palabras son realmente la verdad, si son realmente la voz de Dios.
Dios Todopoderoso dice: “Durante los muchos años de Mi obra, el hombre ha recibido mucho y ha renunciado a mucho, pero insisto en que el hombre no cree verdaderamente en Mí. Esto se debe a que el hombre reconoce que soy Dios solamente con sus labios, pero no está de acuerdo con la verdad que Yo hablo, y practica aún menos la verdad que le exijo. Es decir, el hombre sólo reconoce la existencia de Dios, pero no la de la verdad; el hombre sólo reconoce la existencia de Dios, pero no la de la vida; el hombre sólo reconoce el nombre de Dios, pero no Su esencia. Debido a su fervor, el hombre se ha convertido en un ser abominable para Mí. El hombre sólo usa palabras agradables al oído para engañarme, pero nadie me adora con un corazón sincero. Vuestras palabras contienen la tentación de la serpiente; y aún peor, son extremadamente soberbias, una verdadera proclamación del arcángel. Es más, vuestras acciones están desgastadas y harapientas hasta un grado deplorable; vuestros deseos desmesurados e intenciones codiciosas son ofensivas para los oídos. Todos os habéis convertido en polillas en Mi casa, objetos aborrecidos de los que hay que deshacerse. Porque ninguno de vosotros sois amantes de la verdad, sino que todos anheláis recibir las bendiciones, ascender al cielo y presenciar la magnífica imagen de Cristo ejerciendo Su poder en la tierra. Pero ¿os habéis puesto a pensar cómo alguien como vosotros, tan profundamente corrupto, y que no sabe en absoluto quién es Dios, podría ser digno de seguir a Dios? ¿Cómo podría ascender al cielo? ¿Cómo podría ser digno de contemplar la magnificencia, cuyo esplendor no tiene precedente?
El propósito de vuestra fe en Dios es usar a Dios para satisfacer vuestros objetivos. ¿Acaso no es esta otra evidencia más de vuestra ofensa contra el carácter de Dios? Creéis en la existencia del Dios en el cielo, pero negáis la del Dios en la tierra. Sin embargo, Yo no apruebo vuestras opiniones. Elogio sólo a los hombres que mantienen los pies sobre la tierra y sirven al Dios en la tierra, pero nunca a aquellos que jamás reconocen al Cristo que está en la tierra. No importa cuán leales sean estas personas al Dios en el cielo; al final, no escaparán de Mi mano que castiga a los malvados. Estos hombres son malvados; son los perversos que se oponen a Dios y que nunca obedecieron a Cristo con alegría. Por supuesto, entre ellos se encuentran todos los que no conocen a Cristo ni mucho menos lo reconocen”.
Os digo, aquellos que creen en Dios por las señales son sin duda la categoría que sufrirá la destrucción. Los que son incapaces de aceptar las palabras de Jesús, que ha vuelto a la carne, son sin duda la progenie del infierno, los descendientes del arcángel, la categoría que será sometida a la destrucción eterna. Muchas personas pueden no preocuparse por lo que digo, pero aun así quiero decirle a cada uno de estos llamados santos que siguen a Jesús que, cuando lo veáis descendiendo del cielo sobre una nube blanca con vuestros propios ojos, esta será la aparición pública del Sol de justicia. Quizás será un momento de gran entusiasmo para ti, pero deberías saber que el momento en el que veas a Jesús descender del cielo será también el momento en el que irás al infierno a ser castigado. Ese momento anunciará el final del plan de gestión de Dios, y será cuando Él recompense a los buenos y castigue a los malos. Porque Su juicio habrá terminado antes de que el hombre vea señales, cuando sólo exista la expresión de la verdad. Aquellos que acepten la verdad y no busquen señales, y por tanto hayan sido purificados, habrán regresado ante el trono de Dios y entrado en el abrazo del Creador. Sólo aquellos que persisten en la creencia de que ‘El Jesús que no cabalgue sobre una nube blanca es un falso Cristo’ se verán sometidos al castigo eterno, porque sólo creen en el Jesús que exhibe señales, pero no reconocen al Jesús que proclama un juicio severo y manifiesta el camino verdadero de la vida. Y por tanto, sólo puede ser que Jesús trate con ellos cuando Él vuelva abiertamente sobre una nube blanca. Son demasiado tozudos, confían demasiado en sí mismos, son demasiado arrogantes. ¿Cómo puede recompensar Jesús a semejantes degenerados?
Después de leer las palabras de Dios Todopoderoso que juzga y expone al hombre, creo que todos los que tengan un corazón y un espíritu podrán sentir la autoridad en Sus palabras, y ver la manifestación del carácter justo de Dios. La palabra de Dios Todopoderoso revela nuestro odio hacia la verdad, nuestra codicia, deshonestidad, arrogancia y demás caracteres corruptos, y nuestro erróneo punto de vista de creer en Dios. En el pasado, creíamos que sólo con trabajar duro, renunciar todo y sufrir o pagar un precio, era amar a Dios. Al recibir el juicio de la palabra de Dios, nos hemos dado cuenta de que nuestro carácter es demasiado arrogante, cuando la aparición y la obra de Dios no están en absoluto en sintonía con nuestras ideas, definimos la obra de Dios con imaginaciones y nociones de las personas. También podemos ver, que nuestra creencia en Dios está adulterada, creemos en Dios no para obtener la verdad, y devolver el amor a Dios, sino para ser bendecido, evitar los desastres y entrar al reino de los cielos. Aunque estemos dispuestos a ofrecernos a Dios, no le obedecemos, ni le amamos de verdad, cuando nos bendice, estamos dispuestos a ofrecernos, pero cuando nos llega la tribulación y nos pone a prueba, involuntariamente nos quejamos y culpamos a Dios, incluso dudamos de Dios, negamos a Dios. Sin este juicio por la palabra, no tenemos ni un poco de auto conocimiento, hasta elogiamos a nosotros mismos, pensamos que ya somos amantes de Dios, que ya obedecemos a Dios, y que cuando el Señor regrese podremos ser arrebatados directamente al reino de los cielos. Pero al aceptar el juicio de la palabra de Dios, hemos sentido que Dios es demasiado santo, demasiado justo, creer en Dios no para obtener la verdad y deshacerse de los pecados sino para la bendición y gracia, esto es utilizar a Dios, es ofender el carácter de Dios, nunca más presumiremos de que obedecemos a Dios, sino que somos demasiado corruptos y que debemos apresurarnos a buscar la verdad, rebelarnos contra la carne, y librarnos del carácter corrupto. Al mismo tiempo hemos entendido la buena intención de Cristo de los últimos días en declarar la verdad y juzgar al hombre, aunque las palabras de la obra del juicio son muy severas, pero todo es para que reflexionemos de nosotros mismos, hasta lograr un verdadero remordimiento, dentro del carácter justo de Dios engloba la misericordia de Dios al hombre. Si no experimentamos el juicio de Dios nunca entenderemos lo profundo que Satanás nos ha corrompido, nunca conoceremos que el juicio de Dios y Su majestuosidad no se pueden ofender, ni tampoco tendremos corazón de temer a Dios, nunca escaparemos de la esclavitud del pecado, ni tampoco ser hombres que obedezcan verdaderamente a Dios. Si no fuera por la publicación de la palabra de Dios encarnado, ¿quién puede mostrar el carácter santo, limpio y justo que no se puede ofender de Dios? ¿Quién puede hablar y juzgar para revelar nuestra esencia corrupta? Todas las verdades emitidas por Dios Todopoderoso en los últimos días del juicio para purificar al hombre, revelando completamente la identidad y el estatus de Dios, lo que para el hombre es juicio, condenación, purificación y salvación. En los últimos días, Dios buscará a las personas que anhelan Su aparición con la palabra antes del desastre. Al igual que en la era de Noé, Dios también le ordenó a Noé que predicara el evangelio para salvar a las personas antes del desastre. La familia de Noé, de ocho miembros, obedeció y entró al arca y finalmente sobrevivieron, y aquellos que no lo creyeron sin ver los hechos fueron destruidos por el diluvio. Y en los últimos días, aquellos que sean juzgados por las palabras de Cristo en los últimos días tendrán un cambio purificado, y serán convertidos por Dios en vencedores antes del desastre y serán llevados a la próxima era por Dios con las bendiciones de Dios. Después de que Dios haya hecho un grupo de vencedores, Dios derribará el gran desastre para recompensar el bien y castigar el mal, se aparecerá en una nube abiertamente a las personas. Aquellos que solo esperan que el Señor descienda sobre una nube, y niegan a aceptar la obra secreta de Dios serán castigados en el desastre, llorarán y rechinarán los dientes. Esto cumple la profecía de la biblia “Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre; y entonces todas las tribus de la tierra harán duelo, y verán al Hijo del Hombre que viene sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria” (Mateo 24:30).

Entonces ¿cómo deberíamos de tratar la obra de Dios en los últimos días para armonizar con la voluntad de Dios? Dios Todopoderoso dice: “El regreso de Jesús es una gran salvación para aquellos que son capaces de aceptar la verdad, pero para los que son incapaces de hacerlo es una señal de condenación. Debéis elegir vuestro propio camino y no blasfemar contra el Espíritu Santo ni rechazar la verdad. No debéis ser personas ignorantes y arrogantes, sino alguien que obedece la dirección del Espíritu Santo, que anhela y busca la verdad; sólo así os beneficiaréis. Os aconsejo que andéis con cuidado por el camino de la creencia en Dios. No saquéis conclusiones apresuradas; más aún, no seáis despreocupados y descuidados en vuestra creencia en Dios. Deberíais saber que, como mínimo, los que creen en Dios deben ser humildes y reverenciales. Los que han oído la verdad pero la miran con desdén son insensatos e ignorantes. Los que han oído la verdad, pero sacan conclusiones precipitadas o la condenan a la ligera, están asediados por la arrogancia. Nadie que crea en Jesús es apto para maldecir o condenar a otros. Deberíais ser todos racionales y aceptar la verdad. Quizás, habiendo oído el camino de la verdad y leído la palabra de vida, creas que sólo una de cada 10.000 de estas palabras está en sintonía con tus convicciones y con la Biblia, y entonces deberías seguir buscando en esa diezmilésima parte de esas palabras. Sigo aconsejándote que seas humilde, no te confíes demasiado y no te exaltes mucho. Con esta exigua reverencia por Dios en tu corazón, obtendrás mayor luz. Si examinas detenidamente y contemplas repetidamente estas palabras, entenderás si son o no la verdad, y si son o no la vida”. La palabra de Dios Todopoderoso está llena de las expectativas de Dios a nosotros, Dios espera que cuando enfrentemos a la obra de Dios en los últimos días, primero no debemos de definir en nuestras nociones e imaginaciones, sino ser un humilde buscador de la verdad. Escuchar la palabra de Dios, buscar si es o no la voz de Dios, solo de esta manera podemos recibir la aparición del Señor, sino lamentaremos y perderemos la oportunidad de recibir al Señor después de tantos años de creer en Dios.

Recomendación: Profecias del apocalipsis

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

 

Película cristiana en español | La ciudad será destruida

Película cristiana en español | La ciudad será destruida

Cheng Huize es colaboradora de una iglesia clandestina en China. Lleva muchos años creyendo en el Señor y trabajando para Él con entusiasmo inquebrantable. Asume muchas responsabilidades en la iglesia y tiene compasión por sus hermanos y hermanas. Conforme su iglesia se iba quedando más desolada cada día, la maldad dentro de la misma era cada vez más frecuente. El pastor propuso activamente que la iglesia fundara una fábrica, llevó a los seguidores por el camino a la riqueza y también los incitó a unirse a la Iglesia de las Tres Autonomías, de modo que pudieran contar con ayuda del Gobierno comunista chino. Esto provocó un intenso debate. El pastor se empeñó en obrar en su propio interés y no dudó en dividir la iglesia, llevando a los creyentes por el mal camino. Cheng Huize y algunos más se aferraron al camino del Señor y se opusieron ferozmente a que la iglesia abriere una fábrica y se uniera a la Iglesia de las Tres Autonomías. Aunque los ancianos de la iglesia manifestaron su oposición a esto, sólo lo hicieron para proteger su propio estatus y sustento. Aunque el pastor y todos los ancianos albergaban secretos en sus corazones, encerrados en una lucha constante por su propia fama y lucro y enfrentados por la envidia, cuando vieron que, una a una, la mayoría de las ovejas buenas y líderes de la iglesia había investigado el Relámpago Oriental y se había vuelto hacia Dios Todopoderoso, se unieron al Gobierno comunista chino para reprimir al Relámpago Oriental, impidiendo que los creyentes lo estudiaran e instando a los seguidores a que los denunciaran ante la policía. Para dar ejemplo, denunciaron y detuvieron a los hermanos y hermanas que predicaban el evangelio del reino. Cheng Huize y otros vieron que el pastor y los ancianos se habían apartado del camino del Señor hacía mucho tiempo, y que la iglesia ya había perdido la obra del Espíritu Santo y había degenerado en un lugar religioso como Babilonia la grande, maldecida y denostada por el Señor. A consecuencia de esto, decidieron investigar el Relámpago Oriental para buscar la manifestación y la obra de Dios. Después de intensos debates con los predicadores de la Iglesia de Dios Todopoderoso, Cheng Huize y los demás por fin empezaron a ver claro que los líderes del mundo religioso se oponían a Dios en esencia, así como el motivo del declive del mundo religioso, que cada día se acercaba más a su destrucción: los pastores y ancianos del mundo religioso, aunque sabían explicar la Biblia y la exaltaban profundamente, sólo lo hacían por su estatus y sustento. Confunden y enredan a la gente. No le tienen gran aprecio a Dios ni dan testimonio de Él, no lo comprenden en absoluto. En los últimos días, cuando Dios Todopoderoso encarnado se aparece y realiza Su obra, se oponen a Él sin el menor escrúpulo y condenan la obra de Dios hasta el punto de unirse con el Gobierno comunista chino para detener a los creyentes. Esto basta para demostrar que tienen una naturaleza satánica que odia la verdad y a Dios. Son los actuales fariseos, que se hacen pasar por virtuosos; unos anticristos que niegan la encarnación de Dios. El mundo religioso ya se ha convertido totalmente en bastión de los anticristos enemigos de Dios. Por supuesto, ellos sufrirán las maldiciones y los castigos de Dios. Al final, Cheng Huize y los demás supieron distinguir la esencia de anticristos de los líderes del mundo religioso y guiaron a los creyentes para que se libraran de la confusión y el control de los fariseos, y para que escaparan sin dudar de Babilonia, la ciudad que será destruida…

Recomendación: Las señales antes del fin han aparecido, ¿cómo recibir el regreso del Señor?

Música cristiana de adoración | El juicio de Dios sobre todas las naciones y pueblos

Música cristiana de adoración | El juicio de Dios sobre todas las naciones y pueblos

El reino de Dios se ha realizado completamente

y ha descendido al mundo públicamente;

es más, esto significa que Su juicio ha llegado completamente.

I

Todos los desastres sucederán uno tras otro;

todas las naciones y todos los lugares experimentarán desastres,

plaga, hambre, inundación, sequía y terremotos están por todas partes.

Estos desastres no ocurren sólo en uno o dos lugares,

ni terminarán dentro de uno o dos días,

sino que se extenderán sobre un área cada vez mayor

y los desastres serán cada vez más severos.

Durante este tiempo surgirán sucesivamente toda clase de plagas de insectos,

y el fenómeno del canibalismo ocurrirá en todos los lugares.

Este es el juicio de Dios sobre todas las naciones y pueblos.

II

El nombre de Dios debe extenderse

en todas las direcciones y en todos los lugares,

para que todos conozcan Su santo nombre y le conozcan.

El nombre de Dios circulará ampliamente

cuando comiencen de los desastres,

y si no tenéis cuidado perderéis la parte que debería ser vuestra;

¿no tenéis miedo?

El nombre de Dios se extiende a todas las religiones, a todos los ámbitos de la vida,

a todas las naciones y a todas las denominaciones.

Esta es la obra de Dios que se hace de manera ordenada,

en vínculos estrechamente conectados;

todo sucede por Su sabia disposición.

Sólo desearía que pudierais avanzar con cada paso, siguiendo Sus pisadas.

El nombre de Dios se extiende a todas las religiones, a todos los ámbitos de la vida,

a todas las naciones y a todas las denominaciones.

Esta es la obra de Dios que se hace de manera ordenada,

en vínculos estrechamente conectados;

todo sucede por Su sabia disposición.

Sólo desearía que pudierais avanzar con cada paso, siguiendo Sus pisadas.

Sólo desearía que pudierais avanzar con cada paso, siguiendo Sus pisadas.

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

En el momento que contemples el cuerpo espiritual de Jesús, Dios ya habrá vuelto a crear el cielo y la tierra

¿Deseas ver a Jesús? ¿Deseas vivir con Él? ¿Deseas oír las palabras habladas por Él? Si es así, ¿cómo recibirás entonces el regreso de Jesús? ¿Estás totalmente preparado? ¿De qué forma recibirás el retorno de Jesús? Creo que cada hermano y hermana que sigue a Jesús querría darle una buena bienvenida. Pero habéis considerado esto: ¿conoceréis verdaderamente a Jesús cuando Él regrese? ¿Comprenderéis verdaderamente todo lo que Él dice? ¿Aceptaréis verdaderamente, de forma incondicional, toda la obra que Él hace? Todos aquellos que han leído la Biblia saben del regreso de Jesús, y todos los que han leído la Biblia esperan atentamente Su venida. Estáis todos concentrados en la llegada de ese momento, y vuestra sinceridad es loable, vuestra fe es verdaderamente envidiable; pero ¿sois conscientes de que habéis cometido un grave error? ¿De qué manera regresará Jesús? Creéis que Él volverá sobre una nube blanca, pero os pregunto: ¿A qué se refiere esta nube blanca? Con tantos seguidores de Jesús esperando Su regreso, ¿en medio de qué personas descenderá? Si sois los primeros entre los que Jesús desciende, ¿no lo considerarán otros como algo muy injusto? Sé de vuestra gran sinceridad y lealtad hacia Jesús, ¿pero lo habéis conocido alguna vez? ¿Conocéis Su carácter? ¿Habéis vivido alguna vez con Él? ¿Cuánto entendéis realmente sobre Él? Algunos dirán que estas palabras los ponen en un extraño dilema. Afirmarán: “He leído la Biblia de principio a fin muchas veces. ¿Cómo no voy a entender a Jesús? No importa el carácter de Jesús; hasta sé el color de la ropa que le gustaba vestir. ¿No me subestimas cuando me dices que no lo entiendo a Él?”. Sugiero que no discutas estos asuntos; es mejor calmarse y comunicar sobre las siguientes preguntas: primero, ¿sabes qué es la realidad y qué es la teoría? Segundo, ¿sabes qué es el concepto y qué es la verdad? Tercero, ¿sabes qué es lo imaginado y qué es lo real?

Algunas personas niegan el hecho de que no entienden a Jesús. Y, sin embargo, Yo afirmo que no lo entendéis en lo más mínimo ni comprendéis una sola palabra de Jesús. Esto se debe a que cada uno de vosotros lo sigue por los relatos de la Biblia, por lo que otros dijeron. Nunca habéis visto a Jesús, mucho menos vivido con Él, y ni siquiera habéis estado en Su compañía por un corto tiempo. Por tanto, ¿no es vuestro entendimiento de Jesús mera teoría? ¿No está desprovisto de realidad? Quizás algunas personas hayan visto el retrato de Jesús, o algunos hayan visitado personalmente Su hogar. Quizás algunos hayan tocado las vestiduras de Jesús. No obstante, tu entendimiento de Él sigue siendo teórico y no práctico, aunque hayas probado personalmente los alimentos que Jesús comía. Cualquiera que sea el caso, nunca has visto a Jesús ni has estado en Su compañía en Su forma carnal; por tanto, tu entendimiento de Él siempre será teoría vacía y desprovista de realidad. Quizás Mis palabras tengan poco interés para ti, pero te pregunto: Aunque puedas haber leído muchas obras de tu autor favorito, ¿puedes entenderlo totalmente sin haber pasado alguna vez tiempo con él? ¿Sabes cómo es su personalidad? ¿Sabes qué tipo de vida lleva? ¿Sabes algo de su estado emocional? Ni siquiera puedes entender por completo a un hombre al que admiras, así que ¿cómo podrías entender a Jesucristo? Todo lo que entiendes de Él está lleno de imaginación y conceptos, y no tiene verdad ni realidad. Apesta, y está lleno de carne. ¿Cómo podría un entendimiento así hacerte apto para acoger el regreso de Jesús? Él no recibirá a los que están llenos de fantasías y de conceptos de la carne. ¿Cómo van a ser quienes no entienden a Jesús aptos para ser Sus creyentes?

¿Deseáis conocer la raíz de la oposición de los fariseos a Jesús? ¿Deseáis conocer la esencia de los fariseos? Estaban llenos de fantasías sobre el Mesías. Aún más, sólo creían que Él vendría, pero no buscaban la verdad de la vida. Por tanto, incluso hoy siguen esperándole, porque no tienen conocimiento del camino de la vida ni saben cuál es la senda de la verdad. Decidme, ¿cómo podrían obtener la bendición de Dios tales personas insensatas, tozudas e ignorantes? ¿Cómo podrían contemplar al Mesías? Se opusieron a Jesús porque no conocían la dirección de la obra del Espíritu Santo ni el camino de la verdad mencionado por Jesús y, además, porque no entendían al Mesías. Y como nunca le habían visto ni habían estado en Su compañía, cometieron el error de pagar un tributo vacío al nombre del Mesías mientras se oponían a Su esencia por todos los medios. Estos fariseos eran tozudos y arrogantes en esencia, y no obedecían la verdad. El principio de su creencia en Dios es: por muy profunda que sea Tu predicación, por muy alta que sea Tu autoridad, no eres Cristo a no ser que te llames el Mesías. ¿No son estas opiniones absurdas y ridículas? Os pregunto de nuevo: ¿No es extremadamente fácil para vosotros cometer los errores de los antiguos fariseos, dado que no tenéis el más mínimo entendimiento de Jesús? ¿Eres capaz de discernir el camino de la verdad? ¿Puedes garantizar realmente que no te opondrás a Cristo? ¿Eres capaz de seguir la obra del Espíritu Santo? Si no sabes si te opondrás o no a Cristo, entonces Yo digo que ya estás viviendo al filo de la muerte. Los que no conocían al Mesías fueron todos capaces de oponerse a Jesús, de rechazarlo, de difamarlo. Las personas que no entienden a Jesús son capaces de negarlo y vilipendiarlo. Además, son capaces de ver el regreso de Jesús como el engaño de Satanás, y más personas condenarán el retorno de Jesús a la carne. ¿No os asusta todo esto? Lo que afrontáis será blasfemia contra el Espíritu Santo, la ruina de Sus palabras a las iglesias y el rechazo de todo lo expresado por Jesús. ¿Qué podéis obtener de Él si estáis tan confundidos? ¿Cómo podéis entender la obra de Jesús cuando Él vuelva a la carne sobre una nube blanca, si os negáis obstinadamente a ser conscientes de vuestros errores? Os digo esto: las personas que no aceptan la verdad, pero que esperan ciegamente la llegada de Jesús sobre nubes blancas, blasfemarán sin duda contra el Espíritu Santo y pertenecen a la categoría que será destruida. Deseáis simplemente la gracia de Jesús, y sólo queréis disfrutar el gozoso reino del cielo, pero nunca habéis obedecido Sus palabras ni habéis recibido la verdad expresada por Él cuando vuelva a la carne. ¿Qué ofreceréis a cambio de la realidad del regreso de Jesús sobre una nube blanca? ¿La sinceridad con la que cometéis repetidamente pecados, y después los confesáis una y otra vez? ¿Qué ofreceréis en sacrificio a Jesús, quien vuelve sobre una nube blanca? ¿Los años de trabajo con los que os exaltáis a vosotros mismos? ¿Qué ofreceréis para hacer que el Jesús retornado confíe en vosotros? ¿Vuestra naturaleza arrogante, que no obedece ninguna verdad?

Vuestra lealtad es sólo de palabra, vuestro conocimiento es simplemente intelectual y conceptual, vuestras labores son para obtener las bendiciones del cielo y, por tanto, ¿cómo debe ser vuestra fe? Incluso hoy, seguís haciendo oídos sordos a todas y cada una de las palabras de la verdad. No sabéis qué es Dios, qué es Cristo, cómo venerar a Jehová, cómo entrar en la obra del Espíritu Santo ni cómo distinguir entre la obra de Dios mismo y los engaños del hombre. Sólo sabes condenar cualquier palabra de la verdad expresada por Dios que no se conforma a tu pensamiento. ¿Dónde está tu humildad? ¿Y tu obediencia? ¿Y tu lealtad? ¿Y tu actitud de buscar la verdad? ¿Y tu reverencia a Dios? Os digo, aquellos que creen en Dios por las señales son sin duda la categoría que sufrirá la destrucción. Los que son incapaces de aceptar las palabras de Jesús, que ha vuelto a la carne, son sin duda la progenie del infierno, los descendientes del arcángel, la categoría que será sometida a la destrucción eterna. Muchas personas pueden no preocuparse por lo que digo, pero aun así quiero decirle a cada uno de estos llamados santos que siguen a Jesús que, cuando lo veáis descendiendo del cielo sobre una nube blanca con vuestros propios ojos, esta será la aparición pública del Sol de justicia. Quizás será un momento de gran entusiasmo para ti, pero deberías saber que el momento en el que veas a Jesús descender del cielo será también el momento en el que irás al infierno a ser castigado. Ese momento anunciará el final del plan de gestión de Dios, y será cuando Él recompense a los buenos y castigue a los malos. Porque Su juicio habrá terminado antes de que el hombre vea señales, cuando sólo exista la expresión de la verdad. Aquellos que acepten la verdad y no busquen señales, y por tanto hayan sido purificados, habrán regresado ante el trono de Dios y entrado en el abrazo del Creador. Sólo aquellos que persisten en la creencia de que “El Jesús que no cabalgue sobre una nube blanca es un falso Cristo” se verán sometidos al castigo eterno, porque sólo creen en el Jesús que exhibe señales, pero no reconocen al Jesús que proclama un juicio severo y manifiesta el camino verdadero de la vida. Y por tanto, sólo puede ser que Jesús trate con ellos cuando Él vuelva abiertamente sobre una nube blanca. Son demasiado tozudos, confían demasiado en sí mismos, son demasiado arrogantes. ¿Cómo puede recompensar Jesús a semejantes degenerados? El regreso de Jesús es una gran salvación para aquellos que son capaces de aceptar la verdad, pero para los que son incapaces de hacerlo es una señal de condenación. Debéis elegir vuestro propio camino y no blasfemar contra el Espíritu Santo ni rechazar la verdad. No debéis ser personas ignorantes y arrogantes, sino alguien que obedece la dirección del Espíritu Santo, que anhela y busca la verdad; sólo así os beneficiaréis. Os aconsejo que andéis con cuidado por el camino de la creencia en Dios. No saquéis conclusiones apresuradas; más aún, no seáis despreocupados y descuidados en vuestra creencia en Dios. Deberíais saber que, como mínimo, los que creen en Dios deben ser humildes y reverenciales. Los que han oído la verdad pero la miran con desdén son insensatos e ignorantes. Los que han oído la verdad, pero sacan conclusiones precipitadas o la condenan a la ligera, están asediados por la arrogancia. Nadie que crea en Jesús es apto para maldecir o condenar a otros. Deberíais ser todos racionales y aceptar la verdad. Quizás, habiendo oído el camino de la verdad y leído la palabra de vida, creas que sólo una de cada 10.000 de estas palabras está en sintonía con tus convicciones y con la Biblia, y entonces deberías seguir buscando en esa diezmilésima parte de esas palabras. Sigo aconsejándote que seas humilde, no te confíes demasiado y no te exaltes mucho. Con esta exigua reverencia por Dios en tu corazón, obtendrás mayor luz. Si examinas detenidamente y contemplas repetidamente estas palabras, entenderás si son o no la verdad, y si son o no la vida. Quizás, habiendo leído sólo unas pocas frases, algunas personas condenarán ciegamente estas palabras, diciendo: “Esto no es nada más que algún esclarecimiento del Espíritu Santo”, o “Este es un falso Cristo que ha venido a engañar a la gente”. ¡Los que dicen tales cosas están cegados por la ignorancia! ¡Entiendes demasiado poco de la obra y de la sabiduría de Dios, y te aconsejo que empieces de nuevo desde cero! No debéis condenar ciegamente las palabras expresadas por Dios debido a la aparición de falsos Cristos durante los últimos días ni ser personas que blasfeman contra el Espíritu Santo, porque teméis al engaño. ¿No sería esto una gran lástima? Si, después de mucho examen, sigues creyendo que estas palabras no son la verdad, no son el camino ni la expresión de Dios, entonces serás castigado en última instancia y te quedarás sin bendiciones. Si no puedes aceptar esa verdad hablada de forma tan llana y clara, ¿no eres indigno entonces de la salvación de Dios? ¿No eres alguien sin la fortuna suficiente como para regresar ante el trono de Dios? ¡Piensa en ello! No seas imprudente e impetuoso, y no trates la creencia en Dios como un juego. Piensa en el bien de tu destino, en el bien de tus perspectivas, en el bien de tu vida, y no juegues contigo mismo. ¿Puedes aceptar estas palabras?

Fuente: La Palabra manifestada en carne

Himno de la palabra de Dios “En verdad Dios ha venido entre los hombres”

Himno de la palabra de Dios “En verdad Dios ha venido entre los hombres”

 

En verdad Dios ha venido entre los hombres

Dios trae el fin a la humanidad en mundo.

Él pone al descubierto todo Su carácter profundamente.

Todos los que lo conocen y todos los que no, se deleitarán al verlo.

Todos verán a Dios, todos verán a Dios.

Él ha venido entre los hombres en la tierra, donde todo se multiplica.

Todos verán a Dios, todos verán a Dios.

Él ha venido entre los hombres en la tierra, donde todo se multiplica.

Éste es el plan de Dios, Su confesión unica,

desde Su creación de la humanidad.

Él quiere que contemples Su cada movimiento

con todo el corazón y toda la razón.

Se deleitarán al verlo.

Todos verán a Dios, todos verán a Dios.

Él ha venido entre los hombres en la tierra, donde todo se multiplica.

Su vara se acerca, Su vara se acerca a la humanidad, otra vez,

a quienes se oponen a Él.

De “La Palabra Manifestada En Carne

Los desastres ocurren con frecuencia, las profecías del Apocalipsis se han cumplido, ¿cómo debemos recibir el regreso del Señor?

Hace 2000 años, los seguidores del Señor le preguntaron: “Cuál será la señal de tu venida y de la consumación de este siglo?” (Mateo 24:3). El Señor Jesús respondió: “Y habréis de oír de guerras y rumores de guerras. ¡Cuidado! No os alarméis, porque es necesario que todo esto suceda; pero todavía no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. Pero todo esto es solo el comienzo de dolores” (Mateo 24:6-8). Hoy en día, cada vez tienen lugar más desastres en todo el planeta. Se suceden terremotos, epidemias, hambrunas, guerras e inundaciones. A finales de 2019 surgió un nuevo tipo de coronavirus en Wuhan, China. Su velocidad de transmisión es alarmante: en apenas unos meses aparecieron casos en todo el país y China se sumió inmediatamente en el caos. Multitud de provincias, municipios y aldeas están siendo puestos sucesivamente en cuarentena conforme el número de muertes continúa aumentando. Además, el virus se ha propagado a más de 20 países de todo el mundo. Para colmo, entre septiembre de 2019 y enero de 2020, los incendios forestales en Australia destruyeron más de 5900 edificios y mataron más de mil millones de animales. En enero de 2020, dicho continente se vio azotado por la mayor lluvia torrencial en un siglo, la cual provocó unas inundaciones que mataron muchos animales de agua dulce. Ese mismo mes, decenas de miles de personas se quedaron sin hogar a consecuencia de las inundaciones en Indonesia. También tuvieron lugar la erupción de un volcán en Filipinas, la peor plaga de langostas en África en 25 años y un terremoto de magnitud 6,4 en Sinkiang… La lista es interminable. Se han cumplido las profecías bíblicas de la venida del Señor. Es lógico pensar que el Señor ha regresado. Entonces, ¿por qué aún no hemos recibido Su venida? ¿No nos sumiremos en la gran tribulación si esto continúa? ¿Y qué deberíamos hacer para recibir la venida del Señor?

¿Cómo vendrá el Señor?

Muchas personas han leído estas palabras en la Biblia: “He aquí, viene con las nubes” (Apocalipsis 1:7). “Verán al Hijo del Hombre que viene sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria” (Mateo 24:30). Tienen por seguro que el Señor vendrá con las nubes. Sin embargo, ¿por qué no hemos contemplado esa visión todavía? ¿Es este el único medio por el que vendrá el Señor? En realidad, hemos pasado por alto una cosa importante acerca de la venida del Señor. En las Escrituras también se profetiza una venida de Dios en secreto, como en: “He aquí, vengo como ladrón” (Apocalipsis 16:15). “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’” (Mateo 25:6). “Por eso, también vosotros estad preparados, porque a la hora que no pensáis vendrá el Hijo del Hombre” (Matthew 24:44). “Porque como el relámpago al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro extremo del cielo, así será el Hijo del Hombre en su día. Pero primero es necesario que Él padezca mucho y sea rechazado por esta generación” (Lucas 17:24-25).

Las referencias de las Escrituras a “como ladrón” y “a medianoche se oyó un clamor” indican que, cuando el Señor regrese en los últimos días, lo hará silenciosamente, en secreto. ¿Y a qué se refiere “Hijo del Hombre”? Sin duda, un “Hijo del Hombre” nace de una persona, con una madre y un padre, y de carne y hueso. El Señor Jesús, por ejemplo, se encarnó en la imagen de una persona normal que vive entre los hombres. Por tanto, vemos que “Hijo del Hombre” alude a Dios encarnado; el Espíritu no puede denominarse Hijo del Hombre. Además, las Escrituras también dicen que “Pero primero es necesario que Él padezca mucho y sea rechazado por esta generación”. Este pasaje de las Escrituras deja claro que, cuando el Señor regrese, soportará mucho sufrimiento y será rechazado por esta generación. Todos sabemos que Dios solamente podría ser rechazado al encarnarse en el Hijo del Hombre, ya que Dios encarnado es demasiado corriente y la gente no lo conoce; lo considera una persona corriente y, en consecuencia, Él sufre grandes penalidades. No obstante, si el Señor se apareciera al hombre como Espíritu, todos los hombres, fueran buenos o malos, creyentes o incrédulos, e incluso opositores a Dios, caerían en tierra ante Él en adoración, pues ¿quién podría rechazar a Dios entonces? ¿Y cómo habría de sufrir Dios? Esto demuestra que el Señor de los últimos días se aparece a la humanidad como Hijo encarnado del Hombre.

¿Qué obra llevará a cabo el Señor cuando regrese?

Llegados a este punto, puede que algunos hermanos y hermanas estén confundidos: si el Señor viene a obrar en secreto entre los hombres en los últimos días, ¿cómo se cumple la profecía de Su venida sobre una nube? La obra de Dios tiene unos pasos y un plan. Primero Dios se hace carne y viene en secreto para llevar a cabo Su obra de salvación del hombre y luego se aparece públicamente al hombre sobre una nube. Para entender esta cuestión debemos conocer mejor la obra que realiza el Señor a Su regreso en los últimos días. El Señor Jesús dijo: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48). “Porque ni aun el Padre juzga a nadie, sino que todo juicio se lo ha confiado al Hijo” (Juan 5:22). La Biblia también afirma que “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios” (1 Pedro 4:17). Estos pasajes de las Escrituras nos dicen que Dios de los últimos días viene, principalmente, a pronunciar palabras, a llevar a cabo la obra del juicio, que comienza por la casa de Dios. Por consiguiente, quienes aceptan la obra del juicio de Dios de los últimos días están recibiendo la venida del Señor ¡y son ascendidos ante Dios! En la actualidad, Dios Todopoderoso encarnado ha declarado millones de palabras, todas ellas registradas en el libro La Palabra manifestada en carne. En él, las palabras de Dios Todopoderoso revelan muchos misterios antes incomprensibles para nosotros, como la historia de la evolución de la humanidad, la forma en que Satanás la corrompe, cómo salva Dios al hombre, a qué tipos de personas ama Dios, a cuáles detesta, los resultados y destinos de varios tipos de personas, etc. Además, Dios también ha expresado palabras de juicio y castigo que dejan al descubierto nuestro carácter corrupto. Todos aquellos que acepten las palabras de juicio y castigo de Dios verán su carácter corrupto purificado y transformado; se convertirán en vencedores antes de la gran tribulación y, al final, entrarán en el reino de Dios para disfrutar la dicha eterna. A aquellos que no hagan un intento por oír la voz de Dios mientras esté encarnado y obrando en secreto, que no acepten la obra del juicio de Dios de los últimos días, que condenen a Dios encarnado y blasfemen contra Él de acuerdo con sus nociones y fantasías, Dios los dejará en evidencia y los descartará. Y así, cada cual ─el trigo y la cizaña, las ovejas y las cabras, las vírgenes prudentes y las insensatas, los siervos buenos y los malos, los que aman la verdad y los que la detestan─, quedará al descubierto y clasificado según su tipo. Después, Dios vendrá con las nubes, aparecerá públicamente ante todos los pueblos y naciones de la tierra y comenzará a premiar el bien y a castigar el mal, cumpliendo de ese modo las profecías bíblicas: “He aquí, viene con las nubes y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra harán lamentación por Él” (Apocalipsis 1:7). “Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre; y entonces todas las tribus de la tierra harán duelo, y verán al Hijo del Hombre que viene sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria” (Mateo 24:30). En ese momento, todos aquellos que se opongan, rechacen y condenen a Dios se darán golpes de pecho y se llenarán de remordimientos por sus malas acciones. ¡Con la obra de Dios vemos cuán justo, omnipotente y sabio es!

Cómo recibir el regreso del Señor

En la actualidad, Dios Todopoderoso encarnado ya ha conquistado y salvado a un grupo de personas. Del mismo modo, ha conformado a los vencedores. Pronto llegará a su fin la obra de Dios en secreto, tras la cual todo tipo de grandes tribulaciones caerán inmediatamente sobre la tierra. Tenemos una tarea urgente ante nosotros: ¿cómo debemos recibir el regreso del Señor Jesús y abrazar la obra de Dios de los últimos días? El Señor Jesús dijo: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27). Estas profecías también aparecen en la Biblia: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:7). “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Y Dios Todopoderoso dice: “La obra de Dios es como las olas que crecen con fuerza. Nadie puede detenerlo, y nadie puede parar Sus pasos. Sólo aquellos que escuchan Sus palabras con atención, y que lo buscan y tienen sed de Él, pueden seguir Sus huellas y recibir Su promesa. Aquellos que no, sufrirán un desastre abrumador y un castigo merecido” (‘Dios preside el destino de toda la humanidad’ en “La Palabra manifestada en carne”). ¿Deseas seguir las huellas del Cordero? ¿Quieres recibir al Señor? ¿Deseas ser arrebatado antes de la gran tribulación? Las palabras de Dios nos indican que, para recibir al Señor, es clave aprender a oír la voz de Dios considerando si las palabras expresadas por Dios Todopoderoso son la verdad, si son las palabras del Espíritu Santo a las iglesias. Creo que, si tenemos un corazón humilde de búsqueda y anhelo de la verdad, ¡Dios nos guiará para que pronto recibamos al Señor!

Scripture quotations taken from LBLA Copyright by The Lockman Foundation

Con respecto al retorno del Señor, la Biblia recoge claramente: “Pero de aquel día o de aquella hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre” (Marcos 13:32). Si estáis diciendo que el Señor Jesús ya ha vuelto, ¿cómo lo sabríais?

La respuesta de la palabra de Dios:

Al amanecer, sin que nadie lo supiera, Dios vino a la tierra e inició Su vida en la carne. Las personas fueron totalmente inconscientes de ese momento. Quizás estaban todos dormidos; tal vez muchos de los que estaban despiertos y vigilantes esperaban, y es posible que muchos estuvieran orando en silencio a Dios en el cielo. Sin embargo, entre toda esta cantidad de personas, nadie supo que Dios ya había llegado a la tierra.

de ‘Obra y entrada (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”

La aparición de Dios se refiere a Su llegada personal a la tierra para hacer Su obra. Con Su propia identidad y carácter, y con Su método inherente, Él desciende entre los hombres para llevar a cabo la obra de comenzar una época y terminar otra. Esta clase de aparición no es una especie de ceremonia. No es una señal, un cuadro, un milagro o una gran visión y mucho menos una clase de proceso religioso. Es un hecho real y verdadero que se puede tocar y contemplar. Esta clase de aparición no es en aras de seguir un proceso o en aras de un trabajo a corto plazo; es, para ser más precisos, en aras de una etapa en la obra de Su plan de gestión. La aparición de Dios siempre es significativa y siempre se conecta con Su plan de gestión. La “aparición” a la que se refiere aquí es completamente diferente a la “aparición” de la guía, dirección y esclarecimiento de Dios para el hombre. Cada vez que Él se revela, Él lleva a cabo una etapa de la gran obra. Esta obra es diferente de la de cualquier otra época. Para el hombre es inimaginable y él nunca la ha experimentado. Es una obra que da inicio a una nueva época y termina con la vieja época, y es una forma nueva y mejorada de obrar para la salvación de la humanidad; más aún, es una obra para llevar a la humanidad a una nueva época. Este es el significado de la aparición de Dios.

[…] Así, ya que estamos buscando las huellas de Dios, debemos buscar la voluntad de Dios, las palabras de Dios, las declaraciones de Dios, porque donde están las nuevas palabras de Dios, ahí está la voz de Dios, y donde están las huellas de Dios, ahí están los hechos de Dios. Donde está la expresión de Dios, ahí está la aparición de Dios, y donde está la aparición de Dios, ahí existe la verdad, el camino y la vida. Mientras buscabais las huellas de Dios, ignorasteis las palabras que dicen que “Dios es la verdad, el camino y la vida”. Y es que, cuando muchas personas reciben la verdad, no creen que han encontrado las huellas de Dios y mucho menos reconocen la aparición de Dios. ¡Qué error tan grave es ese! La aparición de Dios no se puede reconciliar con las nociones del hombre; mucho menos puede Dios aparecer por orden del hombre. Dios hace Sus propias elecciones y tiene Sus propios planes cuando hace Su obra; más aún, Él tiene Sus propios objetivos y Sus propios métodos. No es necesario que Él discuta con el hombre la obra que Él hace, ni que busque el consejo del hombre, ni mucho menos que les notifique de Su obra a cada una de las personas. Este es el carácter de Dios y, además, todos lo deben reconocer.

de ‘La aparición de Dios ha traído una nueva época’ en “La Palabra manifestada en carne”

Aquel que es la encarnación de Dios tendrá Su esencia, y aquel que es la encarnación de Dios tendrá Su expresión. Haciéndose carne, Dios traerá la obra que debe hacer, y haciéndose carne expresará lo que Él es; será, asimismo, capaz de traer la verdad al hombre, de concederle la vida, y de mostrarle el camino. La carne que no contiene la esencia de Dios seguramente no es el Dios encarnado; de esto no hay duda. Para investigar si es la carne encarnada de Dios, el hombre debe determinarlo a partir del carácter que Él expresa y de las palabras que Él habla. Es decir, si es o no la carne encarnada de Dios, y si es o no el camino verdadero, debe discernirse a partir de Su esencia. Y así, para determinar[a] si es o no la carne de Dios encarnado, la clave está en prestar atención a Su esencia (Su obra, Sus palabras, Su carácter, y mucho más), en lugar de fijarse en Su apariencia exterior. Si el hombre sólo ve Su apariencia exterior, y pasa por alto Su esencia, demostrará la ignorancia y la ingenuidad del hombre. La apariencia externa no determina la esencia; aún más, la obra de Dios nunca se ha conformado a los conceptos del hombre. ¿No estaba reñida la apariencia exterior de Jesús con los conceptos humanos? ¿No eran Su aspecto y Sus vestiduras incapaces de proporcionar pista alguna sobre Su verdadera identidad? ¿No fue la razón por la que los antiguos fariseos se opusieron a Jesús, porque simplemente miraban Su aspecto exterior, y no se tomaron en serio las palabras que Él habló?

de ‘Prefacio’ en “La Palabra manifestada en carne”

Dios guarda silencio y nunca se nos ha aparecido, sin embargo, Su obra nunca se ha detenido. Ve todas las tierras y manda a todas las cosas y contempla todas las palabras y obras del hombre. Su gestión es conducida por pasos, y de acuerdo a Su plan. Este avanza en silencio, sin un efecto dramático, pero Sus pisadas avanzan cada vez más cerca de la humanidad, y Su tribunal se despliega en el universo a la velocidad de la luz, inmediatamente seguido por el descenso de Su trono entre nosotros. ¡Qué escena tan majestuosa es esta; qué cuadro tan imponente y solemne! Como una paloma, como un león rugiente, el Espíritu llega entre todos nosotros. Es sabio, es justo y majestuoso; Él llega entre nosotros en silencio, dueño de la autoridad y lleno de amor y compasión. Nadie está consciente de Su llegada, nadie acoge Su llegada y, más aún, nadie sabe todo lo que va a hacer. La vida del hombre sigue sin cambios; su corazón no es diferente y los días transcurren como siempre. Dios vive entre nosotros como una persona ordinaria, como un seguidor tremendamente insignificante y un creyente ordinario. Él tiene Sus propias búsquedas, Sus propias metas y, además, tiene una divinidad que ningún hombre ordinario posee. Nadie se ha dado cuenta de la existencia de Su divinidad, ni nadie ha percibido la diferencia entre Su esencia y la del hombre. Vivimos junto con Él, sin restricciones y sin temor, porque lo vemos como nada más que un creyente insignificante. Él observa todos nuestros movimientos, y todos nuestros pensamientos e ideas están expuestos ante Él. A nadie le interesa Su existencia; nadie se imagina Su oficio y, más aún, nadie sospecha quién es Él. Nosotros sólo seguimos nuestras búsquedas como si Él no tuviera nada que ver con nosotros…

Por casualidad, el Espíritu Santo expresa un pasaje de palabras “por medio” de Él, y aunque se siente muy inesperado, reconocemos que esta es la declaración de Dios y sin problemas la aceptamos como de Dios. Esto es porque, independientemente de quién exprese estas palabras, siempre que vengan del Espíritu Santo las debemos aceptar y no las podemos negar. La siguiente declaración podría ser a través de mí, podría ser a través de ti o podría ser a través de él. Independientemente de quién sea, todo es la gracia de Dios. Sin embargo, no importa quién sea la persona, no la debemos adorar porque independientemente de cualquier otra cosa, no puede ser Dios; por ningún motivo podemos escoger a una persona ordinaria como esta para que sea nuestro Dios. Nuestro Dios es demasiado grande y honorable; ¿cómo alguien tan insignificante lo podría representar? Es más, todos estamos esperando la llegada de Dios para que nos lleve de regreso al reino de los cielos y por eso, ¿cómo podría alguien tan insignificante estar calificado para una tarea tan importante y ardua? Si el Señor viene otra vez, debe ser en una nube blanca, visible para todos. ¡Qué glorioso será eso! ¿Cómo podría Él esconderse tan calladamente entre un grupo ordinario de personas?

Y sin embargo es esta persona ordinaria, que está escondida entre las personas, la que está haciendo la nueva obra de salvarnos. Él no nos aclara nada, ni nos dice por qué ha venido. Él sólo hace por pasos la obra que tiene la intención de hacer, y de acuerdo a Su plan. Sus palabras y declaraciones cada vez se hacen más frecuentes. De consolar, exhortar, recordar y advertir a reprochar y disciplinar; de un tono gentil y amable, a palabras que son temibles y majestuosas, todo infunde tanto compasión como estremecimiento en el hombre. Todo lo que dice tiene un fuerte efecto en los secretos que están profundamente escondidos dentro de nosotros; Sus palabras lastiman nuestros corazones, nuestros espíritus, y nos dejan avergonzados y humillados. Nos comenzamos a preguntar si el Dios que está en el corazón de esta persona realmente nos ama, y qué exactamente es lo que pretende hacer. ¿Será que tal vez sólo podremos ser arrebatados después de soportar tal dolor? En nuestras cabezas estamos calculando… acerca del destino que está por venir y acerca de nuestra suerte futura. Aun así, ninguno de nosotros cree que Dios se ha hecho carne y obra entre nosotros. Aunque ha estado por tanto tiempo con nosotros, aunque ya ha hablado muchas palabras cara a cara con nosotros, todavía no estamos dispuestos a aceptar a alguien tan ordinario como el Dios de nuestro futuro, mucho menos estamos dispuestos a confiarle el control de nuestro futuro y destino a alguien tan insignificante. De Él disfrutamos una provisión sin fin de agua viva, y gracias a Él vivimos cara a cara con Dios. Sólo somos agradecidos por la gracia del Señor Jesús que está en el cielo y nunca hemos puesto atención a los sentimientos de esta persona ordinaria que posee la divinidad. Él todavía hace Su obra escondido humildemente en la carne, expresando la voz de Su corazón, aparentemente insensible a que la humanidad lo rechace, al parecer perdonando eternamente el infantilismo del hombre y su ignorancia, y siempre tolerante de la irreverencia del hombre para con Él.

Sin que nosotros lo sepamos, este hombre insignificante nos ha llevado paso a paso en la obra de Dios. Sufrimos un sinnúmero de pruebas, somos sujetos a innumerables castigos y probados por la muerte. Aprendemos del carácter justo y majestuoso de Dios; disfrutamos, también, Su amor y compasión, y llegamos a valorar el gran poder y sabiduría de Dios; somos testigos de la hermosura de Dios y contemplamos el deseo ansioso de Dios de salvar al hombre. En las palabras de esta persona ordinaria, llegamos a conocer el carácter y la esencia de Dios, llegamos a entender la voluntad de Dios, llegamos a conocer la naturaleza y la esencia del hombre, y vemos el camino de salvación y perfección. Sus palabras nos hacen morir y nos hacen volver a nacer; Sus palabras nos dan consuelo, pero también nos atormentan con la culpa y un sentimiento de deuda; Sus palabras nos dan alegría y paz, pero también nos causan gran dolor. A veces somos como ovejas al matadero en Sus manos; a veces somos como la niña de Sus ojos y gozamos Su amor y afecto; a veces somos como Sus enemigos, convertidos en ceniza por Su ira en Sus ojos. Somos la humanidad que Él salvó; somos gusanos a Sus ojos, y somos los corderos perdidos que piensa noche y día encontrar. Él es misericordioso con nosotros, nos desprecia, nos levanta, nos consuela y nos exhorta, nos guía, nos esclarece, nos castiga y nos disciplina, y hasta nos maldice. Se preocupa por nosotros noche y día, nos protege y cuida de nosotros noche y día, nunca se aparta de nuestro lado, nos dedica todo Su cuidado y paga cualquier precio por nosotros. Con las palabras de esta pequeña carne ordinaria, hemos gozado la totalidad de Dios y contemplado el destino que Dios nos ha concedido. Pero a pesar de esto, la vanidad todavía acecha dentro de nuestros corazones, y todavía seguimos indispuestos a aceptar activamente a una persona como esta como nuestro Dios. Aunque nos ha dado tanto maná, tanto para disfrutar, nada de esto puede usurpar el lugar del Señor en nuestros corazones. Honramos la identidad y el estatus especiales de esta persona sólo con gran renuencia. Si Él no hablara para hacernos reconocer que Él es Dios, entonces nunca tomaríamos sobre nosotros el reconocerlo como el Dios que pronto llegará y que ha estado obrando entre nosotros por tanto tiempo.

La declaración de Dios continúa, y Él emplea varios métodos y perspectivas para advertirnos qué hacer y expresar la voz de Su corazón. Sus palabras llevan la energía de la vida y nos muestran el camino que debemos caminar y nos permiten entender cuál es la verdad. Empezamos a ser atraídos a Sus palabras, comenzamos a enfocarnos en el tono y la manera en la que habla, y subconscientemente comenzamos a tener un interés en la voz del corazón de esta persona que no tiene nada de especial. Hace esfuerzos meticulosos por nosotros, pierde el sueño y el apetito por nosotros, llora por nosotros, suspira por nosotros, se queja en la enfermedad por nosotros, sufre humillación por el bien de nuestro destino y salvación, y Su corazón sangra y derrama lágrimas por nuestra insensibilidad y rebeldía. Tal ser y tales posesiones están más allá de una persona ordinaria; ninguno de los corruptos las puede poseer o conseguir. Tiene una tolerancia y paciencia que ninguna persona ordinaria posee, y Su amor no lo posee ningún ser creado. Nadie excepto Él puede saber todos nuestros pensamientos, o tener tal conocimiento de nuestra naturaleza y esencia, o juzgar la rebeldía y corrupción de la humanidad, o hablarnos y obrar entre nosotros como lo puede este en nombre del Dios del cielo. Nadie excepto Él posee la autoridad, la sabiduría y la dignidad de Dios; el carácter de Dios, y lo que Él tiene y es, emana en su totalidad de Él. Nadie excepto Él nos puede mostrar el camino y traernos la luz. Nadie excepto Él puede revelar los misterios que Dios no ha revelado desde la creación hasta el día de hoy. Nadie excepto Él nos puede salvar de la esclavitud de Satanás y de nuestro carácter corrupto. Él representa a Dios y expresa la voz del corazón de Dios, las exhortaciones de Dios y las palabras de juicio de Dios hacia toda la humanidad. Él ha comenzado una nueva época, una nueva era, y ha traído un nuevo cielo y una nueva tierra, una nueva obra, y nos ha traído esperanza, y ha puesto fin a la vida que llevábamos en la imprecisión, y nos permitió contemplar plenamente el camino de salvación. Él ha conquistado todo nuestro ser y ha ganado nuestros corazones. De ese momento en adelante nuestras mentes se hacen conscientes y nuestros espíritus parecen ser revividos: esta persona ordinaria e insignificante, que vive entre nosotros y que nosotros hemos rechazado desde hace ya mucho tiempo, ¿no es el Señor Jesús, quien siempre está en nuestros pensamientos, y a quien anhelamos noche y día? ¡Es Él! ¡Realmente es Él! ¡Él es nuestro Dios! ¡Él es la verdad, el camino y la vida!

de ‘Contemplando la aparición de Dios en Su juicio y Su castigo’ en “La Palabra manifestada en carne

Scripture quotations taken from LBLA Copyright by The Lockman Foundation

¿Por qué implica el retorno del Señor que Él se haga carne como el Hijo del hombre para revelarse a la humanidad?

La respuesta de la palabra de Dios:

Dios se hizo carne porque el objeto de Su obra no es el espíritu de Satanás o de cualquier cosa incorpórea, sino el hombre que es de la carne y a quien Satanás ha corrompido. Precisamente porque la carne del hombre ha sido corrompida es que Dios ha hecho al hombre carnal el objeto de Su obra; además, porque el hombre es objeto de la corrupción, ha hecho al hombre el único objeto de Su obra a través de todas las etapas de Su obra de salvación. El hombre es un ser mortal, es de carne y sangre, y Dios es el único que puede salvar al hombre. De esta manera, Dios se debe hacer una carne que posea los mismos atributos que el hombre con el fin de hacer Su obra, para que Su obra pudiera lograr mejores efectos. Dios debe hacerse carne para hacer Su obra justamente porque el hombre es de la carne y es incapaz de vencer el pecado o de despojarse de la carne. […]

[…]

Para todos aquellos que viven en la carne, cambiar su carácter requiere metas que perseguir, y conocer a Dios exige ser testigos de los hechos reales y del rostro real de Dios. Ambas cosas sólo las puede lograr la carne encarnada de Dios y sólo las puede conseguir la carne normal y real. Por esta razón, la encarnación es necesaria y toda la humanidad corrupta la necesita. […] En las tres etapas de la obra de Dios, sólo una etapa fue llevada a cabo directamente por el Espíritu, y las dos etapas restantes son llevadas a cabo por el Dios encarnado y no directamente por el Espíritu. La obra de la ley que el Espíritu hizo no implicó cambiar el carácter corrupto del hombre y tampoco tuvo relación con el conocimiento que el hombre tenía de Dios. La obra de la carne de Dios en la Era de la Gracia y la Era del Reino, sin embargo, involucra el carácter corrupto del hombre y su conocimiento de Dios y es una parte importante y crucial de la obra de salvación. Por lo tanto, la humanidad corrupta está más necesitada de la salvación del Dios encarnado y está más necesitada de la obra directa del Dios encarnado. La humanidad necesita al Dios encarnado para que la pastoree, la apoye, la riegue, la alimente, la juzgue y la castigue y ella necesita más gracia y una mayor redención del Dios encarnado. Sólo Dios en la carne puede ser el confidente del hombre, el pastor del hombre, el pronto auxilio del hombre, y todo esto es la necesidad que se tiene de la encarnación hoy y en el tiempo pasado.

de ‘La humanidad corrupta necesita más que nadie la salvación del Dios encarnado’ en “La Palabra manifestada en carne”

Él se hace carne, porque esta también puede poseer autoridad, y Él puede llevar a cabo la obra entre los hombres de una manera práctica, visible y tangible para el hombre. Esa obra es mucho más realista que cualquier otra hecha directamente por el Espíritu de Dios que posee toda autoridad, y sus resultados también son evidentes. Esto se debe a que Su carne encarnada puede hablar y obrar de una forma práctica; la forma externa de Su carne no tiene autoridad y los hombres pueden acercarse. Su esencia conlleva autoridad, pero esta no es visible para nadie. Cuando Él habla y obra, el hombre es incapaz de detectar la existencia de Su autoridad; esto es incluso más favorable para Su obra práctica. Y toda ella puede obtener resultados. Aunque ningún hombre es consciente de que Él tiene autoridad ni ve que no se le puede ofender, ni ve Su ira, a través de Su autoridad y Su ira veladas, y de Su discurso público, Él consigue los resultados pretendidos de Sus palabras. Dicho de otra forma, el hombre se convence totalmente por medio de Su tono de voz, la severidad del discurso, y toda la sabiduría de Sus palabras. De esta forma, el hombre se somete a la palabra de Dios encarnado, que aparentemente no tiene autoridad, alcanzando de esta forma Su objetivo de la salvación del hombre. Este es otro sentido de Su encarnación: hablar de forma más realista y permitir que la realidad de Sus palabras tenga un efecto sobre el hombre de forma que este dé testimonio del poder de la palabra de Dios. Así pues, esta obra, si no se hace por medio de la encarnación, no obtendrá los más mínimos resultados y no sería capaz de salvar totalmente a los pecadores. Si Dios no se hace carne, se queda como el Espíritu invisible e intangible para el hombre. Este es una criatura de carne, y el hombre y Dios pertenecen a dos mundos diferentes y son de distinta naturaleza. El Espíritu de Dios es incompatible con el hombre de carne, y no se pueden establecer relaciones entre ellos; además, el hombre no puede volverse espíritu. Así, el Espíritu de Dios debe pasar a ser una de las criaturas y hacer Su obra original. Dios puede ascender al lugar más elevado y humillarse volviéndose un hombre de la creación, obrando y viviendo entre los hombres, pero estos no pueden ascender hasta el lugar más elevado y volverse un espíritu, y mucho menos descender hasta el lugar más bajo. Por tanto, Dios debe hacerse carne para llevar a cabo Su obra. Como en la primera encarnación, sólo la carne de Dios podía redimir al hombre a través de Su crucifixión, mientras no era posible que el Espíritu de Dios fuera crucificado como una ofrenda por el pecado por el hombre. Dios podía hacerse carne directamente para servir como una ofrenda por el pecado para el hombre, pero este no podía ascender directamente al cielo para tomar la ofrenda por el pecado que Dios había preparado para él. Así, Dios debe viajar de aquí para allá entre el cielo y la tierra, en lugar de dejar que el hombre ascienda al cielo para tomar esta salvación, porque el hombre había caído y no podía ascender al cielo, mucho menos obtener la ofrenda por el pecado. Por tanto, era necesario que Jesús viniera entre los hombres y realizara personalmente la obra que estos simplemente no podían cumplir. Cada vez que Dios se hizo carne, fue absolutamente necesario que lo hiciera. Si el Espíritu de Dios hubiera podido llevar a cabo directamente cualquiera de las etapas, no habría soportado las indignidades de ser encarnado.

de ‘El misterio de la encarnación (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”

Lo mejor de Su obra en la carne es que Él puede dejar palabras y exhortaciones exactas y Su voluntad precisa para la humanidad para los que lo siguen, para que después Sus seguidores puedan, de una manera más exacta y más concreta, transmitir toda Su obra en la carne y Su voluntad a toda la humanidad para los que aceptan este camino. Sólo la obra de Dios en la carne entre los hombres logra realmente el hecho de que Dios esté y viva junto con el hombre. Sólo esta obra cumple el deseo del hombre de contemplar el rostro de Dios, de ser testigo de la obra de Dios, y de escuchar la palabra personal de Dios. El Dios encarnado da fin a la época cuando sólo la espalda de Jehová aparecía a la humanidad y también concluye la época en que la humanidad tenía la creencia en el Dios ambiguo. En particular, la obra del último Dios encarnado trae a toda la humanidad a una época más realista, más práctica y más agradable. Él no sólo concluye la época de la ley y la doctrina; de mayor importancia aún, revela a la humanidad un Dios que es real y normal, que es justo y santo, que abre la obra del plan de gestión y demuestra los misterios y el destino de la humanidad, que creó a la humanidad y da fin a la obra de gestión y que ha permanecido oculto por miles de años. Da fin por completo a la época de ambigüedad y concluye la época en la que toda la humanidad deseaba buscar el rostro de Dios pero no era capaz de hacerlo, termina la época en la que toda la humanidad servía a Satanás y guía a toda la humanidad hasta el final a una era completamente nueva. Todo esto es el resultado de la obra de Dios en la carne en vez de la del Espíritu de Dios. Cuando Dios obra en Su carne, los que lo siguen ya no buscan y andan a tientas por esas cosas vagas y ambiguas y dejan de adivinar la voluntad del Dios ambiguo. Cuando Dios esparce Su obra en la carne, los que lo siguen transmitirán la obra que ha hecho en la carne a todas las religiones y denominaciones, y van a comunicar todas Sus palabras a oídos de toda la humanidad. Todo lo que escuchen los que reciban Su evangelio van a ser los hechos de Su obra, van a ser las cosas que el hombre personalmente haya visto y escuchado y van a ser hechos y no rumores. Estos hechos son la evidencia con los cuales Él esparce la obra y también son las herramientas que usa para esparcir la obra. Sin la existencia de los hechos, Su evangelio no se esparciría a todos los países y a todos los lugares; sin los hechos sino sólo con las imaginaciones del hombre, Él nunca podría hacer la obra de conquistar todo el universo. El Espíritu no es palpable para el hombre y es invisible para el hombre, y la obra del Espíritu es incapaz de dejarle al hombre cualquier otra prueba o hechos de la obra de Dios. El hombre nunca contemplará el verdadero rostro de Dios y siempre creerá en un Dios ambiguo que no existe. El hombre nunca contemplará el rostro de Dios ni nunca escuchará las palabras que Dios habló personalmente. Las imaginaciones del hombre son, después de todo, huecas y no pueden reemplazar el verdadero rostro de Dios; el carácter inherente de Dios y la obra de Dios mismo el hombre no las puede imitar. El Dios invisible en el cielo y Su obra sólo pueden ser traídos a la tierra por el Dios encarnado que personalmente hace Su obra entre los hombres. Esta es la manera más ideal en la que Dios se aparece al hombre, en la que el hombre ve a Dios y llega a conocer el verdadero rostro de Dios, y esto no lo puede lograr un Dios no encarnado.

de ‘La humanidad corrupta necesita más que nadie la salvación del Dios encarnado’ en “La Palabra manifestada en carne

¿Por qué se ha encarnado Dios como una mujer en los últimos días? ¿Cuál es el significado de esto?

La respuesta de la palabra de Dios:

Cada etapa de la obra realizada por Dios tiene un sentido real. Cuando Jesús llegó, era varón, y en este momento es mujer. A partir de esto, puedes ver que Dios creó al varón y a la mujer para Su obra y que con Él no hay distinción de género. Cuando Su Espíritu llega, Él puede adoptar cualquier carne a voluntad y esta lo representa. Sea varón o mujer, ambos representan a Dios mientras sean Su carne encarnada. Si Jesús hubiera llegado y aparecido como una mujer, en otras palabras, si una niña recién nacida, no un niño, habría de ser concebido por el Espíritu Santo, esa etapa de la obra se habría completado de todas formas. Igualmente, si un varón tuviera que completar esta etapa de la obra, la misma se completaría también. La obra llevada a cabo en ambas etapas es significativa; ninguna de las dos obras se repite ni ellas entran en conflicto entre sí. En el momento de Su obra, a Jesús se le llamaba el único Hijo, lo que indica género masculino. ¿Por qué no se menciona, entonces, al único Hijo en esta etapa? Esto se debe a que las necesidades de la obra han exigido un cambio de género diferente al de Jesús. Con Dios no hay distinción de género. Su obra se realiza como Él desea y no está sujeta a ninguna restricción; es particularmente libre, pero cada etapa tiene un significado práctico. Dios se hizo carne dos veces, y sobra decir que Su encarnación en los últimos días es la última vez. Él ha venido a revelar todos Sus hechos. Si Él no se hubiera hecho carne en esta etapa para realizar personalmente una obra de la que el hombre fuera testigo, este tendría siempre la noción de que Dios es sólo varón, no mujer. Antes de esto, todos creían que Dios sólo podía ser varón y que una mujer no podía ser llamada Dios, porque todos consideraban que el hombre tenía autoridad sobre la mujer. Creían que esta no podía asumir la autoridad, sino sólo el hombre. Incluso decían que el hombre era la cabeza de la mujer y que la mujer debía obedecer al hombre y no podría sobrepasarlo. Cuando se dijo en el pasado que el hombre era la cabeza de la mujer, se dijo con respecto a Adán y a Eva, a quienes la serpiente había engañado, y no al hombre y a la mujer creados por Jehová en el principio. Por supuesto, una mujer debe obedecer y amar a su marido, así como el hombre debe aprender a sustentar a su familia. Estos son las leyes y los decretos establecidos por Jehová que la humanidad debe cumplir durante su vida en la tierra. Jehová dijo a la mujer: “Tu deseo será para tu marido y él tendrá autoridad sobre ti”. Esto sólo se dijo para que la humanidad (es decir, tanto el hombre como la mujer) pudiera vivir una vida normal bajo el dominio de Jehová, para que su vida tuviera una estructura y no perdiera el orden. Por tanto, Jehová hizo normas apropiadas para delimitar cómo deberían actuar el hombre y la mujer, pero estas sólo se referían a toda la creación que vivía sobre la tierra y no a la carne encarnada de Dios. ¿Cómo podría ser Dios lo mismo que Su creación? Sus palabras sólo iban dirigidas a la humanidad de Su creación; eran normas establecidas para el hombre y la mujer con el fin de que la humanidad pudiera vivir una vida normal. En el principio, cuando Jehová creó a la humanidad, hizo tanto al varón como a la mujer; por tanto, Su carne encarnada también se diferenció entre varón o mujer. Él no decidió Su obra en base a las palabras que habló a Adán y a Eva. Las dos veces que se hizo carne se determinaron totalmente en línea con Su pensamiento cuando creó por primera vez a la humanidad. Es decir, Él completó la obra de Sus dos encarnaciones en base al varón y a la mujer que no habían sido corrompidos. Si el hombre aplica las palabras habladas por Jehová a Adán y a Eva, quienes habían sido engañados por la serpiente, a la obra de la encarnación de Dios, ¿no tendría que amar Jesús también a Su esposa como debería? ¿Sigue Dios siendo Dios entonces? Si lo es, ¿puede Él completar Su obra? Si es incorrecto que la carne encarnada de Dios sea mujer, ¿no habría sido también un gran error que Dios creara a la mujer? Si el hombre sigue creyendo que es incorrecto que Dios se encarne en una mujer, ¿no sería entonces un error similar a la presente encarnación, la de Jesús, quien no se casó y por tanto no pudo amar a Su esposa? Ya que usas las palabras habladas por Jehová a Eva para medir la verdad de la encarnación de Dios en el presente, debes usar las palabras de Dios a Adán para juzgar al Señor Jesús que se hizo carne en la Era de la Gracia. ¿No son lo mismo estas dos cosas? Si juzgas al Señor Jesús por el varón a quien la serpiente no había engañado, no puedes juzgar la verdad de la encarnación hoy por la mujer a quien la serpiente engañó. ¡Eso es injusto! Si emites ese juicio, eso muestra tu falta de racionalidad. Cuando Jehová se hizo carne dos veces, el género de Su carne estaba relacionado con el varón y la mujer que no habían sido engañados por la serpiente. En dos ocasiones Él se hizo carne conforme a aquel varón y a aquella hembra no seducidos por la serpiente. No pienses que la masculinidad de Jesús era la misma que la del Adán engañado por la serpiente. Jesús no tiene ninguna relación con él y son dos varones de diferentes naturalezas. ¿Seguro que la masculinidad de Jesús no demuestra que Él sólo es la cabeza de todas las mujeres, pero no de todos los hombres? ¿No es Él el Rey de todos los judíos (incluidos hombres y mujeres)? Él es Dios mismo, no sólo la cabeza de la mujer, sino del hombre también. Él es el Señor de todas las criaturas y la cabeza de todas ellas. ¿Cómo podrías determinar que la masculinidad de Jesús es el símbolo de la cabeza de la mujer? ¿No es esto blasfemia? Jesús es un varón que no ha sido corrompido. Él es Dios; Él es Cristo; Él es el Señor. ¿Cómo podría ser Él un varón como Adán, que había sido corrompido? Jesús es la carne vestida por el santísimo Espíritu de Dios. ¿Cómo podrías decir que Él es un Dios que posee la masculinidad de Adán? ¿No sería entonces errónea toda la obra de Dios? ¿Podía incorporar Jehová en Jesús la masculinidad de Adán, que había sido engañado? ¿No es la encarnación presente otra obra del Dios encarnado, diferente en género de la de Jesús, pero de igual naturaleza? ¿Todavía te atreves a decir que Dios encarnado no podría ser una mujer, ya que fue una mujer la primera que fue engañada por la serpiente? ¿Todavía te atreves a decir que al ser la mujer la más impura y el origen de la corrupción de la humanidad, Dios no podía en absoluto encarnarse como una mujer? ¿Todavía te atreves a decir que “la mujer siempre obedecerá al hombre y nunca podrá manifestar o representar directamente a Dios”? […]

Si sólo se hubiera hecho la obra de Jesús sin el complemento de esta etapa en los últimos días, el hombre se habría aferrado para siempre a la noción de que sólo Jesús es el único Hijo de Dios; es decir, Dios sólo tiene un hijo y que cualquiera que venga después con otro nombre no será el único Hijo de Dios, mucho menos Dios mismo. El hombre tiene la noción de que aquél que sirve como ofrenda por el pecado o que asume el poder de Dios y redime a toda la humanidad es el único Hijo de Dios. Hay algunos que creen que mientras el que venga sea un varón, se le puede considerar el único Hijo de Dios y representante de Dios. Y están incluso los que dicen que Jesús es el Hijo de Jehová, Su único Hijo. ¿No es esta una noción grave? Si esta etapa de la obra no tuviera lugar en la era final, toda la humanidad estaría envuelta en una sombra cuando se trata de Dios. Así, el hombre pensaría que tiene un estatus más alto que la mujer y las mujeres nunca podrían levantar la cabeza. De ser ese el caso, ninguna mujer recibiría la salvación. Las personas siempre creen que Dios es un varón y que Él siempre aborrece a la mujer y no le dará la salvación. De ser así, ¿no es cierto que todas las mujeres creadas por Jehová y también corrompidas nunca tendrían la oportunidad de ser salvadas? ¿No habría sido entonces inútil que Jehová creara a la mujer, es decir, a Eva? ¿Y no perecería la mujer por toda la eternidad? Por tanto, esta etapa de la obra en los últimos días es para salvar a toda la humanidad, no sólo a la mujer sino a toda la humanidad. Esta obra es por el bien de toda la humanidad, no sólo por la mujer. Si alguien piensa de otra forma, ¡es de lo más insensato!

[…] Jesús y Yo venimos del mismo Espíritu. Aunque nuestras carnes no tienen relación, nuestros Espíritus son uno; aunque lo que hacemos y la obra que llevamos no sean lo mismo, somos iguales en esencia; nuestras carnes adoptan distintas formas, y esto es debido al cambio en la era y la necesidad de nuestra obra; nuestros ministerios no son iguales, por lo que la obra que traemos y el carácter que revelamos al hombre también son diferentes. Esa es la razón por la que lo que el hombre ve y recibe hoy en día es diferente a lo del pasado; esto es así por el cambio en la era. Aunque el género y la forma de Sus carnes son diferentes, y aunque Ellos no nacieron de la misma familia, mucho menos en la misma época, Sus Espíritus son uno. Aunque Sus carnes no comparten la misma sangre ni una relación física de ninguna forma, esto no niega que Ellos sean las carnes encarnadas de Dios en dos períodos de tiempo diferentes. Es una verdad innegable que son las carnes encarnadas de Dios, aunque no compartan el mismo linaje o un lenguaje humano común (uno fue un varón que hablaba el lenguaje de los judíos y el otro es una mujer que sólo habla chino). Es por estas razones que Ellos realizan la obra que deben en diferentes países y en períodos de tiempo distintos también. A pesar del hecho de que son el mismo Espíritu y poseen la misma esencia, no hay ninguna similitud en absoluto entre los armazones externos de Sus carnes. Simplemente comparten la misma humanidad, pero la apariencia y el nacimiento de Sus carnes no son parecidos. Esto no ejerce ningún impacto en Sus respectivas obras o en el conocimiento que el hombre tiene de Ellos, porque, después de todo, son el mismo Espíritu y nadie puede separarlos. Aunque no tienen parentesco alguno, Sus seres por entero están dirigidos por Sus Espíritus, de forma que Ellos emprenden una obra diferente en distintos períodos de tiempo, con Sus carnes que no comparten un linaje. De manera similar, el Espíritu de Jehová no es el padre del Espíritu de Jesús, al igual que el Espíritu de Jesús no es el hijo del Espíritu de Jehová. Ambos son el mismo Espíritu, al igual que el Dios encarnado de hoy en día y Jesús. Aunque no tienen relación de sangre, son uno; esto se debe a que Sus Espíritus son uno. Él puede realizar la obra de compasión y misericordia, así como la de juicio justo y castigo del hombre y la de traer maldiciones sobre el hombre. Al final, Él puede realizar la obra de destruir el mundo y castigar a los malvados. ¿Acaso no hace todo esto Él mismo? ¿No es esto la omnipotencia de Dios?

de ‘Las dos encarnaciones completan el sentido de la encarnación’ en “La Palabra manifestada en carne”

La sabiduría, lo maravilloso, la justicia, y la majestad de Dios nunca cambiarán. Su esencia y lo que Él tiene y es nunca cambiarán. Sin embargo, Su obra siempre está progresando hacia adelante, y siempre va profundizando, porque Él siempre es nuevo y nunca viejo. En cada era Dios adopta un nuevo nombre, hace una obra nueva, y permite a Sus criaturas ver Su nueva voluntad y nuevo carácter. Si las personas no ven la expresión del nuevo carácter de Dios en la nueva era, ¿no lo clavarían eternamente en la cruz? Y al hacerlo, ¿no lo definirían? Si Dios sólo se encarnó como varón, las personas lo definirían como tal, como el Dios de los hombres, y nunca creerían que es el Dios de las mujeres. Entonces, los hombres creerían que Dios es del mismo género que los hombres, que Él es la cabeza de los hombres; ¿y qué hay de las mujeres? Esto es injusto; ¿no es un trato preferencial? Si fuera el caso, todos aquellos a quienes Dios salvó serían hombres como Él, y no habría salvación para las mujeres. Cuando Dios creó a la humanidad, creó a Adán y a Eva. No sólo creó a Adán, sino que hizo tanto al varón como a la mujer a Su imagen. Dios no es sólo el Dios de los hombres, también lo es de las mujeres. Él está haciendo una nueva obra en los últimos días. Él revelará más de Su carácter, y no serán la compasión y el amor de la época de Jesús. Como tiene una obra nueva, esta irá acompañada por un nuevo carácter. Por tanto, si esta obra fue realizada por el Espíritu, si Dios no se hizo carne, sino que el Espíritu habló directamente por medio del trueno, de forma que el hombre no tuviera contacto alguno con Él, ¿conocería el hombre Su carácter? Si sólo el Espíritu hizo la obra, el hombre no tendría forma de conocer Su carácter. Las personas sólo pueden ver el carácter de Dios con sus propios ojos cuando Él se hace carne, cuando la Palabra aparece en la carne, y Él expresa todo Su carácter por medio de la carne. Dios vive de verdad en medio del hombre. Él es de imagen y forma; el hombre puede tener contacto realmente con Su carácter y lo que Él tiene y es; sólo de esta forma puede el hombre conocerlo en realidad. Al mismo tiempo, Dios también ha completado Su obra de ser el Dios de hombres y mujeres, y ha cumplido la totalidad de Su obra en la carne.

de ‘La visión de la obra de Dios (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”

Músicas cristianas | La obra del juicio de los últimos días terminará la Era

Músicas cristianas |  La obra del juicio de los últimos días terminará la era

I

Los últimos días es el nombre de una era,

como las Eras de la Ley y de la Gracia,

no de los últimos años o meses,

y difiere mucho de esas dos eras.

La obra de los últimos días no se hace en Israel,

sino entre los gentiles.

Es la conquista de todas las naciones ante el trono de Dios.

Y la gloria de Dios llenará todo el cosmos.

Se proclamará a las naciones, y a las generaciones.

Todas las criaturas verán la gloria de Dios sobre la tierra.

II

Los últimos días son un tiempo de conquista,

no son para guiar la vida del hombre.

Es en cambio la conclusión

del sufrimiento eterno y sin fin de la humanidad.

Los últimos días no son como los años,

cuando Dios obraba en Judea e Israel

por varios miles de años hasta Su segunda encarnación,

sino que son breves.

La gente de los últimos días encuentra

al Redentor que regresa encarnado,

y recibe las palabras y obras personales de Dios,

en los últimos días antes del fin.

Los últimos días, el fin de una era,

el final del plan de 6.000 años de Dios.

Los últimos días, el fin del camino,

el fin del sufrimiento del hombre.

Pero en la nueva era no entran todos.

La vida humana no seguirá igual.

Porque no es nada en los planes de Dios.

Pues si el hombre siguiese, el diablo lo devoraría,

y su alma caería en las manos de Satán.

III

Los últimos días, el tiempo se acaba.

Dios no seguirá más tiempo, no se demorará.

Los últimos días, la derrota de Satán.

Dios recobrará toda Su gloria, no se demorará.

La obra de Dios dura sólo 6.000 años.

El control de Satán sobre la humanidad perdura

sólo por esos seis milenios.

Todas las almas que pertenecen a Dios, del sufrimiento se librarán,

y toda la obra de Dios en la tierra finalizará.

Dios no volverá a encarnarse nunca más,

ni Su Espíritu volverá en la tierra a obrar.

Él rehará al hombre, un santo hombre,

que será Su fiel morada en la tierra.

Los últimos días, el fin de una era,

el final del plan de 6.000 años de Dios.

Los últimos días, el fin del camino,

el fin del sufrimiento del hombre.

Pero en la nueva era no entran todos.

La vida humana no seguirá igual.

Porque no es nada en los planes de Dios.

Pues si el hombre siguiese, el diablo lo devoraría,

y su alma caería en las manos de Satán.

Los últimos días, el fin de una era,

el final del plan de 6.000 años de Dios.

Los últimos días, el fin del camino,

el fin del sufrimiento del hombre.

Los últimos días. Los últimos días. Los últimos días.

De “La Palabra Manifestada En Carne