Palabras de Dios | Sólo el que experimenta la obra de Dios verdaderamente cree en Dios (Fragmento 4)

Palabras de Dios | Sólo el que experimenta la obra de Dios verdaderamente cree en Dios (Fragmento 4)

Relámpago Oriental, la Iglesia de Dios Todopoderoso nació debido a la aparición y a la obra de Dios Todopoderoso, el retorno del Señor Jesús, Cristo de los últimos días. La iglesia está compuesta de todos aquellos quienes sinceramente aceptan la obra de los últimos días de Dios Todopoderoso y están conquistados y salvados por la palabra de Dios. Fue completamente fundada por Dios Todopoderoso personalmente y personalmente la orienta y la pastorea y de ninguna manera fue establecida por ningún hombre. Cristo es la verdad, el camino y la vida. Las ovejas de Dios oyen la voz de Dios. En tanto leas las palabras de Dios Todopoderoso, verás que Dios ha aparecido.

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Me reuní con el Señor gracias a las notificaciones de YouTube

Por Li Lan, Corea del Sur

En la vida, a veces los hechos fortuitos pueden tener consecuencias imprevistas. Hace unos meses me sucedió algo inesperado y asombroso: me reuní con el Señor gracias a las notificaciones de YouTube.

Una mañana de junio, me desperté temprano, me puse a hojear sosegadamente la Biblia que mantenía cerca de la almohada y leí lo que dijo el Señor Jesús cuando reprendió a los fariseos: “‘Mi casa será llamada casa de oración’, pero vosotros la estáis haciendo cueva de ladrones” (Mateo 21:13). No pude evitar preocuparme al leerlo, pues la situación en mi iglesia había llegado a ser la misma que la del templo hacia el final de la Era de la Ley: en mi iglesia, los pastores y ancianos solían predicarnos que los creyentes teníamos que amarnos los unos a los otros, pero ellos, de hecho, aceptaban propinas cuando oraban por los miembros de la congregación y, en ocasiones, la cantidad de dinero que les daban determinaba cuánto tiempo oraban por el donante. Se suponía que la iglesia era un lugar donde la gente adoraba a Dios y, sin embargo, ahora se había convertido nada más que en un lugar donde los creyentes se casaban. Los fieles disminuían día a día y los pastores y ancianos no se esforzaban mucho en sus sermones ni buscaban la mejor manera de pastorear el rebaño del Señor, sino que hallaban infinito gozo en la celebración de bodas. No pude evitar pensar: “Los pastores y ancianos se han desviado del camino del Señor y la iglesia ya no difiere del mundo exterior. Se ha convertido en una cueva de ladrones, como el templo al final de la Era de la Ley. ¿Aparecerá el Señor en una iglesia así cuando regrese?”.

“Piiii, piiii, piiii…” Una alarma interrumpió mis pensamientos. Tomé el celular, apagué la alarma y casualmente me di cuenta de que tenía una notificación de YouTube en el teléfono. Las palabras “Iglesia de Dios Todopoderoso”, que me resultaban familiares, me llamaron la atención y creía haberlas oído antes en alguna parte, pero en ese preciso momento no recordaba dónde. Con gran perplejidad, pensé: “Yo no me he suscrito a los videos de la Iglesia de Dios Todopoderoso en YouTube, así que ¿por qué habría de enviarme YouTube una notificación de esta iglesia?”. De repente recordé que, aproximadamente un mes antes, una amiga me había llevado a la Iglesia de Dios Todopoderoso a oír uno de sus sermones. El sermón fue innovador y revelador y acorde con la Biblia, y me pareció muy renovador. Habría querido seguir estudiándolo, pero mi amiga me había dicho que la Iglesia de Dios Todopoderoso daba testimonio de que el Señor ya había regresado como Dios Todopoderoso encarnado y de que estaba realizando una nueva etapa de Su obra en los últimos días y expresando muchas verdades. También me había contado que todos los creyentes en la Iglesia de Dios Todopoderoso leían las palabras expresadas por Dios Todopoderoso, no la Biblia, por lo que pensé: “Los pastores y ancianos suelen decirnos en las reuniones que todas las palabras de Dios están en la Biblia y que no puede haber palabras ni obras de Dios fuera de esta. Es más, los creyentes de todas las épocas han creído en el Señor por medio de la Biblia. Tener fe en el Señor implica tener fe en la Biblia, así que ¿cómo podría una persona apartarse de ella y seguir creyendo en el Señor?”. Mi amiga me había invitado a ir a la Iglesia de Dios Todopoderoso a oír más sermones, pero siempre me había negado. Al ver esta notificación en el celular, no pude evitar preguntarme: “No me he suscrito a sus videos, y sin embargo he recibido una notificación de la Iglesia de Dios Todopoderoso. ¿Lo habrá dispuesto así el Señor?”. No obstante, aferrándome a mis nociones, no abrí el enlace para mirar el video de la Iglesia de Dios Todopoderoso.

Para mi sorpresa, sin embargo, en días posteriores recibí notificaciones frecuentes de YouTube recomendándome nuevos videos de películas e himnos subidos por la Iglesia de Dios Todopoderoso. Pensé para mis adentros: “¿Realmente me está guiando el Señor? ¿Es Su voluntad que mire los videos de la Iglesia de Dios Todopoderoso?”. Así pues, oré al Señor: “Oh, Señor, ¿por qué recibo notificaciones de la Iglesia de Dios Todopoderoso en el celular? Ellos dan testimonio de que ya has regresado, pero ¿es realmente cierto? ¿Debo mirar estos videos? Oh, Señor, por favor, guíame”. Después recordé las palabras del Señor Jesús: “Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:3). “Sí”, pensé, “la venida del Señor es muy importante. Ahora que he oído la buena nueva del regreso del Señor, debo buscar con una actitud abierta, investigar concienzudamente y discriminar con sabiduría para comprobar si en verdad Dios Todopoderoso es el Señor Jesús retornado. Si no lo busco ni estudio y resulta que el Señor ha regresado de verdad, ¿no habré perdido la oportunidad de reunirme con Él?”. Al pensarlo decidí mirar los videos de la Iglesia de Dios Todopoderoso. ¡Gracias al Señor! Si no los hubiera mirado, jamás lo habría sabido. Cuando miré los videos descubrí que el canal de YouTube de la Iglesia de Dios Todopoderoso tiene todo lo que se puede desear, ¡y en abundancia! Hay películas evangélicas, actuaciones corales, videos musicales, himnos y mucho más. Los distintos cánticos y películas evangélicas acapararon mi atención inmediatamente y, en concreto, me emocionó profundamente el video musical del himno “Mi amado, por favor, espérame”. Cuando lo vi no pude evitar recordar mis experiencias de los últimos años, en los que busqué por todas partes una iglesia que tuviera la obra del Espíritu Santo debido a la desolación de la mía. Cuantos más videos miraba, más quería ver. Recibí un increíble sustento y tuve unos deseos todavía mayores de comprender y estudiar la Iglesia de Dios Todopoderoso.

Un día miré ¿Qué relación hay entre Dios y la Biblia?, un maravilloso fragmento de la película evangélica ¿Quién es mi Señor?. Me impresionó muchísimo un pasaje de las palabras de Dios Todopoderoso en este video: “Creen en Mi existencia sólo dentro del alcance de la Biblia. Para ellos, Yo soy lo mismo que la Biblia; sin la Biblia Yo no existo y sin Mí no existe la Biblia. No prestan atención a Mi existencia o acciones, sino que dedican una atención extrema y especial a todas y a cada una de las palabras de las Escrituras, y muchos de ellos incluso creen que Yo no debería hacer nada que quisiera a menos que las Escrituras lo predijeran. Le atribuyen demasiada importancia a las Escrituras. Se puede decir que ven las palabras y expresiones como demasiado importantes, hasta el punto de que usan versículos de la Biblia para medir cada palabra que digo y para condenarme. Lo que buscan no es el camino de la compatibilidad conmigo, o el camino de la compatibilidad con la verdad, sino el camino de la compatibilidad con las palabras de la Biblia, y creen que cualquier cosa que no se ciña a la Biblia, sin excepción, no es Mi obra. ¿No son esas personas los descendientes sumisos de los fariseos? Los fariseos judíos usaron la ley de Moisés para condenar a Jesús. No buscaron la compatibilidad con el Jesús de ese tiempo, sino que diligentemente siguieron la ley al pie de la letra, hasta el grado de que finalmente clavaron en la cruz al Jesús inocente, habiéndolo acusado de no seguir la ley del Antiguo Testamento y de no ser el Mesías. ¿Cuál era su esencia? ¿No era que no buscaban el camino de la compatibilidad con la verdad? Se obsesionaron con todas y cada una de las palabras de las Escrituras mientras que no prestaron atención a Mi voluntad ni a los pasos ni métodos de Mi obra. No eran personas que buscaran la verdad, sino que eran personas que se aferraban a las palabras; no eran personas que creyeran en Dios, sino personas que creían en la Biblia. En esencia, eran los guardianes de la Biblia” (‘Deberías buscar el camino de la compatibilidad con Cristo’ en “La Palabra manifestada en carne”). Las palabras de Dios Todopoderoso revelaban nuestra actitud hacia la Biblia con perfecta claridad. En el fondo, claro que consideraba la Biblia por encima de todo; creía que todas las palabras del Señor estaban en ella y que, por lo tanto, la Biblia representaba al Señor, que tener fe en el Señor implicaba tener fe en la Biblia y que apartarse de ella significaba no poder creer en el Señor. Sin embargo, había algo que no entendía: la Biblia es testimonio del Señor, constituye la base de nuestra fe, los cristianos hemos basado nuestra fe en el Señor en la Biblia durante 2000 años y nadie ha desligado nunca la Biblia de la fe en el Señor. Entonces, ¿por qué decían las palabras de Dios Todopoderoso que la Biblia no podía equipararse a Dios? ¿Qué significaba esto?

Seguí mirando el video y, a continuación, un hermano de la Iglesia de Dios Todopoderoso impartió la siguiente enseñanza: “Reflexionemos: ¿Qué significa creer en Dios? ¿Qué significa creer en la Biblia? ¿Cuál es la relación entre la Biblia y el Señor? ¿Qué fue primero, la Biblia o el Señor? ¿Quién lleva a cabo la obra de salvación? ¿Puede la Biblia sustituir al Señor para hacer su obra? ¿Puede la Biblia representar al Señor? Si la gente tiene una fe ciega en la Biblia y la adora, ¿significa que creen y adoran a Dios? ¿Aferrarse a la Biblia es equivalente a practicar y experimentar la obra de Dios? ¿Aferrarse a la Biblia significa necesariamente seguir el camino del Señor? Así que si la gente antepone la Biblia a todo lo demás, ¿significa que adoran al Señor como lo más grande, que le reverencian y obedecen? […] Durante miles de años, la gente ha adorado ciegamente a la Biblia y han concedido a la Biblia el mismo estatus que al Señor. Algunos incluso han usado la Biblia como sustituto del Señor y de su obra, pero nadie conoce de verdad al Señor y le obedece. Los fariseos se aferraron a la Biblia, y sin embargo clavaron a Jesús Nuestro Señor en la cruz. ¿Cuál era el problema? ¿Entender la Biblia significa conocer a Dios? ¿Aferrarse a la Biblia significa seguir el camino del Señor? Los fariseos eran expertos en interpretar la Biblia, pero no conocían a Dios. Por el contrario, clavaron en la cruz a Jesús Nuestro Señor que expresó la verdad e hizo la obra de redención. ¿De verdad la gente lo ha olvidado? ¿Qué significa conocer verdaderamente a Dios? ¿Poder interpretar la Biblia y comprender la sabiduría de la Biblia capacita para conocer a Dios? En ese caso, ¿por qué los fariseos condenaron y se opusieron a Jesús Nuestro Señor a pesar de que interpretaban la Biblia? La clave para que uno sea capaz de conocer de verdad y obedecer a Dios es si conoce y obedece a Cristo encarnado o no”.

A medida que meditaba las preguntas del hermano, me las respondía para mis adentros: “Cierto es que primero vino el Señor y luego la Biblia y que la Biblia no puede realizar la obra de salvación de la humanidad. La Biblia es la Biblia y el Señor es el Señor. Siempre creí que la Biblia representaba al Señor, así que ¿no he considerado la Biblia por encima del Señor?”. Mientras lo reflexionaba, de repente me sobresalté y pensé: “Dado que el Señor es el Señor y la Biblia es la Biblia, ¿he practicado de acuerdo con la voluntad del Señor al seguir lo que dicen los pastores y ancianos, al idolatrar la Biblia y considerarla por encima de todo?”. Pero entonces pensé: “¿Cómo podría considerarse verdadera una fe en el Señor que se aparte de la Biblia? ¿Nos hemos equivocado aferrándonos a la Biblia dentro de nuestra fe en el Señor?”. En aquel momento me vinieron a la cabeza estas palabras del Señor Jesús: “Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:39-40). Meditando estas palabras me di cuenta de que la Biblia era un mero testimonio de Dios y de que, para recibir la aprobación del Señor y la vida, ¡hay que buscar al Señor! “Al parecer, la Biblia realmente no puede representar al Señor”, pensé. “El que provee nuestra vida es el Señor, no la Biblia, y la fe en la Biblia no implica tener fe en el Señor ni seguir al Señor. Si simplemente sigo aferrándome a la Biblia e idolatrándola ciegamente y no busco ni me someto a la nueva obra de Dios, ¡es muy probable que termine como los fariseos y vuelva a crucificar a Dios! Las palabras de Dios Todopoderoso están en posesión de la verdad y pueden aclarar mis nociones y confusiones. Debo investigar y buscar concienzudamente para no perder la oportunidad de recibir la venida del Señor”. Al pensarlo, decidí pedirle a mi amiga que me llevara a la Iglesia de Dios Todopoderoso para poder investigarla.

Cuando mi amiga y yo llegamos a la Iglesia de Dios Todopoderoso, los hermanos y hermanas nos dieron una cálida bienvenida, tras la cual nos hablaron pacientemente. Yo pregunté: “Últimamente he aprendido mucho mirando las películas y los videos en el sitio web de la Iglesia y veo que las palabras de Dios Todopoderoso están en posesión de la verdad, que pueden resolver mis problemas y confusiones y que con ellas entiendo la verdad. Sin embargo, hay algo que todavía no comprendo. Los pastores y ancianos suelen decirnos que todas las palabras de Dios están en la Biblia, que la Biblia es el fundamento de nuestra fe en Dios y que los creyentes en el Señor no pueden apartarse de ella. Así y todo, ustedes dan testimonio de que el Señor Jesús ha regresado como Dios Todopoderoso y está realizando una nueva etapa de Su obra en los últimos días y expresando nuevas palabras. ¿Qué significa todo esto? Por favor, ¿nos podrían hablar de este asunto?”.

La hermana Zhou respondió entonces mi pregunta poniendo el maravilloso fragmento ¿Están en la Biblia toda la obra y todas las palabras de Dios?, de la película ¿Quién es mi Señor?. El predicador de la película impartía las siguientes enseñanzas: “Todos sabemos que el Nuevo y el Antiguo Testamento de la Biblia solo se refieren a dos etapas de la obra de Dios. ¿Alguien se atreve a decir que la Biblia contiene un relato completo de las palabras y la obra de Dios durante la Era de la Ley y la Era de la Gracia? ¿Alguien aquí se atreve a afirmar que la palabra de Dios expresada durante las profecías en la Era de la Ley y la palabra de Jesús Nuestro Señor durante la Era de la Gracia están reflejadas en la Biblia? De hecho, todos vosotros sois conscientes de que muchas palabras de Jesús Nuestro Señor no están reflejadas en la Biblia. ¡Las palabras de Jesús Nuestro Señor reflejadas en la Biblia son solo la punta del iceberg! Muchos de los libros de los profetas en la Era de la Ley tampoco se incluyen en la Biblia. ¡Esto es un hecho conocido! ¿Podríais afirmar que todas las palabras y obra de Dios están reflejadas en la Biblia? ¿No se contradice esto claramente con la realidad? ¿Esto no os convierte en mentirosos? Jesús Nuestro Señor predijo muchas veces que regresaría. ¿Cómo podría reflejarse en la Biblia la palabra de Jesús Nuestro Señor retornado con anterioridad! Deberíamos ser muy claros. La Biblia es un registro de la obra de Dios en el pasado. Tantos años después de que se escribiera el Antiguo Testamento, Jesús Nuestro Señor vino y llevó a cabo la obra de redención durante la Era de la Gracia. ¿Es eso verdad? Decidme, ¿la palabra de Jesús Nuestro Señor se escribe automáticamente en la Biblia? La palabra y obra de Dios tenían que ser recopiladas antes de poder incluirse en la Biblia. En los últimos días Dios Todopoderoso ha venido a hacer su juicio comenzando por la casa de Dios, y expresando todas las verdades para purificar y salvar a la humanidad. ¿Podían estas verdades aparecer de forma automática en la Biblia? La Iglesia de Dios Todopoderoso reúne todas las verdaderas expresadas por Dios Todopoderoso en la Biblia de la Era del Reino, o sea, La Palabra Aparece En Carne. Esta Biblia de la Era del Reino contiene solo la expresión de Dios. Se podría decir que La Palabra Aparece En Carne es el camino de vida eterna concedida al hombre por Dios en los últimos días. Así que la opinión de que la palabra y obra de Dios están reflejadas en la Biblia y que la palabra y obra de Dios no aparecen fuera de la Biblia es errónea, absurda y el resultado de las imaginaciones y fantasías del hombre”.

Tras escuchar las enseñanzas del predicador, me pareció que se ceñían a la realidad: la Biblia puede ser un libro de referencia para utilizarlo en nuestra fe en Dios, pero no puede representar al Señor y mucho menos las palabras o la obra del Señor. Sabía que debía adoptar el enfoque correcto hacia la Biblia y no dar el mismo estatus a la Biblia y al Señor; menos todavía limitar la obra y las palabras de Dios a las páginas de la Biblia. La Biblia es un mero relato de las dos etapas previas de la obra de Dios: Su obra en la Era de la Ley y la Era de la Gracia. No obstante, Dios es muy grande y abundante, así que ¿cómo es posible que este libro, la Biblia, sea el único que contenga todo lo relativo a Dios? El evangelio de Juan dice: “Y hay también muchas otras cosas que Jesús hizo, que si se escribieran en detalle, pienso que ni aun el mundo mismo podría contener los libros que se escribirían” (Juan 21:25). Entonces, al parecer, la Biblia no registraba la totalidad de la obra y las palabras del Señor Jesús, pero yo había secundado las interpretaciones de los pastores y ancianos del mundo religioso y creído que no había más obras ni palabras de Dios aparte de las de la Biblia. ¡Qué ciega y necia había sido aferrándome a las nociones y fantasías del hombre! ¡Esa posición era sencillamente insostenible!

Seguí mirando el video y el predicador leyó varios pasajes de palabras de Dios Todopoderoso: “Todo lo que se registra en la Biblia es limitado e incapaz de representar toda la obra de Dios. Los Cuatro Evangelios tienen en total menos de cien capítulos, con un número limitado de sucesos como la maldición que Jesús hizo de la higuera, las tres negaciones de Pedro respecto al Señor, la aparición de Jesús a los discípulos después de Su crucifixión y resurrección, enseñanza sobre el ayuno, la oración, el divorcio, el nacimiento y la genealogía de Jesús, la elección de los discípulos por Jesús, etc. Sin embargo, el hombre los valora como tesoros, verificando incluso la obra actual frente a ellos. Creen incluso que Jesús sólo hizo eso en el tiempo posterior a Su nacimiento. Es como si creyeran que Dios sólo puede hacer eso, que no puede haber más obra adicional. ¿No es esto absurdo?” (‘El misterio de la encarnación (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”). “En su momento, Jesús sólo habló a Sus discípulos una serie de sermones en la Era de la Gracia, relativos a cómo practicar, cómo reunirse, cómo pedir en oración, cómo tratar a los demás, etc. La obra que Él llevó a cabo fue la de la Era de la Gracia y sólo explicó cómo debían practicar los discípulos y los que lo seguían. Él realizó únicamente la obra de la Era de la Gracia y ninguna de los últimos días. […] La obra de Dios en cada era tiene límites claros; Él sólo realiza la obra de la era presente y nunca la de la siguiente etapa de antemano. Sólo de esta forma puede Su obra representativa de cada era ponerse de manifiesto. Jesús sólo había hablado de las señales de los últimos días, de cómo ser paciente y cómo ser salvado, de cómo arrepentirse y confesar, y de cómo cargar la cruz y soportar el sufrimiento; Él nunca habló de cómo debería entrar el hombre en los últimos días o de cómo buscar satisfacer la voluntad de Dios. Por tanto, ¿acaso no sería un acto absurdo buscar en la Biblia la obra de Dios de los últimos días? ¿Qué puedes discernir simplemente sosteniendo la Biblia en tus manos? Ya sea un intérprete de la Biblia o un predicador, ¿quién puede conocer de antemano la obra de hoy?” (‘¿Cómo puede el hombre que ha definido a Dios en sus conceptos recibir Sus revelaciones?’ en “La Palabra manifestada en carne”). “Si deseas ver la obra de la Era de la Ley, y cómo siguieron los israelitas el camino de Jehová, debes leer el Antiguo Testamento; si deseas entender la obra de la Era de la Gracia, debes leer el Nuevo Testamento. ¿Pero cómo ves la obra de los últimos días? Debes aceptar el liderazgo del Dios de hoy, y entrar en la obra de hoy, porque esta es la nueva obra, y nadie la ha registrado anteriormente en la Biblia. Hoy, Dios se ha hecho carne y ha seleccionado a otros escogidos en China. Él obra en estas personas, continúa Su obra en la tierra, continúa la obra de la Era de la Gracia. La obra de hoy es una senda por la que el hombre nunca ha caminado, y que nadie ha visto jamás. Es una obra que nunca se ha hecho antes; es la obra más reciente de Dios en la tierra. […] ¿Cómo podría contener la Biblia registros explícitos de tal obra? ¿Quién podría haber registrado cada pedazo de la obra de hoy, sin omisión, de antemano? ¿Quién podría registrar esta obra más poderosa y sabia, que desafía a las convenciones en el viejo libro enmohecido? La obra de hoy no es historia, y como tal, si deseas caminar por la nueva senda de hoy, debes salir de la Biblia, ir más allá de los libros de profecía o historia en ella. Sólo entonces serás capaz de caminar por la nueva senda apropiadamente, y sólo entonces serás capaz de entrar en la nueva esfera y en la nueva obra” (‘Relativo a la Biblia (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Cuando el predicador terminó de leer las palabras de Dios, un hermano que aparecía en la película dio la siguiente enseñanza: “La palabra de Dios Todopoderoso se encuentra totalmente en línea con la realidad. La Biblia es solamente un relato de la palabra y obra de Dios durante la Era de la Ley y la Era de la Gracia. La palabra y obra de Dios en los últimos días no podían haberse escrito en la Biblia con anterioridad. Asegurábamos que la palabra y obra de Dios se encontraban solamente dentro de la Biblia. Pero esto no se alinea con la realidad de la obra de Dios”. No pude evitar asentir con la cabeza tras escuchar las palabras de Dios y las enseñanzas del hermano. Pensé para mis adentros: “Exacto. ¿Cómo iba a estar escrita en la Biblia la obra que Dios aún tenía pendiente? Es ahora cuando entiendo lo que se afirma en Apocalipsis 5:5: “Entonces uno de los ancianos me dijo: No llores; mira, el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido para abrir el libro y sus siete sellos”. Aquí dice que el libro con los siete sellos solo se abrirá cuando regrese el Señor en los últimos días. Así pues, ¿no demuestra eso que el Señor aún tiene palabras por decir y una obra por realizar que la Biblia no registra?”. Mientras lo pensaba lamenté no haber estudiado antes la Iglesia de Dios Todopoderoso. ¡La verdad es que no debería haber seguido ciegamente a los pastores y ancianos ni delimitado la obra de Dios según mis nociones y fantasías!

La hermana Zhou nos enseñó lo siguiente: “Hermana, ahora que hemos mirado este video, entendemos que la Biblia es un mero relato de la obra previa de Dios y testimonio de Su obra y que no puede ocupar el lugar de Dios para llevar a cabo la obra de salvación de la humanidad en los últimos días. La obra de Dios siempre avanza y actualmente Dios Todopoderoso lleva a cabo una nueva etapa de Su obra, la del juicio y castigo por la palabra en la Era del Reino, sobre la base de la obra redentora del Señor Jesús. Esto cumple plenamente las profecías bíblicas: “Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no lo juzgo; porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final” (Juan 12:47-48). “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios” (1 Pedro 4:17). Las palabras y la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días no niegan la Biblia, sino que están en un nivel más elevado y profundo que las palabras y la obra de Dios en la Era de la Ley y la Era de la Gracia, y la obra de Dios Todopoderoso encaja mejor con nuestras necesidades actuales. Las palabras de Dios Todopoderoso conforman la Biblia de la Era del Reino, La Palabra manifestada en carne. Estas palabras son el camino de vida eterna que Dios otorga a la humanidad en los últimos días, revelan el misterio de las tres etapas de la obra de Dios y el misterio de Su encarnación y expresan el carácter de Dios y lo que Él tiene y es, además de Su omnipotencia y sabiduría. Entre otras cosas, también nos señalan la senda para enaltecer a Dios, dar testimonio de Él, servirlo, entrar en la realidad de la verdad, alcanzar la salvación plena y ser perfeccionados. Solo cuando aceptamos la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días, vamos al compás de la obra de Dios y obtenemos la provisión de Sus palabras actuales podemos recibir la obra del Espíritu Santo. Si siempre nos aferramos a la Biblia y nos negamos a aceptar la obra y las declaraciones de Dios en los últimos días o a seguir las huellas de Su obra, no podremos recibir la provisión del agua viva de la vida que Dios nos otorga y Él nos descartará y abandonará. Hoy en día, todas las religiones y denominaciones afrontan una creciente desolación. Puesto que no han ido al compás de la obra de Dios de los últimos días, no han obtenido la provisión de las palabras actuales de Dios y, por lo tanto, se encuentran perdidas en el desierto sin salida…”.

Con las enseñanzas de los hermanos y hermanas de la Iglesia de Dios Todopoderoso me di cuenta de que la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días concuerda plenamente con las profecías bíblicas y no se desvía de la Biblia en lo más mínimo. Por el contrario, Dios realiza una etapa más nueva y elevada de Su obra conforme a nuestras necesidades, de modo que podamos deshacernos de las ataduras del pecado de una vez por todas, ser purificados y salvados por Dios y recibir de Él la verdad y la vida. También logré comprender por qué el mundo religioso está cada vez más desolado y envilecido y por qué mi espíritu estaba siempre tan sediento: porque somos arrogantes y engreídos y nos aferramos a nuestras nociones, limitando las palabras y la obra de Dios a las páginas de la Biblia, sin buscar ni aceptar la nueva obra de Dios en los últimos días y sin seguir las huellas del Cordero. Los hermanos y hermanas me enseñaron después todo tipo de verdades y, una por una, las palabras de Dios resolvieron mis problemas y confusiones. Tuve la certeza absoluta de que Dios Todopoderoso es el Señor Jesús retornado y mi corazón se llenó de gratitud hacia el Señor.

Tras aceptar la obra de Dios de los últimos días, participé activamente en la vida de iglesia y, con el riego y la provisión de las palabras de Dios y las enseñanzas de los hermanos y hermanas, logré entender multitud de verdades y misterios que nunca antes había comprendido y mi espíritu estaba alegre. Me sentía cada vez más cerca de Dios, mi corazón se iba llenando con más y más luz y cada día sentía paz y alegría en abundancia. A veces, cuando pensaba en cómo me había aferrado a la Biblia, en cómo había delimitado las palabras y la obra de Dios a las páginas de la Biblia y me había negado a buscar o investigar la obra de Dios de los últimos días, me sentía sumamente arrepentida y en una gran deuda con Dios; ¡veía lo ciega e ignorante que verdaderamente había sido! Si Dios no me hubiera mostrado misericordia y no me hubiera salvado utilizando YouTube para enviarme aquellas notificaciones de la Iglesia de Dios Todopoderoso que me llevaron a escuchar la voz de Dios, todavía estaría siguiendo ciegamente a los pastores y ancianos y no habría buscado ni investigado la obra de Dios de los últimos días. En ese caso, podría haber leído la Biblia durante cien años y, pese a ello, habría sido incapaz de recibir el regreso del Señor. Si hoy en día he podido recibir la salvación de Dios en los últimos días, se lo debo íntegramente a la dirección y la guía de Dios y esa es Su admirable salvación. ¡Gracias a Dios!

Scripture quotations taken from LBLA Copyright by The Lockman Foundation

Película cristiana en español latino | “Bautismo de fuego” Basada en una historia real

Película cristiana en español latino | “Bautismo de fuego” Basada en una historia real

El Señor Jesús dijo: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). ¿Pero cómo debemos buscar para convertirnos en personas cumplidoras de la voluntad del Padre Celestial y obedientes a Dios, de modo que Dios nos lleve al reino de los cielos? El cristiano Song Enze fue detenido y encarcelado por el Partido Comunista de China durante siete años por creer en Dios y predicar Su evangelio. Cuando lo soltaron, se empeñó en seguir con su entrega a Dios difundiendo el evangelio. A su parecer, abandonar su hogar y su profesión, afanarse y trabajar significa hacer la voluntad de Dios, y da por seguro que recibirá la aprobación de Dios y Él lo llevará al reino de los cielos. Más adelante, el hijo de Song Enze enferma de gravedad, con riesgo para su vida, por lo cual Song Enze guarda rencor a Dios, trata de rebatirlo y hasta pierde el deseo de cumplir con sus deberes. Con lo que le muestra la realidad de su situación y las revelaciones de la palabra de Dios, Song Enze se da cuenta de que sus muchos años de abandono y entrega a Dios fueron, en un principio, un intento de intercambiarlos por la gracia y las bendiciones de Dios y de que no es obediente a Él. Al final, por medio de la búsqueda, aprende a buscar con el fin de escapar a su carácter corrupto, hacerse verdaderamente obediente a Dios y ser salvado por Él.

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Scripture quotations taken from LBLA Copyright by The Lockman Foundation

¿Qué es la encarnación? ¿Cuál es la esencia de la encarnación?

¿Qué es la encarnación? ¿Cuál es la esencia de la encarnación?

¿Qué es la encarnación? ¿Cuál es la esencia de la encarnación?

Versículos bíblicos como referencia:

En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios” (Juan 1:1).

Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:14).

Yo soy el camino, y la verdad, y la vida […]” (Juan 14:6).

Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo he estado con vosotros, y todavía no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os digo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí es el que hace las obras. Creedme que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí; y si no, creed por las obras mismas” (Juan 14:9-11).

Yo y el Padre somos uno” (Juan 10:30).

Las palabras relevantes de Dios:

El significado de la encarnación es que Dios aparece en la carne y Él viene a obrar en medio del hombre de Su creación bajo una imagen de carne. Por tanto, para que Dios se encarne, primero debe ser carne, una carne con una humanidad normal; esto, como mínimo, es el requisito previo más básico. De hecho, la implicación de la encarnación de Dios es que Él vive y obra en la carne; Dios se hace carne en Su misma esencia, se hace hombre.

de ‘La esencia de la carne habitada por Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”

La encarnación significa que el Espíritu de Dios se hace carne, es decir, que Dios se hace carne; la obra que Él realiza en la carne es la obra del Espíritu, la cual se materializa en la carne y es expresada por la carne. Nadie, excepto la carne de Dios, puede cumplir con el ministerio del Dios encarnado; es decir, que sólo la carne encarnada de Dios, esta humanidad normal —y nadie más— puede expresar la obra divina.

de ‘La esencia de la carne habitada por Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”

El Cristo con humanidad normal es una carne en la que el Espíritu se materializa, que posee una humanidad normal, un sentido normal y un pensamiento humano. “Materializarse” significa que Dios se hace hombre, que el Espíritu se hace carne; dicho claramente, es cuando Dios mismo habita en la carne con una humanidad normal y expresa Su obra divina a través de ella. Esto es lo que significa materializarse o encarnarse.

de ‘La esencia de la carne habitada por Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”

El Dios que se hizo carne se llama Cristo, y así el Cristo que les puede dar a las personas la verdad se llama Dios. No hay nada excesivo en esto porque Él posee la esencia de Dios, y posee el carácter de Dios, y posee la sabiduría en Su obra, que el hombre no puede alcanzar. Los que así mismos se llaman Cristo, pero que no pueden hacer la obra de Dios, son fraudes. Cristo no es sólo la manifestación de Dios en la tierra, sino también es la carne particular asumida por Dios a medida que cumple y completa Su obra entre los hombres. Esta carne no es una que cualquier hombre pueda reemplazar, sino una que pueda adecuadamente llevar la obra de Dios en la tierra y expresar el carácter de Dios y representar bien a Dios y proveer al hombre con la vida.

de ‘Sólo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna’ en “La Palabra manifestada en carne”

La implicación de la encarnación de Dios es que Él vive y obra en la carne; Dios se hace carne en Su misma esencia, se hace hombre. Su vida y Su obra encarnadas pueden dividirse en dos etapas. Primero es la vida que vive antes de desempeñar Su ministerio. Él vive en una familia humana ordinaria, en una humanidad totalmente normal, obedeciendo la moral y las leyes normales de la vida humana, con necesidades humanas normales (comida, vestido, refugio, descanso), debilidades humanas normales y emociones humanas normales. En otras palabras, durante esta primera etapa Él vive en una humanidad no divina y completamente normal, y se involucra en todas las actividades humanas normales. La segunda etapa es la vida que vive después de empezar a desarrollar Su ministerio. Sigue morando en la humanidad ordinaria con un caparazón humano normal, sin mostrar señal externa alguna de lo sobrenatural. No obstante, Él vive puramente por el bien de Su ministerio y durante este tiempo Su humanidad normal existe enteramente al servicio de la obra normal de Su divinidad; y es que, para entonces, Su humanidad normal ha madurado hasta el punto de ser capaz de desempeñar Su ministerio. Por tanto, la segunda etapa de Su vida consiste en llevar a cabo Su ministerio en Su humanidad normal; es una vida tanto de humanidad normal como de divinidad completa. La razón por la que durante la primera etapa de Su vida Él vive en una humanidad completamente ordinaria es que Su humanidad no equivale aún a la totalidad de la obra divina, todavía no está madura; sólo después de que Su humanidad madura y es capaz de cargar con Su ministerio, es cuando Él puede ponerse a realizarlo. Como Él, siendo carne, necesita crecer y madurar, la primera etapa de Su vida es la de una humanidad normal, mientras que en la segunda, al ser capaz Su humanidad de acometer Su obra y llevar a cabo Su ministerio, la vida que el Dios encarnado vive durante ese periodo es una tanto de humanidad como de divinidad completa. Si el Dios encarnado hubiera comenzado Su ministerio formal desde el momento de Su nacimiento, realizando señales sobrenaturales y maravillas, entonces Él no tendría una esencia corpórea. Por tanto, Su humanidad existe por el bien de Su esencia corpórea; no puede haber carne sin humanidad y una persona sin humanidad no es un ser humano. De esta forma, la humanidad de la carne de Dios es una propiedad intrínseca de la carne encarnada de Dios. Decir que “cuando Dios se hace carne es totalmente divino, no es en absoluto humano”, es una blasfemia, porque esta es una postura imposible de adoptar y que viola el principio de la encarnación. Incluso después de empezar a llevar a cabo Su ministerio, Su divinidad sigue habitando Su caparazón externo humano cuando Él realiza Su obra; sólo que en ese momento, Su humanidad tiene el único propósito de permitirle a Su divinidad desempeñar la obra en la carne normal. Así pues, el agente de la obra es la divinidad habitando en Su humanidad. Es Su divinidad, no Su humanidad, la que obra, pero es una divinidad escondida dentro de Su humanidad; Su divinidad completa, no Su humanidad, es la que, en esencia, lleva a cabo Su obra. Pero el actor de la obra es Su carne. Se podría decir que Él es un hombre, pero que también es Dios, porque Dios se convierte en un Dios que vive en la carne, con un caparazón y una esencia humanos, pero también con la esencia de Dios. Al ser un hombre con la esencia de Dios, Él está por encima de cualquiera de los humanos creados y de cualquier hombre que pueda desarrollar la obra de Dios. Por tanto, entre todos los que tienen un caparazón humano como el suyo, entre todos los que poseen humanidad, sólo Él es el Dios mismo encarnado, todos los demás son humanos creados. Aunque todos poseen humanidad, los humanos creados no tienen más que humanidad, mientras que Dios encarnado es diferente. En Su carne, no sólo tiene humanidad sino que, más importante aún, también tiene divinidad. Su humanidad puede verse en la apariencia externa de Su carne y en Su vida cotidiana, pero Su divinidad es difícil de percibir. Como Su divinidad se expresa únicamente cuando Él tiene humanidad y no es tan sobrenatural como las personas lo imaginan, verla es extremadamente difícil para las personas. Incluso hoy es muy difícil que la gente pueda comprender la verdadera esencia del Dios encarnado. De hecho, incluso después de haber hablado tanto sobre ello, supongo que sigue siendo un misterio para la mayoría de vosotros. Este asunto es muy simple: como Dios se hace carne, Su esencia es una combinación de humanidad y divinidad. Esta combinación se llama Dios mismo, Dios mismo en la tierra.

de‘La esencia de la carne habitada por Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”

La vida que Jesús vivió en la tierra fue una vida normal de la carne. Él vivió en la humanidad normal de Su carne. Su autoridad —para llevar a cabo Su obra y hablar Su palabra, o para sanar a los enfermos y echar fuera a los demonios, para hacer tales cosas extraordinarias— no se manifestó, en mayor parte, hasta que Él comenzó Su ministerio. Su vida antes de los veintinueve años de edad, antes de llevar a cabo Su ministerio, fue prueba suficiente de que Él era sólo una carne normal. Por ello, y porque aún no había comenzado a realizar Su ministerio, las personas no vieron nada divino en Él, no vieron más que a un ser humano normal, a un hombre ordinario, igual que en ese momento algunos creyeron que Él era el hijo de José. Las personas creían que Él era el hijo de un hombre corriente, no tenían forma de decir que Él era la carne encarnada de Dios; incluso cuando, en el transcurso de la realización de Su ministerio Él obró muchos milagros, la mayoría de las personas seguía diciendo que Él era el hijo de José, porque Él era el Cristo con el caparazón corporal de una humanidad normal. Su humanidad normal y Su obra existieron con el fin de cumplir el significado de la primera encarnación, demostrando que Dios había venido enteramente en la carne, que se había hecho un hombre totalmente ordinario. Que tuviera una humanidad normal antes de empezar Su obra fue una prueba de que Él era una carne ordinaria; y que obrase después, también demostró que Él era una carne ordinaria, porque Él llevó a cabo señales y maravillas, sanó a los enfermos y echó fuera a los demonios estando en la carne con una humanidad normal. La razón por la que Él podía obrar milagros era porque Su carne tenía la autoridad de Dios, era la carne de la que estaba vestido el Espíritu de Dios. Él poseía esta autoridad por el Espíritu de Dios, lo que no significaba que Él no fuese carne. Sanar a los enfermos y echar fuera a los demonios era la obra que Él debía realizar en Su ministerio, una expresión de Su divinidad escondida dentro de Su humanidad, e independientemente de las señales que mostrara o de cómo demostrara Su autoridad, seguía viviendo en una humanidad normal y seguía siendo una carne normal. Hasta el momento en que resucitó después de morir en la cruz, Él habitó dentro de una carne normal. Conceder gracia, sanar a los enfermos y expulsar a los demonios era parte de Su ministerio, todo era parte de la obra que Él llevó a cabo en Su carne normal. Antes de ir a la cruz, Él nunca se separó de Su carne humana normal, independientemente de lo que estuviera haciendo. Él era Dios mismo llevando a cabo la obra propia de Dios, pero como Él era Su carne encarnada, comía alimentos y vestía ropa, tenía necesidades humanas normales, una razón y una mente humanas normales. Todo esto era prueba de que Él era un hombre normal, que a su vez demostraba que la carne encarnada de Dios era una carne con una humanidad normal y no sobrenatural.

de ‘La esencia de la carne habitada por Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”

La humanidad de Dios encarnado existe para mantener la obra divina normal en la carne; Su pensamiento humano normal sustenta Su humanidad normal y todas Sus actividades corporales normales. Se podría decir que Su pensamiento humano normal existe con el fin de sustentar toda la obra de Dios en la carne. Si esta carne no poseyera una mente humana normal, entonces Dios no podría obrar en la carne y lo que Él debe hacer en la carne no se cumpliría jamás. Aunque el Dios encarnado posee una mente humana normal, Su obra no está adulterada por el pensamiento humano; Él emprende la obra en la humanidad con una mente normal, bajo la condición previa de que Él posee la humanidad con una mente propia, no por el ejercicio del pensamiento humano normal. No importa cuán elevados sean los pensamientos de Su carne, Su obra no lleva el sello de la lógica o del pensamiento. En otras palabras, Su obra no es concebida por la mente de Su carne, sino que es una expresión directa de la obra divina en Su humanidad. Toda Su obra es el ministerio que debe cumplir y nada de ella es concebida por Su cerebro. Por ejemplo, sanar a los enfermos, echar fuera a los demonios y la crucifixión no fueron productos de Su mente humana; ningún hombre con una mente humana podría haber logrado estas cosas. De igual forma, la obra de conquista actual es un ministerio que debe llevar a cabo el Dios encarnado, pero no es la obra de una voluntad humana, es la obra que Su divinidad debe llevar a cabo y que ningún humano carnal es capaz de realizar. Así pues, el Dios encarnado debe poseer una mente humana normal, debe poseer una humanidad normal, porque Él debe desempeñar Su obra en la humanidad con una mente normal. Esta es la esencia de la obra del Dios encarnado, la propia esencia del Dios encarnado.

de ‘La esencia de la carne habitada por Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”

En el período de tiempo en que el Señor Jesús estuvo obrando, las personas podían ver que Dios tenía muchas expresiones humanas. Por ejemplo, podía danzar, asistir a bodas, conversar, hablar y discutir con las personas. Además de eso, el Señor Jesús también llevó a cabo mucha obra que representaba Su divinidad, y por supuesto toda esa obra era una expresión y una revelación del carácter de Dios. Durante este tiempo, cuando la divinidad de Dios se materializó en una carne ordinaria que las personas podían ver y tocar, ya no sentían que Él fuera y viniera repentinamente, que no pudieran acercarse a Él. Por el contrario, podían intentar comprender la voluntad de Dios o entender Su divinidad a través de todos los movimientos, las palabras, y la obra del Hijo del Hombre quien, encarnado, expresaba la divinidad de Dios a través de Su humanidad y le transmitía Su voluntad a la humanidad. A través de la expresión de la voluntad y del carácter de Dios, también le reveló al Dios que no puede verse ni tocarse en la esfera espiritual. Lo que las personas vieron era Dios mismo, tangible y de carne y hueso. Así, el Hijo del Hombre encarnado concretizó y humanizó cosas como la identidad, el estatus, la imagen, el carácter de Dios, y lo que Él tiene y es. Aunque Su aspecto externo tenía algunas limitaciones respecto a la imagen de Dios, Su esencia y lo que Él tiene y es, eran totalmente capaces de representar Su propia identidad y estatus; sencillamente existían algunas diferencias en la forma de expresión. Independientemente de que sea la humanidad del Hijo del Hombre o de Su divinidad, no podemos negar que Él representaba la propia identidad y estatus de Dios. Sin embargo, durante este tiempo, Dios obró a través de la carne, habló desde esa perspectiva, y se presentó ante la humanidad con la identidad y el estatus del Hijo del Hombre, y esto les proporcionó a las personas la oportunidad de encontrar y experimentar las palabras y la obra prácticas de Dios en medio de la humanidad. También les permitió tener una percepción de Su divinidad y de Su grandeza en medio de la humildad, así como obtener un entendimiento y una definición preliminares de la autenticidad y la realidad de Dios. Aunque la obra realizada por el Señor Jesús, Sus formas de obrar, y la perspectiva desde la que habló diferían de la persona real de Dios en la esfera espiritual, todo lo relativo a Él representaba realmente al Dios mismo que los humanos nunca habían visto antes; ¡esto es innegable! Es decir, no importa en qué forma aparezca Dios ni desde qué perspectiva hable, o en qué imagen se presente ante la humanidad, Dios no representa nada que no sea Él mismo. No puede representar a ningún ser humano; no puede representar a ningún humano corrupto. Dios es Dios mismo, y esto no se puede negar.

de ‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III’ en “La Palabra manifestada en carne”

Aunque el aspecto del Dios encarnado sea exactamente igual al de un ser humano, Él aprende el conocimiento humano, habla el lenguaje humano y, en ocasiones, hasta expresa Sus ideas a través de los medios o las expresiones del hombre, Su modo de ver a los seres humanos y la esencia de las cosas es absolutamente distinto a como las personas corruptas ven estas mismas cosas. Su perspectiva y la altura en la que se halla es algo inalcanzable para una persona corrupta. Esto se debe a que Dios es la verdad, Su carne también posee la esencia de Dios, y Sus pensamientos así como lo que expresa Su humanidad también son la verdad. Para las personas corruptas, lo que Él expresa en la carne son provisiones de la verdad y de la vida, y no sólo es para una persona, sino para toda la humanidad. En el caso de cualquier persona corrupta, en su corazón solamente se hallan las pocas personas relacionadas con ella. Sólo hay aquel grupo de personas que ella aprecia y por las que se preocupa. Cuando el desastre está en el horizonte piensa primero en sus propios hijos, su cónyuge, o sus padres, y una persona más filantrópica pensaría como mucho en algún familiar o en un buen amigo; ¿piensa en alguien más? ¡Nunca! Porque los seres humanos son, después de todo, humanos, y sólo pueden ver algo desde la perspectiva y la altura de una persona. Sin embargo, Dios encarnado es totalmente diferente de una persona corrupta. Independientemente de lo corriente, normal y humilde que sea la carne del Dios encarnado, o de la cantidad de desprecio con que lo mire la gente, Sus pensamientos y Su actitud hacia la humanidad son cosas que ningún hombre podría poseer ni imitar. Él siempre observará a la humanidad desde la perspectiva de la divinidad, desde la altura de Su posición como Creador. Siempre la contemplará a través de la esencia y de la mentalidad de Dios. No puede verla en absoluto desde la altura de una persona normal ni desde la perspectiva de una corrupta. Cuando las personas miran a la humanidad, lo hacen con una visión humana, y usan cosas como el conocimiento, las normas y las teorías humanos como punto de referencia. Esto se halla dentro del ámbito de lo que las personas pueden ver con sus ojos, de lo que unos seres corruptos pueden lograr. Cuando Dios mira a la humanidad, lo hace con visión divina; usa como medida Su esencia y lo que Él tiene y es. Este ámbito incluye cosas que las personas no pueden ver, y en esto es en lo que Dios encarnado y los humanos corruptos son totalmente diferentes. Esta divergencia viene determinada por la esencia de los seres humanos que es distinta a la de Dios y que determina las identidades y las posiciones, así como la perspectiva y la altura desde la que ven las cosas.

de ‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III’ en “La Palabra manifestada en carne”

El Dios encarnado se llama Cristo y Cristo es la carne que se viste con el Espíritu de Dios. Esta carne es diferente a cualquier hombre que es de la carne. La diferencia es porque Cristo no es de carne y hueso, sino que es la personificación del Espíritu. Tiene tanto una humanidad normal como una divinidad completa. Su divinidad no la posee ningún hombre. Su humanidad normal sustenta todas Sus actividades normales en la carne mientras que Su divinidad lleva a cabo la obra de Dios mismo. Sea Su humanidad o Su divinidad, ambas se someten a la voluntad del Padre celestial. La esencia de Cristo es el Espíritu, es decir, la divinidad. Por lo tanto, Su esencia es la de Dios mismo; esta esencia no interrumpirá Su propia obra y Él no podría hacer nada que destruyera Su propia obra ni tampoco pronunciaría ninguna palabra que fuera en contra de Su propia voluntad. Por lo tanto, el Dios encarnado nunca haría alguna obra que interrumpiera Su propia gestión. Esto es lo que todos los hombres deben entender. La esencia de la obra del Espíritu Santo es salvar al hombre y es por el bien de la propia gestión de Dios. De manera similar, la obra de Cristo es salvar a los hombres, y lo es por causa de la voluntad de Dios. Dado que Dios se hace carne, Él realiza Su esencia dentro de Su carne de tal manera que Su carne es suficiente para emprender Su obra. Por lo tanto, toda la obra del Espíritu de Dios la reemplaza la obra de Cristo durante el tiempo de la encarnación, y en el corazón de toda la obra a través del tiempo de la encarnación está la obra de Cristo. No se puede mezclar con la obra de ninguna otra era. Y ya que Dios se hace carne, obra en la identidad de Su carne; ya que viene en la carne, entonces termina en la carne la obra que debía hacer. Ya sea el Espíritu de Dios o Cristo, ambos son Dios mismo y Él hace la obra que debe hacer y desempeña el ministerio que debe desempeñar.

La esencia de Dios en sí misma ejerce autoridad, pero es capaz de someterse por completo a la autoridad que proviene de Él. Sea la obra del Espíritu o la obra de la carne, ninguna entra en conflicto con la otra. El Espíritu de Dios es la autoridad sobre toda la creación. La carne, con la esencia de Dios, también posee autoridad, pero Dios en la carne puede hacer toda la obra que obedece la voluntad del Padre celestial. Esto no lo puede alcanzar o concebir ningún hombre. Dios mismo es la autoridad, pero Su carne puede someterse a Su autoridad. Este es el significado interno de las palabras: “Cristo obedece la voluntad de Dios Padre”. Dios es un Espíritu y puede hacer la obra de salvación, de la misma manera que lo puede hacer Dios hecho hombre. De cualquier manera, Dios mismo hace Su propia obra; Él no interrumpe ni interfiere, y, mucho menos, lleva a cabo una obra que sea mutuamente contradictoria, porque la esencia de la obra que hace el Espíritu y la carne son iguales. Sea el Espíritu o la carne, ambos obran para cumplir una voluntad y para gestionar la misma obra. Aunque el Espíritu y la carne tienen dos cualidades dispares, sus esencias son las mismas; ambas tienen la esencia de Dios mismo y la identidad de Dios mismo. Dios mismo no tiene elementos de desobediencia; Su esencia es buena. Él es la expresión de toda la belleza y bondad, así como de todo el amor. Incluso en la carne, Dios no hace nada que desobedezca a Dios Padre. Incluso a costa de sacrificar Su vida, estaría dispuesto de todo corazón y no elegiría de otra manera. Dios no tiene elementos de santurronería ni prepotencia, arrogancia o altivez; no tiene elementos de ruindad. Todo lo que desobedece a Dios proviene de Satanás; Satanás es el origen de toda maldad y fealdad. La razón por la que el hombre tiene cualidades parecidas a las de Satanás es porque Satanás ha corrompido al hombre y ha obrado en él. Satanás no ha corrompido a Cristo; por lo tanto, Él sólo tiene las características de Dios y ninguna de las de Satanás. No importa qué tan ardua sea la obra o débil la carne, Dios, mientras vive en la carne, nunca hará nada que interrumpa la obra de Dios mismo, y, mucho menos, abandonará la voluntad de Dios Padre en desobediencia. Preferiría sufrir dolores en la carne que ir contra la voluntad de Dios Padre; así como Jesús lo dijo en la oración, “Padre mío, si es posible, que pase de Mí esta copa; pero no sea como Yo quiero, sino como Tú quieras”. El hombre escogerá, pero Cristo no. Aunque tiene la identidad de Dios mismo, aún así busca la voluntad de Dios Padre y cumple lo que Dios Padre le confió, desde la perspectiva de la carne. Esto es algo inalcanzable para el hombre. Lo que proviene de Satanás no puede tener la esencia de Dios, sólo algo que desobedece y se resiste a Dios. No puede obedecer por completo a Dios, mucho menos obedecer de buen grado la voluntad de Dios. Todos los hombres excepto Cristo pueden hacer lo que resiste a Dios y ninguno puede emprender directamente la obra que Dios le confió; ninguno es capaz de ver la gestión de Dios como su propio deber que desempeñar. Someterse a la voluntad de Dios Padre es la esencia de Cristo; la desobediencia contra Dios es la característica de Satanás. Estas dos cualidades son incompatibles y cualquiera que tenga las cualidades de Satanás no se puede llamar Cristo. La razón de que el hombre no pueda hacer la obra de Dios en Su lugar es porque el hombre no tiene nada de la esencia de Dios. El hombre obra para Dios por el bien de sus intereses personales y de sus perspectivas futuras, pero Cristo obra para llevar a cabo la voluntad de Dios Padre.

de ‘La esencia de Cristo es la obediencia a la voluntad del Padre celestial’ en “La Palabra manifestada en carne”

La humanidad de Cristo está gobernada por Su divinidad. Aunque Él está en la carne, Su humanidad no es del todo parecida a la de un hombre de la carne. Él tiene Su propio carácter único y a este también lo gobierna Su divinidad. Su divinidad no tiene debilidades; la debilidad de Cristo se refiere a la de Su humanidad. Hasta cierto punto, esta debilidad constriñe Su divinidad, pero esos límites están dentro de un cierto radio de acción y tiempo y no son ilimitados. Cuando llega el tiempo de ejecutar la obra de Su divinidad, se hace independientemente de Su humanidad. La humanidad de Cristo la dirige por completo Su divinidad. Además de la vida normal de Su humanidad, Su divinidad influye en todas las demás acciones de Su humanidad, las afecta y las dirige. Aunque Cristo tiene una humanidad, no interrumpe la obra de Su divinidad. Esto es precisamente porque la humanidad de Cristo la dirige Su divinidad; aunque Su humanidad no es madura en Su conducta ante los demás, no afecta la obra normal de Su divinidad. Cuando digo que Su humanidad no se ha corrompido quiero decir que la humanidad de Cristo la puede dirigir directamente Su divinidad, y que Él posee un sentido más elevado que el del hombre común. Su humanidad es la más adecuada para ser dirigida por la divinidad en Su obra; Su humanidad es la más capaz de expresar la obra de la divinidad, así como también es la más capaz de someterse a tal obra. Mientras Dios obra en la carne, nunca pierde de vista el deber que un hombre en la carne debe cumplir; Él es capaz de adorar a Dios en el cielo con un corazón sincero. Tiene la esencia de Dios y Su identidad es la de Dios mismo. Es sólo que ha venido a la tierra y se ha vuelto un ser creado, con el caparazón exterior de un ser creado y que ahora posee una humanidad que no tenía antes; es capaz de adorar a Dios en el cielo. Este es el ser de Dios mismo y que el hombre no puede imitar. Su identidad es Dios mismo. Es desde la perspectiva de la carne que Él adora a Dios; por lo tanto, las palabras “Cristo adora a Dios en el cielo”, no están equivocadas. Lo que Él pide del hombre es precisamente Su propio ser; ya ha logrado todo lo que pide del hombre antes de que se lo demande. Nunca haría demandas a otros mientras Él mismo se desentiende de ellas, porque todo esto constituye Su ser. Independientemente de cómo lleve a cabo Su obra, no actuaría de una manera en la que desobedeciera a Dios. No importa qué pida Él del hombre, ninguna demanda excede lo que el hombre puede lograr. Todo lo que Él hace es hacer la voluntad de Dios y es en aras de Su gestión. La divinidad de Cristo está por encima de todos los hombres; por lo tanto, Él es la autoridad suprema de todos los seres creados. Esta autoridad es Su divinidad, es decir, el carácter y el ser de Dios mismo, que determina Su identidad. Por lo tanto, no importa qué tan normal sea Su humanidad, es innegable que tiene la identidad de Dios mismo; no importa desde qué punto de vista hable y la manera en la que Él obedezca la voluntad de Dios, no puede decirse que no sea Dios mismo.

de ‘La esencia de Cristo es la obediencia a la voluntad del Padre celestial’ en “La Palabra manifestada en carne”

La declaración de Dios continúa, y Él emplea varios métodos y perspectivas para advertirnos qué hacer y expresar la voz de Su corazón. Sus palabras llevan la energía de la vida y nos muestran el camino que debemos caminar y nos permiten entender cuál es la verdad. Empezamos a ser atraídos a Sus palabras, comenzamos a enfocarnos en el tono y la manera en la que habla, y subconscientemente comenzamos a tener un interés en la voz del corazón de esta persona que no tiene nada de especial. Hace esfuerzos meticulosos por nosotros, pierde el sueño y el apetito por nosotros, llora por nosotros, suspira por nosotros, se queja en la enfermedad por nosotros, sufre humillación por el bien de nuestro destino y salvación, y Su corazón sangra y derrama lágrimas por nuestra insensibilidad y rebeldía. Tal ser y tales posesiones están más allá de una persona ordinaria; ninguno de los corruptos las puede poseer o conseguir. Tiene una tolerancia y paciencia que ninguna persona ordinaria posee, y Su amor no lo posee ningún ser creado. Nadie excepto Él puede saber todos nuestros pensamientos, o tener tal conocimiento de nuestra naturaleza y esencia, o juzgar la rebeldía y corrupción de la humanidad, o hablarnos y obrar entre nosotros como lo puede este en nombre del Dios del cielo. Nadie excepto Él posee la autoridad, la sabiduría y la dignidad de Dios; el carácter de Dios, y lo que Él tiene y es, emana en su totalidad de Él. Nadie excepto Él nos puede mostrar el camino y traernos la luz. Nadie excepto Él puede revelar los misterios que Dios no ha revelado desde la creación hasta el día de hoy. Nadie excepto Él nos puede salvar de la esclavitud de Satanás y de nuestro carácter corrupto. Él representa a Dios y expresa la voz del corazón de Dios, las exhortaciones de Dios y las palabras de juicio de Dios hacia toda la humanidad. Él ha comenzado una nueva época, una nueva era, y ha traído un nuevo cielo y una nueva tierra, una nueva obra, y nos ha traído esperanza, y ha puesto fin a la vida que llevábamos en la imprecisión, y nos permitió contemplar plenamente el camino de salvación. Él ha conquistado todo nuestro ser y ha ganado nuestros corazones. De ese momento en adelante nuestras mentes se hacen conscientes y nuestros espíritus parecen ser revividos: esta persona ordinaria e insignificante, que vive entre nosotros y que nosotros hemos rechazado desde hace ya mucho tiempo, ¿no es el Señor Jesús, quien siempre está en nuestros pensamientos, y a quien anhelamos noche y día? ¡Es Él! ¡Realmente es Él! ¡Él es nuestro Dios! ¡Él es la verdad, el camino y la vida!

de ‘Contemplando la aparición de Dios en Su juicio y Su castigo’ en “La Palabra manifestada en carne”

La carne vestida por el Espíritu de Dios es la propia carne de Dios. El Espíritu de Dios es supremo; Él es todopoderoso, santo y justo. Así, de igual forma, Su carne también es suprema, todopoderosa, santa y justa. Carne como esa sólo es capaz de hacer lo que es justo y beneficioso para la humanidad, lo que es santo, glorioso y poderoso, y es incapaz de hacer cualquier cosa que viole la verdad o la moralidad y la justicia, mucho menos cualquier cosa que traicione al Espíritu de Dios. El Espíritu de Dios es santo y, por lo tanto, Su carne no es susceptible de corrupción por Satanás; Su carne es de una esencia diferente que la carne del hombre. Porque es el hombre, no Dios, el que es corrompido por Satanás; Satanás no podría corromper la carne de Dios. Por lo tanto, a pesar del hecho de que el hombre y Cristo moran dentro del mismo espacio, es sólo el hombre quien es ocupado, usado y entrampado por Satanás. En cambio, Cristo es eternamente inmune a la corrupción de Satanás porque Satanás nunca será capaz de ascender al lugar del altísimo y nunca será capaz de acercarse a Dios.

de ‘Un problema muy serio: la traición (2)’ en “La Palabra manifestada en carne”

Dios puede salvar hombres corruptos de la influencia de Satanás, pero esta obra no la puede conseguir directamente el Espíritu de Dios; más bien, sólo la puede hacer la carne que el Espíritu de Dios se pone, la carne encarnada de Dios. Esta carne es hombre y también es Dios, es un hombre que posee una humanidad normal y también es Dios que posee una divinidad completa. Y entonces, aunque esta carne no es el Espíritu de Dios, y difiere grandemente del Espíritu, todavía es el mismo Dios encarnado que salva a los hombres, que es el Espíritu y también la carne. No importa cómo se le llame, al final de cuentas es todavía Dios mismo que salva a la humanidad. Porque el Espíritu de Dios es indivisible de la carne y la obra de la carne también es la obra del Espíritu de Dios; es sólo que esta obra no se hace usando la identidad del Espíritu sino que se hace usando la identidad de la carne.

de ‘La humanidad corrupta necesita más que nadie la salvación del Dios encarnado’ en “La Palabra manifestada en carne”

El Dios mismo práctico del que se habla hoy obra tanto en humanidad como en divinidad. Mediante Su aparición se logran Su obra y Su vida humanas normales, así como Su obra completamente divina. Su humanidad y Su divinidad se combinan en una sola, y la obra de ambas[a] se logra por medio de las palabras; tanto en humanidad como en divinidad, Él hace declaraciones. Cuando Dios obra en humanidad, habla el lenguaje de la humanidad, de forma que las personas puedan tener contacto y entender. Habla Sus palabras claramente, y estas son fáciles de entender, de forma que pueden proveerse a todas las personas; independientemente de si estas personas poseen conocimiento o tienen una educación deficiente, todas pueden recibir las palabras de Dios. La obra de Dios en divinidad también se lleva a cabo por medio de palabras, pero está llena de provisión, de vida, no está manchada por las ideas humanas, no implica preferencias humanas, no tiene límites humanos, está fuera de los límites de cualquier humanidad normal; también se lleva a cabo en la carne, pero es la expresión directa del Espíritu. Si las personas sólo aceptan la obra de Dios en humanidad, se confinarán dentro de cierto ámbito, y necesitarán un tratamiento, una poda y una disciplina perennes a fin de que se produzca un mínimo cambio en ellas. Sin la obra o la presencia del Espíritu Santo, sin embargo, siempre recurrirán a sus viejos caminos; sólo a través de la obra de la divinidad pueden rectificarse estos males y deficiencias. Sólo entonces pueden las personas ser completadas. En lugar de un tratamiento y una poda sostenidos, lo que se requiere es una provisión positiva, usando palabras para compensar todas las faltas, para revelar cada estado de las personas, para dirigir sus vidas, todos sus dichos, todos sus actos, y dejar al descubierto sus propósitos y motivaciones; esta es la obra práctica del Dios práctico. Y así, en tu actitud hacia Él, deberías someterte a Su humanidad, admitiéndolo y reconociéndolo y, además, aceptar y obedecer la obra y las palabras divinas. La aparición de Dios en la carne significa que toda la obra y las palabras del Espíritu de Dios se llevan a cabo a través de Su humanidad normal, y de Su carne encarnada. En otras palabras, el Espíritu de Dios dirige Su obra humana y lleva a cabo la obra de la divinidad en la carne, y en Dios encarnado puedes ver Su obra en humanidad y Su obra completamente divina; este es el sentido aún más práctico de la aparición de Dios en la carne. Si puedes ver esto claramente, serás capaz de conectar todas las diferentes partes de Dios, y dejarás de dar demasiada importancia a Su obra en la divinidad, y de despreciar demasiado Su obra en humanidad; no te irás a los extremos, ni tomarás ningún desvío. En general, el sentido del Dios práctico es que la obra de Su humanidad y Su divinidad, dirigida por el Espíritu, se expresa por medio de Su carne, de forma que las personas puedan ver que Él es vívido y natural, verdadero y real.

de ‘Deberías saber que el Dios práctico es Dios mismo’ en “La Palabra manifestada en carne

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

Música cristiana de adoración | Dios ha predestinado cuántas sendas ha de seguir el hombre (MV)

Música cristiana de adoración | Dios ha predestinado cuántas sendas ha de seguir el hombre (MV)

La senda por la que Dios nos guía no va hacia arriba,

es un camino sinuoso lleno de baches.

Cuanto más rocosa la senda, nos dice Dios, más revela el amor en nuestros corazones.

Pero ninguno de nosotros puede abrir esta clase de senda,

pero ninguno de nosotros puede abrir esta clase de senda.

En Mi experiencia, he caminado muchas sendas traicioneras y rocosas.

He soportado gran sufrimiento, a veces estuve tan atribulado.

Pero creo que por esta senda nos guía Dios,

así que soporto el dolor, para seguir adelante.

Dios lo ha decretado, por eso nadie puede escaparlo.

No le pido bendiciones,

sólo pido ser capaz de caminar la senda que debo caminar de acuerdo a la voluntad de Dios.

No quiero ser como otros, ni transitar su mismo camino.

Yo elijo la senda de Mi propia devoción, para caminarla hasta el final.

Lo que cada individuo deba sufrir, la distancia a la que deba ir, está decretado por Dios

y nadie puede ayudar a otros.

Lo que cada individuo deba sufrir, la distancia a la que deba ir, está decretado por Dios

y nadie puede ayudar a otros.

Está decretado por Dios y nadie puede ayudar a otros.

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

Recomendación: Música cristiana de alabanza y adoración 2020|Sólo el Creador tiene compasión por esta humanidad(MV)

El reino de los cielos está, en realidad, sobre la tierra

Por Chen Bo, China

El más grande anhelo que tenemos los creyentes es poder entrar en el reino de los cielos y disfrutar la dicha eterna que el Señor le otorga al hombre. Cada vez que oía a un pastor decir en un sermón que el lugar que el Señor preparará para nosotros en el futuro se encuentra arriba, en los cielos, que habrá campos de oro y paredes de jade, que por todas partes brillarán las piedras preciosas, que podremos comer del fruto del árbol de la vida y beber el agua del río de la vida, que no habrá más dolor, lágrimas o sufrimiento y que todos serán libres y liberados, sentía una increíble oleada de emoción y alegría. Es un lugar que he anhelado durante mucho tiempo y mi vida en la tierra de trabajo duro y sufrimiento me dejó el corazón verdaderamente agotado. Así pues, fui predicando el evangelio y esforzándome con gran entusiasmo por el Señor; difundía el evangelio y fundaba iglesias y nunca me detenía para tomar aire sin importar lo dolorosas o difíciles que fueran las cosas. Especialmente desde que me enteré de que estamos en los últimos días y que el Señor regresaría pronto para llevarnos a todos a nuestro hogar celestial, trabajé y me esforcé de una manera mucho más proactiva.

Un día, fui a la casa de mi hermana a visitar a nuestra madre y, justo cuando estaba a punto de marcharme, mi hermana me dio un libro y me instó a que lo leyera cuidadosamente. Pensé: “Este libro que me dio mi hermana debe ser algo espiritual y resulta que mi espíritu se siente en este momento muy reseco. No siento la presencia del Señor. Cuando leo la Biblia, no obtengo ningún tipo de iluminación. Cuando regrese tengo que darle una buena leída a este libro. Quizás obtenga algún sustento de él”. Después de regresar a casa, abrí el libro y comencé a leer; antes de que pudiera darme cuenta, la lectura ya me había atrapado. Cuanto más lo leía, más quería leer y más sentía que había luz en esas palabras, que contenían el esclarecimiento del Espíritu Santo y que no había forma de que pudiera pronunciarlas una persona común y corriente. Después de leer ese libro llegué a comprender verdades que no había entendido antes a partir de la lectura de la Biblia y tuve una sensación de claridad y gozo internos. Eso me hizo desear orar y acercarme más al Señor; mi fe creció y mi estado espiritual mejoró cada vez más. Pensé: “Solo la obra del Espíritu Santo puede brindarle al hombre fe y fortaleza y darle alimento y sustento para su espíritu. Las palabras contenidas en este libro ciertamente vienen del Espíritu Santo”. Como resultado, lo primero que hice cada mañana después de despertar fue leer este libro.

Un día, lo abrí y leí el siguiente pasaje: “Que Dios entre en el reposo quiere decir que ya no llevará a cabo Su obra de salvación de la humanidad. Que la humanidad entre en el reposo quiere decir que toda la humanidad va a vivir dentro de la luz de Dios y bajo Sus bendiciones; no habrá nada de la corrupción de Satanás ni tampoco ocurrirán cosas injustas. La humanidad vivirá normalmente sobre la tierra y vivirá bajo el cuidado de Dios” (‘Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo’ en “La Palabra manifestada en carne”). Sentí un vuelco en el corazón cuando leí esto y pensé: “¿Acaso en el futuro el hombre vivirá sobre la tierra? ¿No prometió el Señor Jesús que en el futuro viviríamos en el cielo? ¿Por qué dice aquí que estaremos en la tierra? ¿Cómo podría ser esto posible? ¿Acaso estoy malinterpretando esto?”. Así pues, volví a leer cuidadosamente el pasaje. En verdad decía que en el futuro el hombre viviría sobre la tierra. Me pregunté qué significaba eso realmente. Esto no sería suficiente: yo sabía que tenía que comprender lo que esto significaba realmente. Seguí leyendo: “Dios tiene el destino de Dios y el hombre tiene el destino del hombre. Mientras reposa, Dios seguirá guiando a toda la humanidad en sus vidas sobre la tierra. Mientras está en la luz de Dios, el hombre adorará al único Dios verdadero que está en el cielo. […] Cuando la humanidad entre en el reposo, esto querrá decir que el hombre se ha convertido en una verdadera creación; la humanidad adorará a Dios desde la tierra y tendrá vidas humanas normales. La gente ya no será desobediente a Dios o resistirá a Dios; regresará a la vida original de Adán y Eva” (‘Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo’ en “La Palabra manifestada en carne”). Cuanto más leía, más confundida me sentía: ¿Acaso el hombre adorará a Dios desde la tierra? ¿Cómo ocurrirá esto? ¿Acaso la Biblia no menciona estar en el cielo? ¿Cómo podría ser estar en la tierra? Me apresuré a consultar mi Biblia y la abrí en Juan 14:2-3 y leí estas palabras del Señor Jesús: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para vosotros. Y si me voy y preparo un lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo estoy, allí estéis también vosotros”. El Señor Jesús claramente dice que Su resurrección y ascensión al cielo tuvo como objetivo preparar un lugar para nosotros, así que nuestro destino debía estar arriba en el cielo. ¡Esta es la promesa del Señor! Pensé: “Lo que este libro dice es diferente a lo que el Señor dice, así que no puedo seguir leyéndolo”. Tras cerrar el libro me encontré en un estado de gran confusión mental y no supe qué era lo correcto hacer, así que oré al Señor una y otra vez: “¡Oh, Señor! Por favor, guíame y dirígeme. ¿Debo leer este libro o no? ¡Oh, Señor! Por favor, esclaréceme y guíame”. […] Después de orar, pensé cómo, tras leer este libro, sentí que mi relación con el Señor era más cercana, me sentí más entusiasmada en lo relacionado con mi fe y que mi espíritu había obtenido sustento. Sentí que, si lo hacía a un lado y dejaba de leerlo, regresaría a sentirme espiritualmente reseca. Ya que ese libro había sido increíblemente edificante para mí y como yo podía confirmar que había venido del Espíritu Santo y que nada proveniente de Él podía estar equivocado, sabía que no debía rechazarlo ni rehusarme a leerlo, aunque parte de su contenido no estuviera alineado con mis nociones. Después de reflexionar sobre todo esto, decidí que debía seguir leyendo antes de tomar una decisión.

Así pues, tomé nuevamente el libro y seguí leyendo: “El lugar de reposo del hombre está en la tierra y el lugar de reposo de Dios está en el cielo. Mientras el hombre adora a Dios en reposo vivirá sobre la tierra, y mientras Dios guía a la porción restante de la humanidad que está en reposo, los guiará desde el cielo, no desde la tierra” (‘Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo’ en “La Palabra manifestada en carne”). Le di vueltas a esto en mi cabeza una y otra vez y pensé: “Este pasaje dice que el lugar de descanso de Dios está en el cielo y que, cuando el hombre descanse, adorará a Dios sobre la tierra. ¿Podría ser que el lugar de descanso del hombre realmente esté en la tierra, tal y como dice aquí? ¡Eso es imposible! El Señor Jesús ya dijo que debemos estar dondequiera que el Señor esté, y ya que el Señor Jesús resucitó y ascendió al cielo, ¡del mismo modo, seguramente nosotros también ascenderemos al cielo!”. Recordé cómo en los últimos años había estado recorriendo las calles para el Señor, cómo había soportado tanto sufrimiento. ¿Acaso todo ese sufrimiento no había sido para que yo pudiera subir al cielo y ya no experimentar el dolor del mundo? Si es como este libro dice, que en el futuro el hombre seguirá viviendo en la tierra, entonces ¿acaso no se vendrían abajo mis esperanzas? Me senté sobre la cama, incapaz de moverme, sintiéndome débil de pies a cabeza. Cuanto más pensaba en ello, más inquieta me sentía. Quise obtener algo de claridad sobre esto, así que corrí a casa de mi hermana.

Cuando llegué, vi a una mujer de mediana edad a quien mi hermana me presentó como la hermana Li. Poco después, les revelé lo que pensé tras haber leído este libro. Luego de escucharme, la hermana Li compartió esta enseñanza conmigo: “Hermana, todos los que creemos en el Señor, creemos que el Señor Jesús ha prometido prepararnos un lugar; que dondequiera que Él esté, nosotros estaremos también. Pensamos que, ya que el Señor regresó a los cielos, cuando Él regrese en el futuro, ciertamente nos recibirá en el cielo, donde viviremos junto a Él. Sin embargo, ¿alguna vez hemos pensado si este tipo de imaginación, este tipo de extrapolación es sostenible? Si fuera como lo imaginamos —que el Señor vendrá y nos llevará a vivir al cielo— entonces ¿no serían en vano las palabras del padrenuestro ‘Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo’ (Mateo 6:10) y la profecía que se encuentra en el Libro del Apocalipsis ‘He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y Él habitará entre ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos’ (Apocalipsis 21:3)? ¿Cómo podrían cumplirse? Si el destino final que Dios nos dará es el cielo, entonces, cuando Dios creó originalmente al hombre ¿qué significó que Él nos hiciera vivir en la tierra?” Yo no estaba ni remotamente convencida, y respondí: “Aunque esto es lo que se dijo en las Escrituras, el Señor mismo dijo: ‘Porque voy a preparar un lugar para vosotros. Y si me voy y preparo un lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo estoy, allí estéis también vosotros’ (Juan 14:2-3). Después de que el Señor Jesús resucitó, ascendió al cielo, y aquí el Señor dice que irá a preparar un lugar para nosotros. Dice que donde Él esté, también nosotros podemos estar. Así pues, esto prueba que Dios nos prometió que ascenderemos al cielo para obtener la vida eterna y no que obtendremos la vida eterna sobre la tierra. ¡Esto es algo que nadie puede negar!” La hermana Li continuó pacientemente: “Hermana, es cierto que el Señor está preparando un lugar para aquellos que creen en Él, pero ¿este lugar está realmente en la tierra o arriba en el cielo? Eso no se menciona en estas palabras del Señor, así pues ¿en qué nos basamos cuando decimos que el lugar que Él está preparando para nosotros está en el cielo? ¿Es esta realmente la promesa del Señor o son nuestras nociones e imaginaciones? Para aquellos que creemos en el Señor, todas las cosas deben basarse en Su palabra; no debemos adulterar las palabras del Señor con nuestras propias nociones e imaginaciones y luego afirmar que eso es lo que Él quería decir. ¿No es esto explicar la palabra del Señor a través de nuestras ideas y motivos personales? ¿No es esto distorsionar la palabra del Señor? No podemos basarnos en lo que imaginamos en nuestra mente o en nuestros pensamientos y preferencias para explicar la palabra del Señor. Esto es un error. En Génesis 2:7-8, dice: “Y Jehová Dios formó al hombre a partir del polvo de la tierra e insufló en sus fosas nasales el aliento de vida, y el hombre se convirtió en un alma viva. Y Jehová Dios plantó un jardín en el Edén, al oriente, y puso ahí al hombre, a quien había formado”.* Queda claro que, en el principio, Dios creó al hombre en la tierra y, antes de que Dios creara al hombre, Él primero creó todas las cosas para preparar un ambiente apropiado para nuestra supervivencia. Podemos ver que la voluntad de Dios es que vivamos sobre la tierra. Además, en el padrenuestro, el Señor nos dice que oremos a Dios para que Su reino venga a la tierra. Está profetizado en el Libro del Apocalipsis: ‘El reino del mundo ha venido a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo’ (Apocalipsis 11:15) y ‘El tabernáculo de Dios está entre los hombres, y Él habitará entre ellos’ (Apocalipsis 21:3). Podemos ver a partir de estos versículos y profecías que el lugar que Dios está preparando para nosotros está en la tierra y que nuestro destino futuro está en la tierra y no arriba en el cielo”. La enseñanza de la hermana Li era totalmente contraria a mis nociones. Simplemente no escuché lo que dijo. Me puse de pie y le expresé, muy enojada: “¡Ya he escuchado suficiente! ¡Durante todos estos años he estado recorriendo las calles, me he esforzado y he sufrido por el Señor para poder subir al cielo! Siempre he anhelado que el Señor me lleve a casa, en el cielo, para ya no sufrir en la tierra, pero tú estás diciendo que nuestro destino final está en la tierra. Esto es simplemente inaceptable para mí”. Después de decir esto, me di la vuelta para marcharme. Mi hermana menor corrió para tratar de hacerme entrar en razón: “Oye, ¿cómo puedes ser tan testaruda? ¿Está bien esta noción a la que te estás aferrando? No conoces el verdadero significado de que el Señor dijera ‘voy y preparo un lugar para vosotros’, sino que simplemente estás siguiendo tu propio parecer. ¿No es eso ser estúpido? ¡Esta no es la clase de actitud que los buscadores de la verdad deben tener! El Señor Jesús, a quien hemos estado anhelando, ya ha regresado: ¡Dios Todopoderoso es el Señor Jesús que ha regresado! ¡Ese libro que te di a leer contiene las declaraciones y palabras personales de Dios! El Señor, cuyo regreso hemos esperado todos los días para que pueda venir a recibirnos, ya ha regresado. Debemos escuchar atentamente. ¡Definitivamente, no podemos perdernos esta oportunidad única en la vida!”

Quedé impactada al oír a mi hermana decir todo esto. Simplemente no me atrevía a creer lo que oía: ¿el Señor ha regresado? ¿Es esto cierto? Luego, mi hermana dijo: “¿Acaso no dijiste antes que las palabras contenidas en este libro vienen del Espíritu Santo? Dijiste que leerlo te había traído un gran sustento, que obtuviste la obra del Espíritu Santo y que tu relación con el Señor fue más cercana. Ahora, piensa en esto: además de las propias palabras del Señor, ¿quién más puede hablar de una forma que logre este tipo de efecto? El Señor ha regresado ahora a llevar a cabo Su obra y a expresar nuevas palabras y podemos saborear la dulzura de las palabras de Dios. Si no buscamos y examinamos esto, si simplemente nos aferramos ciegamente a nuestras propias nociones e imaginaciones y al significado literal de la Biblia, con el tiempo eso nos arruinará. En su época, los fariseos, que eran bien versados en la Biblia, se aferraron ciegamente a la letra de esta, pero no trataron en absoluto de cuestionar si su propio entendimiento de la Biblia era correcto o si se ajustaba a la voluntad de Dios. En cambio, simplemente creyeron que cualquiera que no fuera llamado el Mesías no era el Salvador que habría de venir. Ellos simplemente no examinaron si el camino del Señor Jesús brindaba sustento a la vida del hombre o si podía proporcionar una senda de práctica. Simplemente se apegaron neciamente a sus nociones e imaginaciones y rechazaron ciegamente la salvación del Señor Jesús, y, finalmente, cometieron el atroz pecado de crucificar al Señor. ¡No podemos seguir los pasos de los fariseos y descender por su camino de resistencia a Dios!” Después de escuchar las palabras de mi hermana pensé que lo que ella decía era razonable. Solo las palabras del Señor son la solución a un espíritu reseco. Recordé cómo, desde que comencé a leer este libro, mi estado espiritual verdaderamente había mejorado cada vez más. Me dio fe en Dios y pude sentir la presencia del Señor. Incluso llegué a comprender algunas verdades. ¿Podría ser que las palabras de este libro verdaderamente fueran las declaraciones del Señor que ha regresado? El regreso del Señor es algo extraordinario. Yo sabía que no podía rechazar y juzgar esto ciegamente, sino que tenía que hacer un esfuerzo por estudiarlo y buscarlo. ¡No podía ser como aquellos fariseos que no buscaban la verdad sino que solo se aferraban a sus nociones y se resistían a Dios! En aquel momento me sentí tanto gratamente sorprendida como atemorizada. Gratamente sorprendida, porque creía en el Señor y anhelaba que regresara y me aceptara en el reino de los cielos donde pudiera vivir una vida libre de preocupaciones, donde ya no tuviera que vivir una vida de dificultades en la tierra, y ese día escuché la noticia del regreso del Señor. Fue algo verdaderamente gozoso y monumental. Tenía miedo porque si Dios Todopoderoso es el Señor que ha regresado, entonces mi sueño de esperar que el Señor me llevara al reino de los cielos se haría pedazos. […] Mi corazón estaba totalmente confundido: estaba plagado de distintas emociones. En esta impotencia, todo lo que pude hacer fue recurrir al Señor en oración: “¡Oh, Señor! Cada día he esperado que vengas para llevarme a Tu hogar celestial, pero ellos dicen que el lugar que Tú has preparado como mi destino final está aquí en la tierra. Yo verdaderamente soy incapaz de enfrentar este hecho. Realmente no quiero seguir viviendo una vida tan dura en la tierra. ¡Oh, Señor! En este momento mi corazón está sufriendo mucho; por favor, ayúdame y guíame de aquí en adelante”. Después de orar, vinieron a mi mente estas palabras del Señor Jesús: “Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:3). ¡Es cierto! Al Señor le agradan aquellos que son pobres de espíritu, que buscan la verdad y solo ellos pueden entrar en el reino de los cielos. Yo debo ser pobre de espíritu: solo escuchar cuidadosamente su enseñanza está alineado con la voluntad del Señor.

Justo en ese momento, la hermana Li expresó: “El Señor dijo: ‘Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios’ (Mateo 5:8). Debemos escuchar la palabra del Señor; debemos ser puros de corazón para acoger el regreso del Señor. Aunque la obra que Dios lleva a cabo hoy no se ajuste a nuestras nociones o imaginaciones, todo lo que Dios hace es bueno; todo es por el bien de la humanidad y todo contiene la voluntad de Dios; en ella hay verdad que debemos buscar. Si no tenemos un entendimiento profundo, primero debemos hacernos a un lado y esforzarnos por buscar la verdad de modo que podamos recibir el esclarecimiento de Dios y comprender Su voluntad. Hermana, por favor, abre tu corazón y comparte cualquier cosa que todavía no tengas clara y podemos buscarlo juntas en comunión”. Sentí que lo que la hermana Li dijo tenía sentido y que debía calmarme y buscar, así que dije: “Hermana, hay una cosa que no comprendo. ¿Por qué nuestro destino final no estaría en el cielo sino, más bien, aquí en la tierra?” La hermana Li encontró Juan 3:13 “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, es decir, el Hijo del Hombre que está en el cielo” y Isaías 66:1 “El cielo es mi trono y la tierra el estrado de mis pies”, y me dio estos dos versículos para que los leyera. Luego dio enseñanza sobre el significado de estos dos pasajes. Su enseñanza trajo repentinamente luz a mi corazón: yo ya estaba familiarizada con estos versículos de la Biblia; así pues ¿realmente no había yo reflexionado antes en ellos? El Señor dice muy claramente que excepto por el Hijo del hombre que descendió del cielo, ningún hombre puede ascender a él, pues el cielo es el trono de Dios y la tierra es Su escabel; así pues, ¿cómo podría el hombre ser digno de subir al cielo? Dios creó al hombre en la tierra y hace que vivamos en ella. Desde el día mismo en el que Dios creó al hombre, este ha vivido y se ha multiplicado en la tierra, generación tras generación. Toda la obra de Dios de salvar a la humanidad también se ha llevado a cabo en la tierra. Esto fue predestinado por Dios hace mucho tiempo y es algo que nadie puede cambiar. Continuó y entrelazó la Biblia en su enseñanza y habló acerca de cómo el Señor dijo que Él prepararía un lugar para nosotros. Explicó que esto se refería a la aparición de Dios encarnado y a Su obra en la tierra en los últimos días y que Él había predestinado que naciéramos en los últimos días, que escucháramos Su voz, que fuéramos capturados delante del trono de Dios, que aceptáramos Su juicio y purificación de los últimos días y, finalmente, que fuéramos guiados hacia el reino de Dios. Este es el verdadero significado de las palabras “donde yo estoy, allí estéis también vosotros” (Juan 14:3). ¡Vi que el reino de Dios está, en realidad, sobre la tierra y que el destino final de la humanidad está en ella y no en el cielo! Todo ese tiempo había estado viviendo dentro de mis propias nociones e imaginaciones; había limitado el regreso de Dios a simplemente llevarme al cielo a vivir, ¡pero eso no estaba, en absoluto, alineado con la voluntad del Señor ni con los hechos! Sin embargo, como yo todavía no estaba dispuesta a vivir este tipo de vida en la tierra, siendo afligida por Satanás. Luego le expliqué a la hermana Li lo que pensaba.

Después de escucharme, la hermana Li abrió La Palabra manifestada en carne y me leyó un pasaje de la palabra de Dios Todopoderoso: “Una vida en el reposo es una vida sin guerra, sin inmundicia, sin una persistente injusticia. Es decir, sin el acoso de Satanás (aquí ‘Satanás’ se refiere a las fuerzas hostiles), ni la corrupción de Satanás, así como la invasión de cualquier fuerza que se oponga a Dios. Todos siguen a los de su propia especie y adoran al Señor de la creación. El cielo y la tierra están completamente tranquilos. Esta es la vida apacible de la humanidad. […] Después de que Dios y el hombre entren en el reposo, Satanás ya no existirá y, como Satanás, esa gente malvada tampoco existirá. Antes de que Dios y el hombre entren en el reposo, esos malvados individuos que una vez persiguieron a Dios sobre la tierra y los enemigos que fueron desobedientes a Él sobre la tierra ya habrán sido destruidos; los grandes desastres de los últimos días los habrán destruido. Después de que esos malvados individuos hayan sido destruidos por completo, la tierra nunca más volverá a conocer la persecución de Satanás. La humanidad obtendrá la salvación completa y sólo entonces será que la obra de Dios termine por completo. Estos son los prerrequisitos para que Dios y el hombre entren en el reposo” (‘Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo’ en “La Palabra manifestada en carne”).

A través de la lectura de las palabras de Dios Todopoderoso llegué a comprender que, aunque seguiremos viviendo en la tierra, una vez que Dios dé por concluida Su etapa final de la obra de salvar a la humanidad, Satanás será destruido, y, en nuestra vida terrenal, jamás volveremos a ser molestados por él, jamás volveremos a afanarnos ni estaremos angustiados y no habrá lágrimas ni suspiros. Será como cuando Adán y Eva vivían en el Jardín del Edén. Seremos libres de adorar a Dios y viviremos una vida hermosa y bendecida donde Dios está con el hombre. Este es el destino final de la humanidad y esto es lo que Dios finalmente llevará a cabo en Su obra de los últimos días. ¡Es fantástico, en verdad! En ese momento, exclamé: “¿Quién podría explicar tan claramente el destino final de la humanidad? ¿Quién podría planear el resultado de la humanidad? ¡Solo Dios podría hacer esto!” Reconocí la voz de Dios dentro de las palabras de Dios Todopoderoso ¡y vi que la obra de Dios Todopoderoso es la aparición y la obra de Dios! Las nociones que había dentro de mí finalmente se habían disipado y acepté alegremente la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días, regresando ante el trono de Dios.

Some Scriptures taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation

Película cristiana en español latino | “Salvación” Basada en una historia real

Película cristiana en español latino | “Salvación” Basada en una historia real

¿Qué es la salvación? Aquellos que creen en el Señor Jesús piensan que si le oran con sinceridad al Señor, confiesan y se arrepienten de sus pecados, estos les serán perdonados y se les concederá la salvación, y que cuando el Señor venga ascenderán directamente al reino de los cielos. ¿Pero de verdad es tan simple la salvación?

El héroe de la película, Xu Zhiqian, cree en Dios desde hace muchos años, se entrega apasionadamente a Dios y lo abandonó todo para cumplir con sus deberes. A causa de ello, fue arrestado y torturado por el Partido Comunista de China. Tras salir de la cárcel, continuó cumpliendo con sus deberes, adquirió algo de experiencia práctica y sus sermones y su obra resolvieron algunos problemas prácticos de sus hermanos y hermanas. Más tarde, su esposa también fue arrestada, pero él no se quejó, no se volvió negativo ni se desmoronó… Todo esto le valió los cumplidos y elogios de sus hermanos y hermanas. Xu Zhiqian cree que posee la realidad de la verdad y que no hay problema para entrar en el reino de los cielos. Pero pronto le sobreviene una prueba inesperada: su esposa muere torturada por la policía del PCCh. Xu Zhiqian, angustiado, tiene nociones, confusiones y quejas sobre Dios, y piensa en rebelarse contra Él y traicionarlo… Luego, cuando se da cuenta de que está traicionando a Dios, comienza a reflexionar y se pregunta si las personas que, como él, pasan por pruebas y luego se quejan, malinterpretan a Dios y lo traicionan son salvadas realmente. ¿De verdad son aptas para entrar en el reino de Dios?

Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso

Himno cristiano | El juicio ha despertado mi corazón

Himno cristiano | El juicio ha despertado mi corazón

I

¿Qué debería buscar en mi fe?

He abierto los ojos al fin.

Antes, creía en el Señor sólo por las bendiciones.

Gozaba de Su gracia con avaricia.

Pero el juicio despertó mi corazón.

En mis oraciones, decía lo correcto,

pero en la práctica, hacía lo que quería.

Lo que hacía para Dios era sólo por mi destino.

La verdad no practicaba.

Pero el juicio despertó mi corazón.

Adoraba a Dios con ritos religiosos,

pero en el fondo, estaba vacía, incompleta.

Mi corrupción no estaba purificada.

¿Cómo iba a hacer Su voluntad?

Las palabras de Dios son tan afiladas,

se clavan en mi corazón.

He sufrido en las pruebas y el refinamiento,

se ha limpiado mi corrupción.

He probado Su amor y estoy decidida

a buscar y obtener la verdad.

Cumpliré fielmente mi deber con Dios

para ser Su testigo y retribuir Su amor.

II

En mi fe, he gozado de Su gracia,

pero no significa que haya ganado vida.

Sin la verdad, no puedo vivir la realidad,

decir que lo amaba es del todo incierto.

Pero el juicio despertó mi corazón.

No importa mi devoción ni mis buenas acciones,

todo era pura hipocresía.

En mi deber, hice tratos con Dios,

lo engañé y me opuse a Él.

Pero el juicio despertó mi corazón.

Soy consciente de lo corrupta que soy.

Necesito Su juicio y purificación.

He sido juzgada ante el trono de Cristo.

Y mi corazón se ha despertado.

Las palabras de Dios son tan afiladas,

se clavan en mi corazón.

He sufrido en las pruebas y el refinamiento,

se ha limpiado mi corrupción.

He probado Su amor y estoy decidida

a buscar y obtener la verdad.

Cumpliré fielmente mi deber con Dios

para ser Su testigo y retribuir Su amor.

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

Música cristiana de adoración y alabanza 2020|Sólo el Creador tiene compasión por esta humanidad(MV)

Música cristiana de adoración y alabanza 2020|Sólo el Creador tiene compasión por esta humanidad(MV)

I

Por el bien del hombre, el Creador de un lado a otro va;

cada minuto de Su vida, en silencio da.

Por sí mismo no tiene piedad, pero atesora

a la humanidad que Él creó y todo lo que tiene le da.

Sólo el Creador por el hombre tiene compasión,

un cariño sincero, inquebrantable afecto.

Sólo Él al hombre misericordia ofrece

y atesora toda Su creación.

II

Da misericordia y tolerancia sin condición,

para que el hombre viva y reciba Su provisión,

y para que un día se someta y vea que Él

nutre la vida del hombre y provee a toda la creación.

Sólo el Creador por el hombre tiene compasión,

un cariño sincero, inquebrantable afecto.

Sólo Él al hombre misericordia ofrece

y atesora toda Su creación.

III

Su corazón se altera con cada acción del hombre:

se enoja, angustia y apena por el mal y la corrupción;

se alboroza, complace y alegra por la fe y la contrición.

Todos Sus pensamientos e ideas giran alrededor de la humanidad.

Lo que Él es y tiene es por el bien de la humanidad;

y todas Sus emociones, entretejidas con el hombre están.

Sólo el Creador por el hombre tiene compasión,

un cariño sincero, inquebrantable afecto.

Sólo Él al hombre misericordia ofrece

y atesora toda Su creación.

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

Ver más : Coro Cristiano | “Himno Del Reino: El Reino Ha Descendido al Mundo” Fragmentos destacados IV

El Señor Jesús mismo profetizó que Dios se encarnaría en los últimos días y aparecería como el Hijo del Hombre para llevar a cabo Su obra

l Señor Jesús mismo profetizó que Dios se encarnaría en los últimos días.

El Señor Jesús mismo profetizó que Dios se encarnaría en los últimos días y aparecería como el Hijo del Hombre para llevar a cabo Su obra

Versículos bíblicos como referencia:

Vosotros también estad preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no esperéis” (Lucas 12:40).

Porque como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:37).

Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:27).

Porque como el relámpago al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro extremo del cielo, así será el Hijo del Hombre en su día. Pero primero es necesario que El padezca mucho y sea rechazado por esta generación” (Lucas 17:24-25).

Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’” (Mateo 25:6).

He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).

Y me volví para ver de quién era la voz que hablaba conmigo. Y al volverme, vi siete candelabros de oro; y en medio de los candelabros, vi a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como la blanca lana, como la nieve; sus ojos eran como llama de fuego; sus pies semejantes al bronce bruñido cuando se le ha hecho refulgir en el horno, y su voz como el ruido de muchas aguas. En su mano derecha tenía siete estrellas, y de su boca salía una aguda espada de dos filos; su rostro era como el sol cuando brilla con toda su fuerza” (Apocalipsis 1:12-16).

Las palabras relevantes de Dios:

Jesús dijo que Él llegaría tal como se fue, pero ¿conoces el verdadero significado de Sus palabras? ¿Pudo realmente habéroslo dicho? Sólo sabes que Él llegará tal como se fue en una nube, pero ¿sabes exactamente cómo hace Su obra Dios mismo? Si fueras verdaderamente capaz de ver, ¿cómo deben explicarse las palabras de Jesús? Él dijo: Cuando el Hijo del hombre venga en los últimos días, Él mismo no sabrá, los ángeles no sabrán, los mensajeros en el cielo no sabrán, y las personas no sabrán. Sólo el Padre sabrá, esto es, sólo el Espíritu sabrá. Ni siquiera el propio Hijo del hombre sabe, ¿y tú eres capaz de ver y saber? Si tú fueras capaz de saberlo y verlo con tus propios ojos, ¿acaso estas palabras no se habrán dicho en vano? ¿Y qué dijo Jesús en ese momento? “Pero ningún hombre sabe la hora ni el día, ni los ángeles del cielo, sino sólo Mi Padre. Pero como fue en los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre. […] Entonces, vosotros también debéis estar listos porque el Hijo del hombre vendrá a la hora que menos lo penséis”. Cuando llegue ese día, el Hijo del hombre no lo sabrá. El Hijo del hombre se refiere a la carne encarnada de Dios, una persona normal y ordinaria. Ni siquiera el propio Hijo del hombre lo sabe; así pues, ¿cómo podrías saberlo tú?

de ‘La visión de la obra de Dios (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”

“El que puede oír, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. ¿Habéis oído ahora las palabras del Espíritu Santo? Las palabras de Dios han venido sobre vosotros. ¿Las oís? Dios realiza la obra de la palabra en los últimos días y tales palabras son las del Espíritu Santo, porque Dios es el Espíritu Santo y también puede hacerse carne; por tanto, las palabras del Espíritu Santo, tal como se hablaron en el pasado, son las palabras del Dios encarnado hoy. Hay muchos hombres absurdos que creen que las palabras del Espíritu Santo deberían descender de los cielos a los oídos del hombre. Cualquiera que piense de esta forma no conoce la obra de Dios. En verdad, las declaraciones habladas por el Espíritu Santo son las habladas por Dios hecho carne. El Espíritu Santo no puede hablar directamente al hombre, y Jehová tampoco habló directamente a todo el pueblo, ni siquiera en la Era de la Ley. ¿Acaso no sería bastante menos probable que lo hiciera en esta era actual? Para que Dios haga declaraciones para llevar a cabo la obra, Él debe hacerse carne, o de lo contrario Su obra no conseguirá Su objetivo.

de ‘¿Cómo puede el hombre que ha definido a Dios en sus conceptos recibir Sus revelaciones?’ en “La Palabra manifestada en carne”

Por varios miles de años el hombre ha anhelado poder ser testigo de la llegada del Salvador. El hombre ha anhelado contemplar a Jesús el Salvador sobre una nube blanca mientras desciende, en persona, entre aquellos que lo han añorado y anhelado durante miles de años. El hombre ha deseado que el Salvador regrese y se reúna con el pueblo, es decir, que Jesús el Salvador vuelva al pueblo de quien ha estado separado durante miles de años. Y el hombre espera que Él lleve a cabo una vez más la obra de redención que Él hizo entre los judíos, que sea compasivo y amoroso con los hombres, que perdone sus pecados, que los lleve e incluso que lleve todas las transgresiones del hombre y lo libre del pecado. Anhela que Jesús el Salvador sea el mismo que antes, un Salvador que sea adorable, afable y venerable, que nunca esté airado con el hombre ni le haga reproches, que este Salvador perdone y lleve todos los pecados del hombre e incluso muera en la cruz una vez más por él. Desde que Jesús partió, los discípulos que lo siguieron, y todos los santos que fueron salvos gracias a Su nombre, lo han estado añorando y esperando desesperadamente. Todos aquellos que fueron salvos por la gracia de Jesucristo durante la Era de la Gracia han estado anhelando ese día gozoso durante los últimos días, cuando Jesús el Salvador llegue sobre una nube blanca y aparezca entre los hombres. Por supuesto, este también es el deseo colectivo de todos aquellos que aceptan el nombre de Jesús el Salvador hoy. En todo el universo, todos aquellos que saben de la salvación de Jesús el Salvador han estado anhelando desesperadamente la llegada repentina de Jesucristo para cumplir Sus palabras cuando estuvo en la tierra: “Llegaré tal como partí”. El hombre cree que después de la crucifixión y la resurrección Jesús volvió al cielo sobre una nube blanca y tomó Su lugar a la diestra del Altísimo. De forma parecida, el hombre concibe que Jesús descenderá de nuevo sobre una nube blanca (esta nube se refiere a la nube sobre la que Jesús cabalgó cuando regresó al cielo) entre aquellos que lo han anhelado desesperadamente durante miles de años, y que Él llevará la imagen y las vestimentas de los judíos. Después de aparecer al hombre, Él le concederá comida y hará que el agua viva brote para él y vivirá en medio de él, lleno de gracia y amor, vivo y real. Y así sucesivamente. Sin embargo, Jesús el Salvador no hizo esto; Él hizo lo contrario de lo que el hombre concibió. No llegó entre los que habían anhelado Su regreso ni se les apareció a todos los hombres mientras cabalgaba sobre la nube blanca. Él ya ha llegado, pero el hombre no lo conoce y permanece ignorante de Su llegada. El hombre solamente está esperándolo sin propósito, sin darse cuenta de que Él ya ha descendido sobre una “nube blanca” (la nube que es Su Espíritu, Sus palabras, todo Su carácter y todo lo que Él es) y está ahora entre un grupo de vencedores que Él formará durante los últimos días.

de ‘El Salvador ya ha regresado sobre una “nube blanca”’ en “La Palabra manifestada en carne”

Los que obedecen la verdad y se someten a la obra de Dios vendrán bajo el nombre del segundo Dios encarnado, el Todopoderoso. Serán capaces de aceptar la dirección personal de Dios, y adquirirán más verdad y más elevada, y recibirán la vida humana real. Contemplarán la visión que las personas del pasado nunca han visto: “Y me volví para ver la voz que me hablaba. Y cuando había volteado, vi siete candelabros dorados. Y en medio de ellos había uno como el Hijo del hombre, vestido con ropa hasta los pies y ceñido por encima del pecho con una faja dorada. Su cabeza y Su cabello eran blancos como la lana, tan blancos como la nieve; y Sus ojos eran como flamas de fuego; y Sus pies como bronce fino, como si se estuvieran quemando en una estufa; y Su voz como el sonido de muchas aguas. Tenía en Su mano derecha siete estrellas; y de Su boca salía una espada afilada de dos lados; y Su semblante era como el sol cuando resplandece en su fuerza” (Apocalipsis 1:12-16). Esta visión es la expresión de todo el carácter de Dios, y tal expresión del mismo lo es también de la obra de Dios cuando se hace carne esta vez. En los torrentes de castigos y juicios, el Hijo del hombre expresa Su carácter inherente hablando palabras, permitiendo que todos aquellos que acepten Su castigo y juicio vean el verdadero rostro del Hijo del hombre, un rostro que es un fiel retrato del rostro del Hijo del hombre visto por Juan. (Por supuesto, todo esto será invisible para aquellos que no acepten la obra de Dios en la Era del Reino).

de ‘Prefacio’ en “La Palabra manifestada en carne”

Os digo, aquellos que creen en Dios por las señales son sin duda la categoría que sufrirá la destrucción. Los que son incapaces de aceptar las palabras de Jesús, que ha vuelto a la carne, son sin duda la progenie del infierno, los descendientes del arcángel, la categoría que será sometida a la destrucción eterna. Muchas personas pueden no preocuparse por lo que digo, pero aun así quiero decirle a cada uno de estos llamados santos que siguen a Jesús que, cuando lo veáis descendiendo del cielo sobre una nube blanca con vuestros propios ojos, esta será la aparición pública del Sol de justicia. Quizás será un momento de gran entusiasmo para ti, pero deberías saber que el momento en el que veas a Jesús descender del cielo será también el momento en el que irás al infierno a ser castigado. Ese momento anunciará el final del plan de gestión de Dios, y será cuando Él recompense a los buenos y castigue a los malos. Porque Su juicio habrá terminado antes de que el hombre vea señales, cuando sólo exista la expresión de la verdad. Aquellos que acepten la verdad y no busquen señales, y por tanto hayan sido purificados, habrán regresado ante el trono de Dios y entrado en el abrazo del Creador. Sólo aquellos que persisten en la creencia de que “El Jesús que no cabalgue sobre una nube blanca es un falso Cristo” se verán sometidos al castigo eterno, porque sólo creen en el Jesús que exhibe señales, pero no reconocen al Jesús que proclama un juicio severo y manifiesta el camino verdadero de la vida. Y por tanto, sólo puede ser que Jesús trate con ellos cuando Él vuelva abiertamente sobre una nube blanca. Son demasiado tozudos, confían demasiado en sí mismos, son demasiado arrogantes. ¿Cómo puede recompensar Jesús a semejantes degenerados? El regreso de Jesús es una gran salvación para aquellos que son capaces de aceptar la verdad, pero para los que son incapaces de hacerlo es una señal de condenación. Debéis elegir vuestro propio camino y no blasfemar contra el Espíritu Santo ni rechazar la verdad. No debéis ser personas ignorantes y arrogantes, sino alguien que obedece la dirección del Espíritu Santo, que anhela y busca la verdad; sólo así os beneficiaréis.

de ‘En el momento que contemples el cuerpo espiritual de Jesús, Dios ya habrá vuelto a crear el cielo y la tierra’ en “La Palabra manifestada en carne

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.